Un árbitro afromexicano denuncia ser despedido por racismo
El silbante Adalid Maganda acusa al presidente de la Comisión de Arbitraje de llamarle "negro"
"¿Por qué no me dan juegos?", cuestionaba el árbitro Adalid Maganda al presidente de la Comisión de Arbitraje de México. "Por pinche negro", le respondían. El silbante afromexicano afrontó comentarios despectivos por su raza por parte de los dirigentes hasta que el pasado jueves fue despedido. "Aquí el racismo es lo primordial", ha contado a EL PAÍS.
Maganda es originario de la comunidad de Huehuetán, en el municipio de Azoyú (Guerrero). Es una de las zonas con fuertes raíces afromexicanas. Con 30 años dirigió su primer partido oficial para la Federación Mexicana de Fútbol. Su última aparición en un torneo oficial fue cuando como cuarto árbitro en un partido entre Santos Laguna y Monarcas Morelia, el último que pitó fue el 16 de enero pasado en un partido de Copa entre Cafetaleros y el León. El desprecio por sus raíces le ha acompañado por los estadios.
"Hace unos meses tuve una reunión con Arturo Brizio y Jorge Gasso, en eso dijeron '¿qué quieres pinche negro?'", recuerda y prosigue "me acercaba a saludar y siempre me esquivaban. No me daban la mano. Me hacían quedar mal frente a mis compañeros. Me decían de cosas: '¡eres malísimo, negro!'. Todos se burlaban de mí".
"Antes no hablaba por miedo a que me corrieran del arbitraje", admite Adalid Maganda. La noticia ha cimbrado no sólo al fútbol mexicano sino también a todo el país. Hace unos meses el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) publicó una encuesta en la que señalaba, por primera vez, que en México era más fácil prosperar laboralmente si uno era blanco. El informe muestra que, cuanto más oscura es la tez, hay menos posibilidades de alcanzar un alto cargo.
Maganda explica que fue relegado de los partidos por un conflicto de intereses entre los antiguos directivos y los actuales. "Recibía mucho apoyo de Edgardo Codesal y de Gil Alcalá. Fui uno de los tres árbitros en todo el país que defendió al doctor Codesal para que no lo corrieran [en enero del año pasado]. En ese momento entró Brizio y me empezó a apartar, ya no me daban juegos... Hasta que me corrieron", refiere.
Adalid Maganda ha confesado su mala experiencia a los medios mexicanos que han hecho eco de sus declaraciones e incluso recuerda otro episodio de racismo en 2015. "Fue en Cancún, en un partido Atlante-Pachuca. Al ir a checar los uniformes de Pachuca como que [los jugadores] empezaron a hacer unos sonidos bastantes extraños, como si fueran monos. En ese momento recibí todo el apoyo".
"Es un tema de rendimiento", replica Arturo Brizio en una entrevista con Milenio. "Sí llama la atención que diga que se le insultó, que alguien se atrevió a hacerle un comentario racista cuando es totalmente falso. Él no se va por ningún tipo de cuestión racial". Adalid Maganda se defiende al asegurar que tuvo una lesión en enero. "Quienes reprobaron las pruebas físicas sí van a pitar la liguilla [la fase final del campeonato mexicano]. A mí nada", cuenta.
"Vamos a llevar esto a la FIFA", sentencia. Maganda ha abierto una llaga en el fútbol mexicano.
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