Kepa se ‘reencuentra’ con el Madrid
El portero por el que tanto peleó el conjunto blanco triunfa de nuevo en el Athletic, donde la polémica acabó con su renovación
Kepa Arrizabalaga fue un día carne de cañón para el Athletic, y mantequilla sin sal para el Madrid. Otra vez la vieja fórmula, a modo de enfrentamiento, en el duelo de cañones y mantequilla. Ganó el cañón, porque la mantequilla se derritió con tanta espera y con tanto rebañar el tarro el técnico madridista, Zinedine Zidane. Tanto dejó el aire el tarro de mantequilla sin sal que acabó por diluirse en el calor mientras se reafirmaba la figura de Keylor Navas. El 22 de enero de este año, Kepa Arrizabalaga se reunía en el Palacio de Ibaigane, sede el club, con el presidente del Athletic, José Urrutia, para firmar el acuerdo de renovación del contrato que le une al club rojiblanco hasta el año 2025, con una cláusula de rescisión de 80 millones (la más alta junto a la de Williams, renovado unos días antes) y multiplicando por seis la ficha ofrecida en la primera oferta de negociación. Se cerraba así la opción de llegar al Madrid en el mercado de invierno.
Kepa, que este miércoles (21.30, beIN) vuelve al Santiago Bernabéu defendiendo la portería del Athletic y viendo muy de lejos la portería de Keylor Navas, fue el asunto sociodeportivo más importante vivido por la afición, el club y sus compañeros de vestuario del Athletic desde la marcha de Fernando Llorente. La disposición de Kepa a fichar por el Madrid, que le planteó en enero al Athletic su decisión de ficharlo en ese mes, y en su defecto en junio, convirtió el culebrón casi en un reality en el que Kepa era el villano por encima del Madrid, su presunto comprador. Se entendió en Bilbao que la decisión de Kepa, de 23 años, truncaba toda una genética rojiblanca para este muchacho de la costera Ondarroa al que ya se le denominaba como un portero de leyenda, en clara comparación con Iribar. El silencio del jugador se unió a algunos dardos del club tratando de forzarle a decidir, tras nueve meses de negociaciones, incluida la ampliación del contrato de su suplente, Iago Herrerín, que estrenó un misal de renovaciones que alcanzó prácticamente a toda la plantilla.
Kepa, lesionado en el pie derecho, se refugió en el silencio, mientras las definiciones más duras contra él se producían en las redes sociales —dónde si no—, que se incendiaron con apenas una cerilla. Todo indicaba que Kepa estaba dispuesto a firmar por el Madrid, pero el silencio era tan profundo que cualquier información sonaba a pura especulación. Hasta que el 22 de enero, Kepa se sentó con Josu Urrutia, tomaron papel y bolígrafo y sellaron una renovación que cerraba el capítulo, el culebrón y el reality.
Mala racha
¿Y qué fue de Kepa Arrizabalaga? Pues que cerrado el acuerdo, el temporal pasó. Un par de reminiscencias en las redes sociales por su afrenta a la genética rojiblanca, y a jugar. Sus actuaciones en los partidos de Liga que vinieron después de esa fecha convirtieron la polémica en una levísima polvareda que barrió el viento de un plumazo. El maldito volvía a ser el portero celestial y el villano se convertía de nuevo en el salvador habitual de un equipo literalmente desnortado. Kepa ha vuelto a ser el portero de leyenda que los más arriesgados siguen anunciando. El fútbol es así de liviano... si eres bueno. Todo se perdona, todo se olvida. Un vuelo a escuadra es más importante que aquellos presuntos vuelos a Madrid. Ahora sí vuela a Madrid para jugar este miércoles ante un equipo que le ha endosado 12 derrotas desde que el Athletic ganó en 2004-05 (0-2, con goles de Del Horno e Iraola) y ha encajado la friolera de 44 goles por tan solo 12 conseguidos por el Athletic. No es un buen lugar de visita (como tampoco el Nou Camp, Montjuïc, Sevilla y unos cuantos más donde al Athletic le tiemblan los pies).
Kepa espera que no le tiemblen. Será su reencuentro con el Real Madrid, será un reencuentro real, nada virtual, con el que pudo ser su equipo y quizás lo sea algún día porque el fútbol es una montaña rusa. De hecho, cuando todos hablaban de Kepa, Laporte fichó por el City.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.