Manuel Negrete: “Todavía me puedo aventar chilenas”
El exjugador mexicano rememora el gol a Bulgaria en México 86, elegido recientemente por la FIFA como el mejor tanto de los Mundiales
Antes de Cristiano Ronaldo, Hugo Sánchez. Y antes de ellos estaba Manuel Negrete (Ciudad Altamirano, 1959), uno de los virtuosos de las chilenas y tijeras en forma de gol. Este tipo de remates tienen en su acervo histórico uno consagrado en una Copa del Mundo, la de México, en 1986. El tanto que Negrete le endosó a Bulgaria acaba de ser reconocido por la FIFA como el mejor gol de los Mundiales a través de una votación del organismo en Facebook.
Negrete practicaba sus lances con el balón en el pavimento del barrio de la colonia Doctores en Ciudad de México. “Desde niño no le medía, después, cuando entré a jugar ya había pastito y pues me aventaba con más confianza”, comenta a EL PAÍS. El crío llegaba a casa de sus padres con la rodilla izquierda del pantalón derruida de tantas caídas. “Mis condiciones innatas eran de flexibilidad, ese tipo de jugadas se me facilitaban”, comenta. Cuando se le cuestiona si practicó en algún punto gimnasia suelta una carcajada y lanza: “Nomás porque no me llevaban, si no hubiera hecho un gran papel en la gimnasia”.
Negrete es de la misma generación que Hugo Sánchez. Ambos fueron forjados en los Pumas y ahí no paraban de dar piruetas. El mediocampista dedicaba sus ejercicios a practicar su voltereta preferida. “Lo hacía en los entrenamientos porque jugábamos tenis-balón y me aventaba como unas 10 o 20 chilenas antes de un partido”, rememora.
El gol que lo consagró sucedió cuando México se jugaba su pase a cuartos de final en el Mundial frente a Bulgaria. La pirueta de Negrete respeta los cánones de una chilena, un golpeo de espaldas. Más bien fue un movimiento lateral suspendido en el aire a un metro y medio de altura. Habían transcurrido 34 minutos y el gol cimbró al estadio Azteca.
“El previo al disparo fue una recepción y ahí hice dos movimientos: cuando recibo el balón y cuando muevo el balón hacia mi cuerpo porque había un defensa que me la quería quitar. En el momento que lo tengo hago un movimiento para pasármelo y dar la pared a Javier Aguirre, él me la pone arriba con la altura y distancia ideales para ese tipo de remate”, relata.
Manuel Negrete, quien jugó en el Sporting de Lisboa y en el de Gijón, vivió el momento que le correspondía a Hugo Sánchez. Era el Mundial en casa justo para que Hugo pudiera mostrar sus goles de primera intención o alguna acrobacia que terminara en gol. Negrete suelta una carcajada. “No le robé el momento a nadie. Hugo hizo un gran papel en el Real Madrid, al Mundial no llegó en su mejor forma y yo sencillamente aproveché el momento”, comenta. Pese a su fabuloso gol contra el Logroñés, a Sánchez no se le recuerda uno de épica con la playera de México.
Para Negrete el gol mejor de los Mundiales no es su favorito. “El que prefiero fue contra el Puebla, en unas semifinales y había 70.000 personas en el estadio. Era muy importante para nosotros en el campeonato mexicano. La paré con el pecho, le hice un sombrerito a Nelson Sanhueza, la puse a una altura importante y de ahí me aventé una chilena totalmente hacia atrás”, narra sobre su anotación conseguida en 1985.
Negrete resume el gol monumental de Cristiano Ronaldo contra la Juventus en “este tipo de jugadas no son obras de la casualidad aunque no sea una marca del portugués. ¡La única forma de ejecutar una jugada espectacular es con la repetición!”. ¿A los futbolistas les hace falta ser osados? “Sólo los que tengan las condiciones, no todos pueden hacer ese tipo de remates porque hay quienes la han querido hacer y se lastiman”, considera.
“Acabo de meter un gol de chilena el martes pasado, lástima que no lo grabé, caray. ¡A mis 59 años! acabo de hacer otro de chilena en el Club Asturiano. Cuando quiero me la puedo aventar, todavía las intento a pesar de mi edad. No me duelen las rodillas ni la espalda, me duele levantarme”, menciona. “¡Hay otra que está en Internet, que puedes buscar como Manuel Negrete a sus 52 años! Fue hace siete años, ese sí lo subí”, concluye.
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