El Bayern de Múnich acaba con la aventura del Sevilla
Digno adiós del conjunto andaluz, al que le faltó colmillo para remontar el 1-2
No pudo ser. Demasiada empresa para este gran Sevilla, que ha vivido una fantástica aventura europea a la que puso fin el poderoso Bayern. Lo intentó de todas las formas el conjunto de Montella, a ratos magnífico con el balón, otra veces con el traje de faena para solventar el juego en oleadas del campeón de la Bundesliga, que llegó mucho, pero que tampoco pasó por encima de un Sevilla que dice adiós a la Champions con una enorme dignidad, empatando a cero contra el campeón teutón. Remontar un 1-2 en un escenario como el Allianz Arena y frente a un rival como el Bayern no está al alcance de casi nadie. Pero resultó emotivo ver al Sevilla tutear al Bayern, al que pudo poner en mucho aprieto si un balón de Correa en el minuto 59 entra en lugar de dar en el larguero.
En Múnich se apagó la estrella de este Sevilla histórico, que ahora deberá trabajar duro en la Liga, lógicamente la próxima temporada, para volver a vivir emociones tan fuertes como las vividas en este curso, de inolvidable recuerdo por los partidos de la fase de grupos ante el Liverpool y la brillante clasificación en octavos contra el Manchester United. En la despedida del Sevilla hay amargura, sin duda, pero también orgullo. Por el camino andado y por caer con mucha dignidad contra uno de los grandes del fútbol mundial. Faltó colmillo y físico.
No hay escenario que intimide al Sevilla en Europa. El idilio del conjunto andaluz con la Champions es evidente, incluso en escenarios tan majestuosos como el feudo del Bayern. La personalidad del Sevilla se plasmó ante el campeón germano, imponente en la presión, esta vez sin Thiago para acortar los caminos de la meta de Soria. El Sevilla, por lo tanto, salió jugón, con Banega mandando y el Bayern a lo suyo, intenso y con llegada. Tres disparos en los primeros 10 minutos mostraron las intenciones del conjunto germano, un tiro con espacios por delante. El Sevilla vio claro que para sobrevivir necesitaba el balón. Era su única opción ante la intensidad de los de Heynckes.
Cuando peor lo pasaban los de Montella en un inicio frenético del Bayer, Banega levantó la mano. El argentino fue el salvavidas de sus compañeros, bien secundado por un incansable Navas. Asido al talento del internacional argentino, el Sevilla respiró. Tanto, que incluso comenzó a acercarse con peligro a la meta de Ulreich. La tuvo Sarabia y Correa no llegó por poco a un buen centro de Navas, siempre intenso.
El Sevilla se permitió el lujo de combinar frente al acorazado alemán. Tanto, que después de una fabulosa circulación de balón Escudero remató desviado. Fueron los momentos donde el toque del conjunto andaluz se impuso al vértigo del Bayern. Heynckes, no obstante, es perro viejo. Consciente de que su equipo estaba algo incómodo, ordenó un adelantamiento de líneas que acabó con el dominio andaluz.
Vivo al descanso
James tomó el balón justo cuando el Sevilla se sintió frustrado por no convertir en gol su buen juego. Entonces, casi de la nada, apareció el rodillo de nuevo. El tramo final de la primera mitad fue un infierno para el Sevilla. Rafinha, Hummels y Ribéry (paradón de Soria) intimidaron al conjunto de Montella, que se quedó indefenso ante el despliegue del Bayern. Siempre con velocidad, con continuos desdobles y pases al espacio complicados de detener.
El Sevilla tuvo la virtud de llegar vivo al descanso. Con ciertas dosis de suerte y también por la ineficacia de un Bayern donde Lewandowski parecía ausente. El conjunto alemán lo siguió intentando una y otra vez, con Robben muy activo, pero resultó muy llamativa su falta de puntería. El conjunto andaluz tuvo un arrebato de furia en un remate al larguero de Correa en el minuto 59 y un disparo fuera de Banega un minuto después. Ahí se esfumó el sueño andaluz.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.