A balón parado, Coutinho sigue a la cola
El brasileño, especialista en los lanzamientos de falta, sigue sin chutar en el Barça porque Luis Suárez se pidió ser Messi ante el Sevilla
Cuando llegó al Espanyol, todavía con acné juvenil y pelo rizado, Coutinho solicitó al club quedarse después de las sesiones a tirar lanzamientos. Enfrente estaba normalmente Cristian Álvarez, ahora portero en el Zaragoza, y ocasionalmente Kiko Casilla, guardameta del Madrid. Ramon Planes, el entonces director deportivo blanquiazul, todavía recuerda esa tarde en la que chut que hacía, chut que se colaba en la portería. “La ponía en una escuadra y luego en la otra. Un espectáculo”, recuerda. Pero incluso él se quedó boquiabierto al siguiente día, esa tarde en la que el Espanyol se medía ante el Málaga. Fue, claro, en una falta directa desde la frontal del área. Resulta que el carioca puso la pelota en el césped, miró al frente y le pegó raso por debajo de la barrera y tan ajustado al palo que hizo inútil la estirada de Caballero (ahora en el Chelsea). “Mira que lanzó y lanzó, pero ese disparo se lo sacó de la manga porque no lo había probado en ninguna ocasión”, señala Planes; “pero es lo que tienen los especialistas a balón parado, que suelen escoger la mejor solución”. Con el Barça, sin embargo, no tiene ni la opción.
Le quedó muy claro ante el Sevilla, duelo en el que Messi aguardó de inicio en el banquillo, el único lanzador del equipo ahora que ya no están Neymar ni Xavi. Así, tras una falta en la frontal, Coutinho miró de reojo, esperanzado, pero pronto entendió que tampoco sería la tarde en la que se estrenaría como lanzador de faltas en el Barcelona. Lo comprendió rápido porque Luis Suárez —que en ocasiones también disfruta del permiso del 10 para expresarse a balón parado— agarró la pelota y la plantó en el suelo sin dejar opción a debate. Lo mismo ocurrió tras el entreacto, en otra falta que le iba como anillo al dedo y que tantas alegrías había dado a la afición del Liverpool. Pero en ambas ocasiones, el golpeo del uruguayo se estrelló en la barrera.
Los galones de Luis Suárez en el Barcelona están fuera de toda duda porque no hay un delantero, amén de Messi, que se relacione tan bien con el gol. También es algo lógico si se atiende que no son pocos los días en que el uruguayo y Leo se quedan tras el entrenamiento para retarse a lanzamientos, en ocasiones a darle al larguero y en otras a batir al portero con una barrera de por medio. Su hoja de servicios en las faltas directas, además, no es nada mala si se atiende a su pasado porque con el Liverpool —Gerrard le dejaba lanzar con frecuencia— hizo 8 tantos en 76 lanzamientos (recordadas son las ejecuciones ante Udinese y Zenit en la Liga Europa; también la que le hizo con la camiseta de Uruguay a Casillas en la Copa Confederaciones de 2013). O, lo que es lo mismo: logró un 10,5% de acierto a balón parado. Incluso pidió turno en el Barça pronto porque tras su segundo lanzamiento, hizo diana ante el Betis. Pero desde entonces, ha probado fortuna en otras 18 faltas y no ha dado nunca en el clavo. Por lo que de azulgrana se queda en el 5% de acierto.
La estadística de Coutinho es mejor en el Liverpool porque marcó seis tantos en 38 chutes (15,8%). Pero en el Barça sigue en blanco porque antes van los galones, también la puntería. Rakitic lo explicó en su día: “Claro que me gustaría lanzar, pero en este equipo hay especialistas que la ponen donde quieren”. Los saques de esquina, sin embargo y donde no hay la gloria del gol, sí que los ejecuta Coutinho desde el primer día. No así las faltas, donde deberá esperar su turno, que será cuando Messi (y no otro) le ceda el balón.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.