Pablo Carreño, a la heroica en Miami
Después de desperdiciar dos puntos de partido y de sortear uno en contra, el asturiano vence a Anderson (6-4, 5-7 y 7-6, en 2h 42m) y jugará contra Zverev las semifinales, las segundas de un 1000 en su carrera
En un desenlace taquicárdico, Pablo Carreño logró imponerse al sudafricano Kevin Anderson por 6-4, 5-7 y 7-6 (en 2h 42m) y se clasificó para las semifinales del Masters 1000 de Miami, en las que en la madrugada de este sábado se medirá (1.00, Movistar+ D2) al alemán Alexander Zverev (doble 6-4 a Borna Coric). De esta forma, el tenista español alcanza su cota más alta esta temporada y pisa por segunda vez la penúltima escala de un Masters 1000, puesto que el año pasado ya se filtró entre los cuatro mejores de Indian Wells.
Carreño, número 19 del ranking y un fijo en el equipo español de la Copa Davis, sufrió de lo lindo para derribar al gigantón Anderson. El sudafricano pasó de estar contra las cuerdas, con dos puntos de partido en contra, a disponer en el tie-break (8-6) del parcial definitivo de un match point que también terminó en el limbo. Entonces sí, Carreño cerró el pulso y batió por primera vez a la torre de Johannesburgo (2,03m), que se había adjudicado los cuatro encuentros previos.
El último, sin ir más lejos, hace dos semanas en Indian Wells. En esta ocasión, sin embargo, Carreño fue más robusto y volvió a desempeñarse como el jugador estoico que es, todo fe y todo voluntad, siempre adelante ocurra lo que ocurra. A sus 26 años, el gijonés continúa creciendo y adquiriendo consistencia entre la nobleza del circuito. El curso pasado rompió la barrera del top-10 y disputó la Copa de Maestros, en Londres, con las semifinales del US Open también en su expediente.
Ahora, pese a no haber tenido un arranque de temporada brillante, vuelve a brillar sobre el cemento norteamericano. En las rondas previas se deshizo sucesivamente de Denis Istomin, Steve Johnson y Fernando Verdasco, y en última instancia del bregado Anderson, actual número ocho de la ATP y poseedor de un servicio intimidatorio. No obstante, esta vez no lo calibró excesivamente bien y avivó a Carreño, intuitivo para sortear la torpeza de su rival en las subidas a la red.
El asturiano forma parte del listado que emitió esta semana Sergi Bruguera para los cuartos de la Copa Davis, frente a Alemania; es ya una pieza consagrada en el equipo y se le percibe como uno de los sostenes del tenis español a corto plazo; y simboliza, por encima de todo, la pujanza de la segunda línea que oculta en muchas ocasiones la mastodóntica sombre de Rafael Nadal. El guaje está abriéndose paso y desde Miami sigue enviando señales positivas.
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