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Una reclamación de Rusia podría clasificar a España para el Mundial de rugby

La posible alineación indebida de un jugador rumano en un torneo de 2013 dilata la resolución de un caso sin precedentes

Los jugadores españoles, en una 'melé' durante el partido en Bruselas.
Los jugadores españoles, en una 'melé' durante el partido en Bruselas.LAURIE DIEFFEMBACQ

España podría acabar con la plaza directa para el Mundial de Japón por una colosal torpeza administrativa. Rumanía se ha reforzado en los últimos años con varios jugadores de Oceanía, fundamentalmente de Tonga. La normativa lo permite siempre y cuando no haya representado oficialmente al país de origen. Si el rugby mundial ya tenía problemas para diagnosticar un caso en el que una parte, España pide repetir el partido que perdió en Bélgica por un arbitraje parcial y la otra, Rumanía una sanción ejemplar para los jugadores españoles por hostigar al colegiado, la participación de Sione Faka'osilea en un torneo en 2013 con Tonga podría descalificar a Rumanía por alineación indebida.

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El paso de los días da credibilidad a la hipótesis. Rugby Europe, la federación encargada de organizar la clasificación mundialista, reunió el lunes a su Comité Ejecutivo para decidir sobre el Bélgica-España, pero decidió aplazar la decisión en una nueva conferencia que debía celebrarse este jueves. El calendario no ayuda y el ente continental, presidido por el rumano Octavian Morariu, ha pospuesto nuevamente su veredicto hasta la semana que viene porque quiere “recabar más información” antes de decidir, según ha informado España.

Rusia, que se metería en la repesca si Rumanía fuera descalificada y España entrara directamente, ha pedido a la gobernanza del rugby que corrobore si Faka'osilea jugó un torneo oficial de sevens –rugby a siete– en 2013 antes de presentar formalmente su reclamación. El centro completó el periodo de residencia por tres años en Rumanía antes de ser debutar el año pasado en Sochi, pero no sería elegible salvo que hubiera participado de alguna forma en la clasificación olímpica del sevens para Río 2016. Lo cierto es que después de varios mensajes contundentes, Rumanía ha respondido con un modesto comunicado en el que decía “confiar” en las instituciones y haber facilitado toda la documentación.

España considera a Rugby Europe “juez y parte” del problema por haber denegado su solicitud para cambiar a los árbitros para un partido dirigido por el rumano Vlad Iordachescu y del que dependía la clasificación de su país para el Mundial. Las esperanzas de España están puestas en World Rugby, la cúspide de la pirámide, que ha tomado un papel vigilante desde el encuentro, el 18 de marzo. Así lo confirmó el martes su vicepresidente, el argentino Agustín Pichot, en Twitter: “No estamos ignorando la preocupación de miles de personas con respecto al partido de Bélgica contra España. Desde World Rugby estamos trabajando desde hace más de una semana para tener la mayor claridad posible y asegurar la mejor decisión para nuestro Rugby”.

A ese mensaje le siguió un segundo más inquietante para los intereses españoles por las importantes sanciones que pueden sufrir los jugadores que persiguieron a Iordachescu al final del encuentro: “El árbitro siempre tiene razón, algunas veces es difícil de aceptar porque pensamos que no es justo, pero al final es algo que tenemos que aceptar y proteger siempre”. Esas imágenes expandieron el alcance de la noticia hasta, por ejemplo, la prensa neozelandesa e, indirectamente, provocaron que varias figuras del prestigio conocieran el fondo del asunto y apoyaran la causa española.

World Rugby descalificó la semana pasada a Tahití por alineación indebida de dos jugadores en una eliminatoria mundialista de Oceanía contra Islas Cook. De expulsar a una selección sin opción real de clasificarse a descalificar a Rumanía, presente en todos los mundiales, hay un trecho. El calendario aprieta porque el segundo clasificado europeo debería empezar la repesca ante Portugal en abril o mayo, ya que el ganador se enfrentaría en junio a Samoa. Cuando Rugby Europe dilata el proceso está beneficiando al país de su presidente porque limita el tiempo con el que contaría el ente mundial para cambiar el calendario. La plaza directa que ahora mismo tiene Rumanía da derecho a jugar el partido inaugural con Japón, condicionante que exige una pulcritud extra a World Rugby.

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