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Así trataba ‘la banda del Calpe CF’ a sus futbolistas extranjeros: hacinados en un piso y sin apenas comida

El juez encarcela al coordinador deportivo del club como cabecilla de una trama de inmigración ilegal y deja libre al presidente y otros dos directivos

Gabriel Franco, director deportivo del Calpe CF, conducido a prisión tras declarar.
Gabriel Franco, director deportivo del Calpe CF, conducido a prisión tras declarar.Natxo Francés (EFE)

Los miembros de la trama de inmigración ilegal desarticulada por la policía en el Calpe CF se referían a sus víctimas, jugadores sudamericanos en situación irregular en España, como “palomos”. La investigación ha desvelado las penurias económicas que padecían los futbolistas, en su mayoría de origen paraguayo. Dormían “hacinados en colchones”, en condiciones higiénicas “poco saludables”, en pisos de alquiler gestionados por el principal sospechoso: un intermediario que ejercía también de coordinador deportivo del club alicantino y que les cobraba por los gastos entre 400 y 500 euros mensuales, según fuentes del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) valenciano.

La operación policial se desencadenó el pasado viernes a última hora de la tarde, cuando varias decenas de agentes de la comisaría de Benidorm irrumpieron en el entrenamiento que realizaba el equipo, que milita en el grupo IV de Regional Preferente, detuvieron a 15 personas y registraron la sede de la entidad y varios domicilios.

Como le pedía la fiscalía, el juez de Dénia que dirige las pesquisas encargado ha decretado este lunes prisión provisional eludible bajo fianza de 6.000 euros para el agente de futbolistas y director deportivo del Calpe CF, la pieza clave de esta supuesta organización criminal. Los otros tres directivos —el presidente (el hostelero italiano Luciano Marziano), una persona de su máxima confianza y el tesorero del equipo— han quedado en libertad sin medidas cautelares.

Un exfutbolista del conjunto calpino ha asegurado en declaraciones al diario AS que el coordinador deportivo, al que identifica como Gabriel Franco, y el propio Marziano, eran los máximos responsables de “una mafia muy grande”. Según su versión, los futbolistas venían “engañados” al club con la esperanza de hacerse profesionales, pero no cobraban “más de 500 euros” al mes, un sueldo del que la tercera parte acababa en las manos del intermediario.

Los extranjeros vivían en un mismo piso, donde no comían otra cosa que “arroz y algo de pollo” por falta de dinero, hasta el punto de que la gente del pueblo “les tuvo que ayudar con comida y ropa” en más de una ocasión, según ha relatado el exjugador. Ese testimonio coincide con la información que ha facilitado hoy el TSJ. Según se recoge en un comunicado de la institución, los presuntos integrantes de la organización sabían “sobradamente” que sus víctimas “carecían de comida en muchas ocasiones”.

El coordinador deportivo del Calpe CF los reclutaba en Paraguay (aunque hay también víctimas de nacionalidad brasileña y colombiana), los introducía en España como turistas, para lo que no necesitan visado, y les daba de alta en el club. El mismo investigado les ofrecía contratos de trabajo a través de su empresa de intermediario futbolístico. Sin embargo, su sociedad no figura en el Registro Mercantil, un requisito indispensable según el reglamento de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) para que un agente futbolístico “pueda obtener la oportuna licencia” y desarrollar su trabajo en España.

El titular del juzgado de Instrucción 3 de Dénia, Javier Reyes, ha decretado el ingreso en prisión preventiva del agente, aunque eludible bajo fianza de 6.000 euros, porque cree que hay riesgo de fuga, dada su “falta de arraigo en España”, y teme que pueda influir en los testigos.

El magistrado atribuye indiciariamente a los cuatro directivos detenidos los delitos de favorecimiento de la inmigración ilegal, contra los derechos de los trabajadores y organización criminal. El juez ya interrogó el pasado sábado, como prueba preconstituida, a las once víctimas de la red, todos futbolistas sudamericanos, como testigos.

Los jugadores quedaron en libertad ese mismo sábado, tras ser detenidos por infracción de la Ley de Extranjería, y pudieron disputar el partido que debía enfrentar al día siguiente al Calpe CF contra el Pinoso. No obstante, la Policía Nacional les ha abierto los correspondientes expedientes de expulsión por carecer de permisos de residencia y trabajo en España.

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