Keylor Navas, el trabajo como refugio
Desde que llegó al Madrid en verano de 2014, el portero ha tenido que convivir con los rumores sobre posibles sustitutos que combate con esfuerzos y fe
No fueron muchas las familias que acompañaron a los jugadores a Abu Dabi para el Mundialito de clubes. Se quedaron en casa las de Modric, Zidane, Bale y Sergio Ramos, por ejemplo. Sí contó con el apoyo de los suyos Keylor Navas. La familia y la fe son los dos pilares del guardameta costarricense del Real Madrid. A ellos se aferra siempre y a ellos se aferró especialmente la temporada pasada cuando, en uno de los peores momentos, pasada la larga recuperación de la operación del tendón del pie izquierdo, le sugirieron incluso la ayuda de un psicólogo. Había perdido reflejos, el sentido de la colocación y el atrevimiento a la hora de tomar decisiones.
La inseguridad física se había convertido en inseguridad mental y le costó volver a recuperar sensaciones después de haber perdido la pretemporada. Navas, de 31 años, rechazó esa ayuda y se refugió en su mujer, en sus tres hijos y en la fe. Terminó siendo fundamental en el último tramo de Liga y Champions.
Este sábado se mide a Messi y compañía en un clásico de vida o muerte para el Madrid, que está a 11 puntos del Barcelona (con un partido menos). Enfrente tendrá también a Ter Stegen: 16 partidos disputados, 52 remates recibidos y 45 paradas. Navas ha jugado la mitad de los partidos, ha recibido 29 remates y ha parado 25.
Situaciones de vida o muerte son también las que ha vivido Keylor desde que llegó al club blanco en verano de 2014. Desde que defiende la portería del Madrid, siempre ha tenido que convivir con rumores sobre fichajes. Primero David de Gea, luego Courtois, más tarde Donnarumma, luego de nuevo De Gea y ahora Kepa, el portero del Athletic que el Madrid pretende contratar en este mercado de invierno para adelantarse al PSG y para tener a un segundo de garantías.
El portero de Zidane
Las lesiones musculares de Navas y las actuaciones poco convincentes de Kiko Casilla durante la ausencia del costarricense han hecho cambiar los planes del club, que nunca suele recurrir al mercado de invierno salvo en caso de lesiones. Zidane ha manifestado en más de una ocasión que Keylor Navas es su portero y así se lo ha hecho saber también en privado al propio Navas. En las últimas semanas, cada vez que ha pasado por la zona mixta, al portero del Madrid le han preguntado por Kepa, el joven arquero de 23 años. “Decir cosas que dan morbo es lo que a la gente le gusta. Ya me he acostumbrado a esto. El futuro nadie lo sabe. Yo disfrutaré con cada oportunidad”, contesta siempre.
Desde Valdebebas aseguran que otro portero, sin la fortaleza de Navas, habría llevado mucho peor esta situación y que su manera de ver y vivir la vida le hace tener una fe inquebrantable. En verano aseguró en una entrevista en Marca que pelearía a muerte para defender su sitio. Los que le ven entrenarse a diario aseguran que si sus compañeros se tiran 20 veces, él se tira 25; si sus compañeros repiten 30 veces un ejercicio, él lo repite 50. “Tengo mucha capacidad de trabajo”, dice Navas sobre sus virtudes.
El lunes, durante la comida de Navidad escuchó atento, sentado en la mesa con Achraf, Casemiro, Cristiano y Marcelo, las palabras del presidente Florentino Pérez, que agradeció a la plantilla la ilusión con la que trabajaron en 2017. “Todo el madridismo está muy orgulloso de vosotros y ese madridismo ya os reclama otro título”, les dijo Pérez. La defensa de uno de esos títulos (la Liga) pasa por ganarle este sábado al Barcelona. En los seis clásicos que ha disputado hasta ahora, Keylor ha encajado 10 goles (cuatro en aquel que sentenció a Benítez en noviembre de 2015 y tres en abril de la pasada temporada). Es el mejor momento de reivindicarse y reivindicar su sitio antes de las vacaciones. A la vuelta ya se abrirá el mercado de invierno.
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