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Federer, invicto en Londres, presiona a Nadal

El suizo cierra el pleno rumbo a las semifinales del Masters y sigue limando diferencias con el número uno, al que podría arrebatarle el trono antes de Australia si gana el torneo y algún evento previo

Alejandro Ciriza
Federer celebra su triunfo contra Cilic en Londres.
Federer celebra su triunfo contra Cilic en Londres.Julian Finney (Getty)

Con la suficiencia que viene demostrando a lo largo de toda esta temporada, Roger Federer firmó un pleno en la fase de grupos con su última victoria frente a Marin Cilic y accedió a las semifinales con la pulcritud que le caracteriza, limpio y hegemónico porque al croata le aplicó la misma fórmula que al resto. Se le escapó un parcial, pero a la que le tosió Cilic –eliminado porque ya había perdido los dos partidos anteriores– le devolvió a rápido a su sitio. Remontó Federer (6-7, 6-4 y 6-1), se metió otros 200 puntos en el bolsillo y de este modo continuó estrechando el cerco sobre Rafael Nadal.

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Uno y otro decían que el número uno era un objetivo circunstancial, que están por otras cosas e incluso por el mejor placer de seguir jugando al tenis, pero el declive progresivo de Andy Murray y Novak Djokovic se lo puso a tiro, el balear lo atrapó y ahora el suizo –una bestia competitiva, no se dejen engañar por la neutralidad de la cara– se está aproximando hacia él brazada a brazada. Oficialmente, antes del inicio de la Copa de Maestros, estaba a 1.640 puntos del español y con sus tres victorias en el round-robin ha menguado la renta a 1.040.

En el caso de que progrese a la final del domingo y conquiste su séptimo título maestro, la diferencia se reduciría a tan solo 140 puntos y la opción de ascender a la cima se le abriría de par en par. Le bastaría con sumar los 250 que, por ejemplo, podría obtener en Sydney. Eso sí, teniendo en cuenta la tendencia de Federer en los últimos tiempos, es difícil imaginar que pudiese supeditar la confección de su calendario a conseguir de inmediato el trono cuando una semana después comenzaría el pulso en el Open de Australia, el primer grande del curso.

No obstante, la posibilidad está ahí y Federer –no está en lo más alto desde el 29 de octubre de 2012, hace cinco años– sigue ganando partidos y torneos, premios y más premios. “No puedo hacerme ningún reproche”, indicó en la sala de conferencias; “quizá el haber perdido contra Donskoy [Dubái] y Haas [Stuttgart] ha terminado perjudicándome; tuve match points en los dos partidos... Si no he podido ser número uno por eso quizá ha he sido algo desafortunado, pero también gané en Miami, salvando puntos de partido contra Berdych, y pude perder partidos en otros torneos, así que estoy feliz. He superado todas mis expectativas”.

El cemento y la tierra, la doble defensa

Lo tiene en su mano Federer. Ahora bien, conviene recordar que el primer trimestre del número dos fue tan pomposo este año que el próximo será de doble filo, porque debe defender el botín que obtuvo por los trofeos de Melbourne (2.000 puntos), Indian Wells (1.000) y Miami (1.000). Después, al que le corresponderá mantener el tono en su superficie fetiche será a Nadal, puesto que este ejercicio ganó cuatro de los cinco títulos sobre tierra batida que disputó: Montecarlo (1.000), Barcelona (500), Madrid (1.000) y Roland Garros (2.000).

“Tengo que defender 2.000 puntos en Australia y él no, así que hay un problema”, precisó el de Basilea. “Sé que él también tiene que defender muchos puntos allí, pero no tantos como yo; por eso es por lo que digo que lo del número uno no es una meta realista. Es una de las últimas metas en el tenis, siempre lo ha sido para mí, pero a esta edad pensar en ello demasiado puede hacerme cometer errores y que me ponga nervioso”, continuó. “Todavía estoy lejos de Rafa, todavía tendría que ganar este torneo y estoy solo en las semifinales. Rafa ha sido mejor y se lo merece. Solo espero estar en forma para Australia”.

SOCK DESCABALGA A ZVEREV Y SE CONVIERTE EN EL PRIMER ESTADOUNIDENSE EN SEMIFINALES DESDE 2007

En el partido que cerraba la jornada, el O2 quedó impactado con el pase de Jack Sock y la eliminación de Alexander Zverev. Este último, tres del mundo, partía como favorito en el pulso a cara o cruz, pero el estadounidense fue superior (6-4, 1-6 y 6-4, en 1h 53m) y logró el billete para las semifinales.

De esta forma, Sock, de 25 años y debutante en la Copa de Maestros, se convirtió en el primer estadounidense que alcanza esa cota en una década. El anterior fue Andy Roddick en 2007. En la penúltma ronda del torneo, el norteamericano se medirá el sábado (21.00, Movistar+ Deportes 2) al búlgaro Grigor Dimitrov, segundo del otro grupo y que este viernes afrontará un último partido de trámite (21.00) contra Pablo Carreño.

En el otro partido del día, Dominic Thiem y David Goffin, con una victoria cada uno, se disputan la otra plaza en las semifinales del evento de los maestros.

Sobre la firma

Alejandro Ciriza
Cubre la información de tenis desde 2015. Melbourne, París, Londres y Nueva York, su ruta anual. Escala en los Juegos Olímpicos de Tokio. Se incorporó a EL PAÍS en 2007 y previamente trabajó en Localia (deportes), Telecinco (informativos) y As (fútbol). Licenciado en Comunicación Audiovisual por la Universidad de Navarra. Autor de ‘¡Vamos, Rafa!’.

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