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El último sueño de Buffon

El capitán de la selección italiana, que debutó en una repesca hace justo 20 años, busca su sexto Mundial antes de colgar los guantes

Eleonora Giovio
Buffon, en el entrenamiento de Italia de este martes.
Buffon, en el entrenamiento de Italia de este martes. Claudio Villa (Getty Images)

Un 29 de octubre de 1997, Gianluigi Buffon debutaba con la selección italiana. Lo hacía en Moscú. Italia tuvo que jugarse la repesca contra Rusia para disputar el Mundial de Francia 1998. La Nazionale consiguió el pase en el partido de vuelta en el San Paolo con un gol de Casiraghi (1-1 en la ida) que recuerda todavía el ‘boato’ [rugido] con lo que lo celebró la hinchada. El de Francia fue el primer Mundial para el guardameta de la Juve. Lo vivió desde el banquillo.

20 años después, en otra repesca, esta vez contra Suecia, Buffon busca conseguir el pase al que sería su sexto Mundial. Nadie lo ha conseguido. El capitán de Italia comparte, hasta ahora, un récord de cinco junto al portero mexicano Antonio Carbajal (Brasil 1950, Suiza 1954, Suecia 1958, Chile 1962 e Inglaterra 1966) y a Lothar Matthäus (España 1982, México 1986, Italia 1990, EE. UU. 1994 y Francia 1998). Después de Rusia, Buffon dejará la selección en manos de Gianluigi Donnarumma.

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“Echo un poco de menos esa despreocupación y engreimiento típicos de quien es joven y tiene todavía que ser abofeteado. Cuanto más ganas, más te equivocas, más aprendes y maduras. Aprendes a contar hasta diez. Ahora reflexiono mucho más y espero también haberme convertido en mejor portero. Antaño combatía el miedo a lo desconocido con un exceso de exuberancia que podía ser interpretada como irreverencia. Ahora, en cambio, sé a lo que me enfrento. Hace 20 años os habría dicho con chulería: ‘estamos clasificados ya’; hoy digo que estamos trabajando para conseguirlo”, reflexionaba el martes el portero y capitán de la selección.

El pasado mes de marzo alcanzó los 1.000 partidos como profesional. Con la camiseta de Italia ha jugado 173. Los más jóvenes le miran con admiración por las ganas que tiene todavía de entrenarse y de ganar. Los veteranos le consideran imprescindible en el vestuario. Es el que mantiene unido al grupo en las buenas y en las malas. Buffon siempre da la cara, admite los errores cuando los comete, defiende a sus compañeros en público y les da un toque en privado. Conte se apoyaba en él, como hizo Lippi en su día y como está haciendo Ventura desde que llegó al banquillo. Del grupo que ganó el Mundial en 2006 sólo quedan Buffon y De Rossi.

En Rusia tendrá 40 años. Con 38 batió el récord de imbatibilidad de la Serie A (974 minutos sin encajar un gol) y no se le ocurrió mejor manera para celebrarlo que escribir una carta en Facebook a sus compañeros. Hay un trofeo que le falta por levantar, la Champions. Lo intentó en Berlín en 2015 y en Cardiff en 2017. No hubo manera.

Siempre fiel a los colores desde que dejó el Parma para recalar en Turín, no abandonó a la Juve ni siquiera cuando bajó a Segunda por el Moggigate en 2006 (sí lo hizo Capello, por ejemplo, o Cannavaro). “Era un hombre feliz. Acababa de ganar un Mundial y el fútbol me dio una oportunidad para demostrar qué tipo de persona soy: quería hacer felices a millones de aficionados y ganarme el respeto de la gente como hombre, no sólo como futbolista”, contó tiempo después en una entrevista a este periódico.

Buffon, que es alérgico a las avispas y viaja con jeringuillas en el bolso por si le pican, siempre dice que no existe el portero perfecto, que son los defensas los que hacen buenos a los guardametas. Contra Suecia confiará una vez más en sus escuderos Bonucci y Chiellini.

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Sobre la firma

Eleonora Giovio
Es redactora de deportes, especializada en polideportivo, temas sociales y de abusos. Ha cubierto, entre otras cosas, dos Juegos Olímpicos. Ha desarrollado toda su carrera en EL PAÍS; ha sido colaboradora de Onda Cero y TVE. Es licenciada en Ciencias Internacionales y Diplomáticas por la Universidad de Bolonia y Máster de periodismo de EL PAÍS.

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