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Última llamada para Rusia

Las nueve plazas que cierran el Mundial se disputan entre el jueves 9 y el miércoles 15 con seis eliminatorias de repesca y la conclusión de los grupos africanos

Gianluigi Buffon durante la concentración italiana.
Gianluigi Buffon durante la concentración italiana.Claudio Villa (Getty Images)

Las últimas nueve plazas para disputar el Mundial de Rusia se dilucidan entre este jueves y el próximo miércoles. En juego están seis eliminatorias de repesca y el final de los grupos africanos. No habrá en junio más debutantes que Islandia y Panamá en el gran torneo del fútbol, pero varias selecciones largo tiempo ausentes como Perú o Irlanda del Norte buscarán su billete durante estos días en un cara o cruz con los siguientes puntos de interés:

Europa. Hay cuatro puestos por otorgar con favoritas como Italia o Croacia en duda. Los balcánicos se cruzan ante Grecia (jueves, 9, 20,45 en Zagreb; domingo, 12, 20,45 en Atenas) en una eliminatoria en la que para evitar riesgos se ha decidido que solo puedan acceder a los estadios aficionados locales. El partido de ida no lo podrá jugar Kostas Manolas, central de la Roma y pilar de la zaga helena, porque forzó una tarjeta amarilla contra Chipre en el último partido de la fase de grupos para llegar limpio a la repesca. El comité disciplinario de la FIFA entendió que hubo intención y le castigó con otro partido más. “Una decisión especial”, entiende el seleccionador Michael Skibbe. Porque lo curioso es que la sanción llegó cuatro semanas después de producirse la falta. Skibbe es el quinto seleccionador griego desde que cayeron en los octavos de final del último Mundial y no se aparta de la esencia sobre la que se ha construido la leyenda del equipo. “Jugar al ataque es bueno, pero solemos ser muy buenos defendiendo”. Si consiguen armarse pueden dar un dolor de cabeza a los croatas, que llegan con un seleccionador interino y tras salvarse de la eliminación con un triunfo postrero en Ucrania.

Equipos clasificados para el Mundial

Hasta el momento son 23 las selecciones que ya tienen asegurada su participación en el Mundial. Son las siguiente, por orden de llegada: Rusia, Brasil, Irán, Japón, México, Bélgica, Corea del Sur, Arabia Saudí, Inglaterra, Alemania, España, Nigeria, Costa Rica, Egipto, Polonia, Serbia, Islandia, Francia, Portugal, Uruguay, Colombia, Argentina y Panamá.

Irlanda del Norte y Suiza se jugarán otra plaza en Rusia (jueves, 9, 20,45 en Belfast; domingo 12, 18,00 en Basilea). Para los primeros es la oportunidad de regresar a un Mundial después de 32 años, el colofón a un camino emprendido en diciembre de 2011 cuando Michael O’Neill se convirtió en el primer católico practicante en dirigir la selección. Tomó al equipo en el puesto 88 del ránking FIFA y su primer partido lo perdió como local 0-3 ante Noruega. En el segundo, también en Belfast, subió la apuesta: 0-6. De los 18 primeros partidos ganó uno. Ahora los norirlandeses están son los 23 en esa clasificación mundial y vienen de pasar la fase de grupos en su primera experiencia en una Eurocopa. El equipo no está sobrado de talento, con delanteros de tercer nivel en las islas, pero se asienta sobre la zaga del West Bromwich Albion (McAuley, Evans, Brunt) y Davis, el mediocentro y capitán del Southampton que cumplirá ante Suiza cien internacionalidades. Apenas concedió seis goles en la fase de grupos, cinco de ellos a Alemania y el último de ellos en el intrascendente duelo con Noruega. Esa solidez puede dañar a los suizos, que no podrán contar con Djorou y Behrami, lesionados y que tienen a puntas como Mehmedi y Dzemaili en un mal momento de forma. Seferovic será la referencia en ataque. Suiza ganó nueve de sus diez partidos en su grupo, pero cayó en el decisivo en Portugal sin réplica. “Tenemos que olvidar todo eso”, dice el seleccionador Petkovic.

Entrenamiento de Irlanda del Norte en Belfast.
Entrenamiento de Irlanda del Norte en Belfast.CLODAGH KILCOYNE (REUTERS)

“No ir al Mundial sería el apocalipsis”, dice Carlo Tavecchio, el presidente de la Federación Italiana de Fútbol. Como en 1997 su selección está abocada a una repesca, en esta ocasión contra Suecia (viernes, 10, 20,45 en Solna; lunes, 13, 20,45 en Milán). Entonces el cruce había sido ante Rusia con un memorable partido empatado entre la nieve en Moscú y triunfo agónico en la resolución en Nápoles. Allí estaba Gianluigi Buffon, que debutó en terreno ruso con la selección al salir del banquillo tras una lesión de Pagliuca. Y aquí sigue tras anunciar que esta será su última temporada en activo. “De Suecia nos preocupa su regularidad”, apunta el legendario meta. Pero también ocupan los problemas italianos. Gianpiero Ventura ha ensayado con la zaga de tres centrales (Barzagli, Bonucci y Chiellini) para blindarse en la ida y fia el ataque al buen estado de forma de Immobile y Zaza, de vuelta a la selección tras un año de abstinencia. Otras dos piezas en alza, Insigne y El-Shaarawy esperarán turno en el banquillo. Suecia faltó a los dos últimos Mundiales e incorpora poco a poco a la generación que triunfó en el Europeo sub-21 de hace dos años.

Dinamarca e Irlanda afrontan una eliminatoria que semeja pareja (sábado 11, 20,45 en Copenhague; martes, 14, 20,45 en Dublín), pero que pueden decantar individualidades como Christian Eriksen, el centrocampista del Tottenham, al que se le etiqueta con un valor de mercado de 90 millones de euros. Schmeichel, Kjaer, Delaney, Jorgensen o Pione Sisto parecen una garantía para los daneses, donde no cuenta el céltico Daniel Wass por un desencuentro con el seleccionador. Los futbolistas irlandeses se mueven a otro nivel, pero aportan el valor del colectivo. No puede jugar el lesionado capitán Séamus Coleman y diez futbolistas están en riesgo de suspensión para el choque decisivo en Dublín, entre ellos el goleador McClean, un problema para un equipo que va al límite. “No podemos jugar con reservas tontas. Hay que olvidarse de las tarjetas y hacer nuestro fútbol”, pide el técnico Martin O’Neill. Irlanda solo ha jugado tres Mundiales y no acude a esa cita desde 2002.

Sesión de trabajo de la selección australiana en San Pedro Sula.
Sesión de trabajo de la selección australiana en San Pedro Sula.ORLANDO SIERRA (AFP)

Repescas intercontinentales. Dos clasificados saldrán de inéditos duelos que expondrán sobre el terreno de juego no solo diferencias futbolísticas sino incluso culturales. En Australia se ha debatido durante el último mes sobre la experiencia que deberán pasar sus futbolistas en San Pedro Sula. Se incide sobre el destino donde Honduras juega sus partidos como local y se esgrimen datos como que se trata de la ciudad con más índice de criminalidad del mundo tras la mexicana y fronteriza Ciudad Juárez. Los futbolistas australianos tienen prohibido dejar el hotel si no es para entrenar bajo una fuerte escolta. “Honduras es un lugar hermoso y venimos a jugar al fútbol”, rebajó a su llegada al país centroamericano Tim Cahill, que viajó en solitario tras apurar en Australia su recuperación de una lesión. Y no parece probable que lo haya conseguido y apenas pueda ejercer como catalizador moral para sus compañeros. Que él sea todavía, a punto de cumplir los 38 años y de vuelta a la liga de su país, la referencia futbolistica de su selección alerta sobre los problemas que tienen para renovarse. El duelo entre países tan alejados en todos los aspectos (viernes, 10, 23,00 en San Pedro Sula; miércoles, 15, 10,00 en Sydney) provoca problemas logísticos a la selección más modesta. Honduras no puede asumir ni con el apoyo de la FIFA la contratación de un vuelo privado para dirigirse a Oceanía a preparar el partido de vuelta y estudian si ir vía Los Ángeles o vía Santiago de Chile. En todo caso será un viaje de 24 horas, un tanto a favor de los australianos que se moverán en otro nivel de comodidad.

Entre Perú y Nueva Zelanda se plantea un problema similar (madrugada del viernes al sábado, 4,15 en Wellington; madrugada del miércoles al jueves, 3,15 en Lima) pero las posibilidades económicas son mayores que las de los hondureños. Perú se vuelca con la posibilidad de regresar a un Mundial, el primero desde 1982, y lamenta la ausencia del delantero Paolo Guerrero, sancionado por un “resultado analítico adverso” en un control antidopaje. Jefferson Farfán, que en el Lokomotiv de Moscú juega como extremo, puede suplirle en punta. El veterano Claudio Pizarro, de 39 años y aún en activo en el Colonia, se ofreció para ser reclutado, pero no cuenta. Nueva Zelanda quiere jugar la baza del físico y del punta Chris Wood, máximo goleador la campaña pasada con el Leeds en la Championship inglesa y ahora en la Premier con el Burnley.

África. Quedan tres plazas por repartirse en una fase de grupos que disputará su última jornada. Túnez recibe a Libia (sábado 11, 18,30 en Rades) y su rival por el billete, la República Democrática del Congo, espera a Guinea (sábado 11, 18,30 en Kinshasa). A los tunecinos les basta el empate para clasificarse o un tropiezo de los congoleños.

En otro grupo el duelo es directo entre Costa de Marfil y Marruecos (sábado 11, 17, 30 en Abidján) con ventaja para los norteafricanos, a los que le sirve el empate para volver a un Mundial veinte años después. A aquella generación liderada por Naybet y Hadji le sucede ahora otra muy prometedora con cinco futbolistas en equipos españoles, Achraf, Amrabat, Fayçal Fajr y los metas Munir y Bounou. Tannane se lo pierde por lesión, pero no talentos como Belhanda, Boutaib o Ziyach.

Más abierto está todo en el grupo que lidera Senegal, pero en el que Burkina Faso, Sudáfrica y hasta Cabo Verde tienen opciones de clasificarse. Los senegaleses tienen las cuentas claras: si suman dos puntos en sus dos partidos contra Sudáfrica (viernes, 10, 18,00 en Polokwane; martes 14, 20,30 en Dakar) estarán en el Mundial. Sudáfrica sabe que también lo hará si gana en esas dos citas. Burkina Faso, que recibe a Cabo Verde (martes 14, 20,30 en Dakar) aguarda una carambola que pasa por ganar su partido.

Rueda de prensa de Salomon Kalou antes del partido de Costa de Marfil contra Marruecos.
Rueda de prensa de Salomon Kalou antes del partido de Costa de Marfil contra Marruecos.ISSOUF SANOGO (AFP)

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