Joel González: “En Cataluña amigos de toda la vida no se hablan”

Joel González tiene 28 años. Campeón olímpico en Londres en la categoría de menos de 58 kilos, se colgó un bronce en Río en la de menos de 68. Después de los problemas de rodilla que le machacaron durante meses y que le hicieron muy cuesta arriba la preparación para los Juegos de 2016, había aparcado la idea de Tokio 2020. Ahora ha vuelto a pensar en ello, ha cambiado la táctica de combate para desgastar menos las caderas y las rodillas y dice que tiene motivaciones suficientes. “He vuelto a tener las energías y la ilusión necesarias”, asegura. Serían sus terceros Juegos, algo llamativo en un deporte tan exigente como el taekwondo. González, que acaba de colgarse el bronce en el Gran Prix de Londres y que viajará a Croacia para disputar otro el 10 de noviembre, ha estado este jueves por la mañana en Madrid para un compromiso publicitario. Es el nuevo embajador de la marca de ropa D’S Damat. Cualquier ayuda extra además de la beca ADO es bien recibida por los deportistas de deportes minoritarios.

Joel es catalán, de Figueras, y se entrena en el CAR de Barcelona. Titulado en Criminología, quiere empezar ahora la carrera de Derecho. No es ajeno al clima provocado por el conflicto independentista. Un conflicto que, según cuenta el taekwondista español, ha enrarecido mucho las relaciones y la vida en Cataluña. A finales de septiembre, pocos días antes de que se votara en el referéndum ilegal del 1 de octubre, González colgó en Twitter una foto suya con la bandera española y este mensaje: “Orgulloso de ser quien soy, catalán y español”. Lo han retuiteado más de 18.000 personas.

¿Cómo lo está viviendo? ¿Entre los deportistas hablan de eso? “Es un tema complicado, difícil para ambas partes, un tema que no beneficia a nadie y que perjudica al pueblo. Se está creando una situación en Cataluña en que amigos de toda la vida no se hablan... Hay conversaciones que son complicadas de sacar y discusiones que antes nunca había habido, y te hablo de grupos de amigos de toda la vida", contesta González, sentado en un pequeño sofá de una tienda en la calle Serrano de Madrid.

Asegura que a él mismo le ha pasado y que cree que no es el único. “Cosas así dañan a la sociedad y al pueblo, son cosas de políticos, ellos cobran para hacer este trabajo y ellos son los que tienen que espabilar para ponerse de acuerdo y sobre todo entrar dentro del derecho y a hacer las cosas bien hechas. Son ellos los que tienen que arreglarlo y dejar al pueblo en paz”, añade.

El discurso independentista, las tensiones después de la convocatoria ilegal del referéndum del 1 de octubre, han calado hondo. Incluso en su grupo de amigos. “Hay amistades que no se hablan… Me ha pasado incluso de ir a los mismos sitios de siempre y encontrarte al padre de un amigo con cara diferente…”, lamenta. “Lo bonito de que cada uno piense diferente es que podamos tener un ambiente común. Tú puedes tener tus ideologías políticas, te puede gustar más el rojo, el verde y el azul y a mí me puede gustar otro color y podemos si quieres debatir sobre ello o si no, no y seguir siendo amigos o saludarnos cordialmente. Espero que se acabe pronto esta situación”, concluye.