El Leganés devora al Athletic
El equipo madrileño mantiene su línea de solidez ante un rival apático y es quinto en la clasificación
A este Leganés no le marca ni Aduriz. Es más, el tótem del Athletic no hizo ni cosquillas a un equipo que con esta victoria se pone quinto, a la zaga de sus poderosos vecinos madrileños, y acumula cinco partidos sin perder y sin encajar goles. Todo va de cine para este Lega, que es un muro atrás y este año además tiene pólvora y velocidad arriba. Cierto es que el Athletic no hizo mucho por romper la racha. Partido nefasto de los rojiblancos, que tiraron la primera mitad y que para su desgracia recibieron el gol en los únicos 10 minutos que apretaron de verdad.
Y es que el Athletic salió a Butarque como el que sale a regañadientes a hacer deporte un domingo por la tarde, a trotar un poco por el césped sin muchas ganas, esperando que el cuerpo se vaya templando poco a poco. Los de Ziganda mostraron su versión más apática, sin ni siquiera tirar del típico recurso de meter balones al área para Aduriz y Raúl García. Posiblemente ni eso podía porque apenas llegaba. Enfrente, el Leganés andaba un pelín desconcertado, sin saber si ir a matar con todo o guardarse un poco porque no se fiaba de la aparente inactividad de su rival. Tras un comienzo impetuoso de los locales, el partido entró en punto muerto toda la primera parte.
Algo debió pasar en el vestuario visitante en el descanso porque al verde saltaron once jugadores vestidos de rojiblanco que no se parecían en nada a los del primer acto, aunque Ziganda solo hizo un cambio, Iturraspe por Vesga. Nada más reiniciarse Williams se marchó solo por la derecha y su disparo cruzado lo sacó Cuéllar con las uñas. En el córner siguiente el portero del Lega la pifió en la salida y San José se encontró con el balón delante de la cara aunque no pudo precisar y lo mandó al larguero. El partido era otro porque el Athletic iba a por él.
Pero como el fútbol es así, el propio San José perdió un balón tonto en el centro del campo y Beauvue se fue como un rayo hacia la portería de Kepa. El delantero del Leganés podía pasar a el Zhar para que marcase a placer, pero se permitió recortar en seco a Laporte antes de mandar el balón a la red. Mazazo para el Athletic, que por fin había despertado.
Aún intentó reponerse el cuadro vasco, pero en esos 10 minutos de ofensiva gastó toda su munición, el Leganés había agarrado el partido y ya no lo soltaría. Garitano ordenó una presión intermedia que permitía al equipo madrileño apostarse en su campo y salir a morder cuando recuperaba el cuero. Ahí hizo diabluras Amrabat, imparable por su velocidad para la defensa del Athletic. El marroquí pudo sentenciar a 15 del final, pero Kepa le paró en el mano a mano.
El partido murió así porque este Leganés se ha convertido en un especialista en cerrar los partidos sin pasar demasiados apuros. Solo la inercia final de los visitantes aculó a los pepineros en su área en los minutos finales, aunque el empate nunca pareció una posibilidad. Felicidad final en el sur de Madrid, donde no quieren ni hablar de Europa, de momento.
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