Valentino Rossi vuelve a rodar con su Yamaha 18 días después de romperse la pierna

Valentino Rossi quiere volver al frente. El piloto italiano, de 38 años, sorprendió este lunes y este martes subiéndose a su Yamaha YZF-R1 para probarse en el circuito de Misano 18 días después de sufrir fracturas con desplazamiento en la tibia y el peroné de la pierna derecha en un accidente de enduro. Un día más tarde, se sometía a una cirugía para fijar las fracturas con un clavo intramedular.

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“¿Por qué la recuperación puede ser tan rápida?”, se pregunta Luis González-Lago, director médico del Valencia. “El origen de estos clavos, casi todos alemanes, se remonta a la Primera y la Segunda Guerra Mundial, cuando más se avanzó en osteosíntesis moderna. Operaban a los soldados y cuatro o cinco días después los mandaban otra vez al frente”. 

A su propia guerra quiere volver cuando antes El Doctor, cuarto del Mundial de MotoGP, a 42 puntos del líder, Marc Márquez, pero todavía con opciones de sumar su décima corona a falta de cinco carreras. La última, en San Marino, se la perdió por la lesión, algo que no quiere repetir en el GP de Aragón de este fin de semana. Por eso dio un par de vueltas al trazado de Misano, para encontrar su punto de recuperación, menos de la previstas, porque tuvo que parar cuando empezó a llover. Yamaha decidirá esta misma tarde si su piloto correrá en Alcañiz (Teruel).

“Una fractura de tibia, que no es el hueso más agradecido, no consolida en 18 días”, explica González-Lago. “Pero que no esté consolidada no quiere decir que sea una barbaridad. Si está bien estabilizada y protegida, y él maneja el dolor, puede subirse a una moto”, añade el doctor, que, sin conocer al detalle la lesión de Rossi, no ve un riesgo de que empeore. “Solo en caso de accidente. Y tiene que ser un gran traumatismo para que se rompa el clavo”. Tampoco cree González-Lago que el hecho de que el piloto sufriera una lesión en la misma pierna hace siete años empeore de alguna forma la evolución. “Lo único es que la cirugía habrá sido más complicada”, observa. “Seguramente lleve una sujeción externa también. Y seguro que le han puesto factores de crecimiento y todo lo que hacemos los profesionales en este tipo de casos”, abunda. “Y los pilotos son como los toreros, les pones cualquier cosa y funcionan”.

Hay un precedente más extremo. En 2013, Jorge Lorenzo corrió el GP de Holanda solo dos días después operarse de una fractura de clavícula y contra la opinión de los médicos, que le colocaron una plaza de titanio. Lorenzo, tras la carrera, se quejaba del brazo, pero del bueno.