El empedrado camino de Bordalás
El técnico del Getafe se curtió en Segunda B y Segunda hasta alcanzar un banquillo en Primera tras consumar dos ascensos consecutivos
Desde que entrenase al Benidorm en 1995, José Bordalás (Alicante, 55 años) ha conocido cada uno de los entresijos del fútbol de cobre, ese que se juega en estadios apasionados con pocos objetivos de televisión pendientes, pero que llenan las calles y devoran pizarras. Porque ejercer en Segunda B, en una de las categorías más humildes del fútbol español, es para un entrenador como hacer la mili. Lo es porque en esos vestuarios se entrenan jugadores que buscan hacer carrera en el fútbol al mismo tiempo que pelean la vida fuera del campo. Y entender el fútbol desde abajo, licenciarse en las trincheras, es garantía de arrojo.
Aquel primer año de Bordalás en los banquillos no fue del todo bien. El Benidorm salvó el descenso a pesar de terminar igualado a puntos con el Mármol de Macael, pero tuvo que jugarse la permanencia en la categoría, algo que en esa escala tiene que ver con la lucha por la supervivencia. Se enfrentó al Leganés B, al que ganó en casa (2-1), y con el que empató a cero en Butarque. En aquel equipo jugaba Pepe Mel, que terminó el año como máximo goleador del equipo con 16 dianas. Dos temporadas después colgó las botas y se adentró en los banquillos. No sería el único jugador que acabaría convirtiéndose en colega de profesión con el que se encontraría en el futuro Bordalás.
Para muchos futuros entrenadores ver que lo ha logrado sirve de motivación" Asier Garitano, técnico del Leganés
Seis temporadas después, en la 2001-2002, en el Alicante, se topó con Asier Garitano. El hoy técnico del Leganés tenía entonces 32 años, y terminó el curso con 13 goles, solo uno por detrás de Morante, con el que peleaba por un hueco en el once. "Entonces era un entrenador muy parecido a lo que es ahora. Tenía una enorme exigencia, no se conformaba nunca con la categoría en la que estaba. Quería jugar con los mejores y llegar hasta los mejores", recuerda Garitano.
El recuerdo de Halloween
La última vez que el Barcelona visitó el Coliseum Alfonso Pérez fue el 31 de octubre de 2015, y tras derrotar a los azulones sobre el campo (0-2) algunos de sus jugadores irrumpieron en la sala de prensa disfrazados con máscaras de Halloween.
Futbolistas como Dani Alves, Piqué, Neymar, Adriano o Jordi Alba interrumpieron la conferencia de Víctor Rodríguez ataviados con disfraces y caretas, en un gesto que no sentó nada bien al Getafe, y por el que el Barcelona tuvo que pedir disculpas. "En ningún caso fue nuestra intención ofender o molestar a ningún miembro del Getafe", aseguró el club azulgrana en un comunicado. "Nos gustaría disculparnos en concreto con Víctor Rodríguez por el desafortunado e involuntario accidente, así como expresar nuestro respeto por él", rezaba la nota, en la que justificaba la presencia de los jugadores del Barcelona en la sala de prensa por un error a la hora de encontrar la puerta de salida del vestuario.
Tras un breve paso por el Novelda, Bordalás regresó al Alicante; pero Garitano ya no estaba allí. Después llegó el Hércules, el primer equipo en Segunda del que se haría cargo, el Alcoyano, el Elche, el Alcorcón y el Alavés. Y estando en Vitoria ocurrió algo poco habitual. Logrado el ascenso a Primera, la secretaría técnica decidió rescindir su contrato. Y eso que contaba con una prórroga automática por haber logrado el objetivo. "No dudo de la valía ni de la capacidad de Pepe, ni le voy a restar un gramo de mérito a lo conseguido, pero debemos estar plenamente convencidos de que los profesionales que vayan a unirse a este proyecto son los adecuados para desarrollar cada una de sus competencias", justificó entonces Sergio Fernández. El sueño de entrenar en Primera, con los mejores, se desvanecía.
A pesar del varapalo, Bordalás encontró en el Getafe un nuevo pasaporte a la élite. En su primera temporada en banquillo azulón devolvió al equipo a la máxima categoría, logrando su segundo ascenso consecutivo. Sin embargo, su permanencia en el equipo llegó a estar en el aire, aunque el presidente Ángel Torres mantuvo su confianza en él. "Me alegro de que después de muchos años en Segunda B y en Segunda nos hayamos encontrado en Primera. Para mucha gente que está allí abajo poder ver que un entrenador consigue llegar hasta la élite está muy bien, sirve de motivación para todos los que quieran ser entrenadores", señala Garitano.
Frente al Barcelona (16.15, beIN LaLiga), Bordalás habrá logrado lo que siempre buscó. Llegar hasta la élite y enfrentarse a ella.
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