Lopetegui aún cree en Villa

Hace tres años y dos meses que David Villa no juega un partido con la selección, el equipo con el que lo ganó todo y en el que se mantiene como el máximo goleador de su historia. No era su adiós aquel triste e intrascendente partido contra Australia en Curitiba con España eliminada del Mundial. Marcó con una excelente finalización de espuela el primer gol en aquel partido, en los que eran sus primeros minutos en el campeonato, y antes de que se cumpliese la hora de juego Vicente del Bosque le relevó. Se fue al banquillo destrozado. “No, hombre, no”, musitó cuando vio que debía abandonar el campo.

Quería seguir en la selección, pero aquel verano decidió aceptar una oferta del New York City para jugar en la Major League Soccer, una competición menor, lo que parecía disminuir sus opciones de vestir de rojo. No será así. Julen Lopetegui le convocó ayer para los encuentros de clasificación para el Mundial que se avecinan: ante Italia, el 2 de septiembre en Madrid, y Lichtenstein, el 5 en Vaduz.

La noticia se conoció mientras el delantero asturiano velaba armas para el derbi contra el New York Red Bulls que se jugaba anoche. Antes del partido dejó en sus redes sociales una imagen, un recorte de la casaca de la selección con el escudo y la estrella que la identifica como campeón mundial, y un mensaje: “Muy emocionado. Gracias a los que confían en mí para ponerme de nuevo esta camiseta”.

Desde que no la viste ha disputado 93 partidos en los que ha marcado 62 veces, dos de ellas durante cuatro partidos que jugó cedido en el Melbourne City. La pasada temporada resultó elegido como el mejor jugador de la MLS estadounidense tras marcar 23 goles en 35 partidos, y en la actual sumaba hasta anoche 19 dianas y ocho asistencias en 24 partidos, nada menos que once tantos en las diez últimas jornadas.

“Va a aportar movilidad y ganas de competir”, explicó ayer Julen Lopetegui. Nada desdeñable para un futbolista que cumplirá 36 años en diciembre y del que se sospechaba que iba a asumir una dorada y nada baqueteada jubilación entre rascacielos. Hasta que llegaron noticias sobre su intacta voracidad ante las porterías rivales. Alertado, Julen Lopetegui se desplazó a Nueva York a finales del pasado mes de octubre para entrevistarse con él y verle jugar contra Columbus Crew. Villa le regaló la vista con un gol, una asistencia y un disparo al palo. Dos meses después, en las vacaciones en una liga que se disputa entre marzo y octubre y disputa play-offs hasta diciembre, el futbolista dejó un mensaje durante su estancia en Valencia para asistir a un campus de una escuela de fútbol que lleva su nombre: “Siempre lo digo. Cuando esté retirado en mi casa seguiré soñando con ir a la selección. Sé que es complicado, pero nunca perderé la ilusión de que me llamen”.

Puerta abierta

Hace ya mucho tiempo que Villa cumplió casi todas sus ilusiones futbolísticas. Faltaba esta y ya la tiene. “Significa que no le cerramos la puerta a nadie”, apunta Lopetegui, que describe al Villa actual como al de toda la vida: “Calidad, intuición, velocidad… Es un jugador vigente”. Queda sin embargo en el alero si podría llegar al Mundial, y si llegará a las 100 internacionalidades, que alcanzaría con tres más. “No vamos a hacer de futurólogos. Viene para ayudar y luego decidiremos en función de rendimientos y necesidades”, completa el seleccionador.

Villa vuelve porque en la delantera de la selección se abre un espacio. Diego Costa no se está entrenando a la espera de un destino que le aleje del Chelsea. “Por eso no viene”, aclara Lopetegui. Morata, Iago Aspas, Pedro y Deulofeu completan el elenco de delanteros en una convocatoria de 26 jugadores, uno más de lo habitual porque siete de los futbolistas que han recibido la llamada (Piqué, Sergio Ramos, Busquets, Thiago, Jordi Alba, David Silva y Vitolo) están advertidos de suspensión y podrían perderse el partido contra Lichtenstein.