Mireia Belmonte: “A lo mejor me especializo en mariposa o 1.500”
La española, una de las más completas y polivalentes, ya piensa en Tokio 2020
“Creo que ha sido un buen 400 para acabar el campeonato”, dijo Mireia Belmonte, exhausta y satisfecha con una semana de competición que comenzó con dudas, hundiéndose en el 400 libre y en el 200 estilos, y luego pillando un constipado. “Acabé mucho mejor que cuando empecé y conseguí un oro que parecía inalcanzable [en los 200 mariposa]”.
La nadadora de Badalona, que a sus 26 años puede presumir de seis medallas mundiales y otras cuatro olímpicas, ha conseguido sus éxitos por la vía de la polifuncionalidad. Desde 2011 se obstina en nadar programas desaforados, sin atender a la especialización como hacen todas las nadadoras. Ella es una excepción porque acomete pruebas como el 200 mariposa o el 1.500 libre, no solo antagónicas sino incluso contraproducentes a la hora de prepararlas.
“Fue especial nadar con Ledecky el 1.500”, dijo, evocando la prueba de fondo por excelencia en piscina, en la que recortó 10 segundos su mejor marca. Una prueba que acaba de inscribirse en el programa olímpico femenino por primera vez y que podría nadar en los Juegos de 2020, en Tokio.
“Me siento una de las nadadoras más completas del mundo y creo que entrenar distintas modalidades me resulta más entretenido”, dijo Mireia, con la plata del 400 estilos al cuello, orgullosa de su capacidad de abarcar todo el espectro de la natación, desde los estilos al nado libre, desde la velocidad del 200 hasta la resistencia del 1.500.
La española es el equivalente en la natación a los decatletas en el atletismo. En la última década, solo Hosszu se le ha aproximado en la elección heterodoxa de las pruebas. No se sabe si Ledecky podría acometer un plan similar, aunque en el cuartel de Estados Unidos se rumorea que la estrella del equipo está experimentando con los estilos para competir en los Mundiales de 2019.
Mireia y Fred Vergnoux, su entrenador, han planificado los programas año a año. Ahora que la nadadora ha alcanzado una edad en que la energía puede faltarle, se plantea la cuestión de la especialización, al menos para afrontar los Juegos de Tokio 2020. “Por el momento me salen bien las cosas”, dijo Mireia. “A lo mejor en el futuro me puedo especializar en mariposa o en 1.500. Pero de momento, no. Todavía me quedan muchos años”.
“Es un problema de lujo”, dijo Vergnoux cuando le plantearon la posibilidad de preparar el 1.500 para 2020. “Pero estoy seguro de que en tres años muchas mujeres se van a apuntar al 1.500 olímpico. Tenemos que ver cómo se plantea las cosas. Ahora tenemos que acabar esta temporada, desconectar y plantear un objetivo muy grande. Grandísimo. ¡No me vale hacer 2,4 en 200 mariposa! En natación, todas las cosas grandes se explican por decisiones anteriores. Funcionamos a largo plazo”.
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