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Rooney vuelve al Everton

El delantero se desvincula del Manchester United para regresar 13 años después al equipo de su infancia y corazón

Jordi Quixano
Rooney, en 2004, con la camiseta del Everton.
Rooney, en 2004, con la camiseta del Everton.ALASTAIR GRANT (ap)

Dicen en Inglaterra que si eres de Croxteth, uno de los suburbios más deprimidos de Liverpool, puedes salir del barrio pero difícilmente podrás abandonarlo mentalmente. Un dicho que Wayne Rooney, de 31 años, ha hecho bueno. Aunque en la ecuación ha pesado más la variable del Everton, el club de su corazón, el equipo que volverá a defender por al menos dos temporadas tras dejarlo en 2004 y después de defender durante 13 cursos al Manchester United. “Hace tiempo que dije que el único club de la Premier en el que jugaría además del Manchester era el Everton. Estoy encantado de que haya ocurrido”, resolvió el futbolista, anunciado por los Toffees como su nuevo fichaje. “Wayne ama al Everton y estaba desesperado por volver. Me ha mostrado la ambición ganadora que necesitamos y sabe cómo ganar títulos, por lo que estoy muy feliz porque haya decidido volver a casa”, expresó el técnico Ronald Koeman. “Creo en el mister porque está creando un equipo que puede ganar y espero ayudar a hacerlo realidad en la entidad que he apoyado desde niño”, amplió el 10.

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Siempre fue así. Cuando apenas alzaba un metro, escribió en una de las ventanas de madera de su casa: ‘W. Rooney, Everton Football Club’. Después de eso, a buen seguro, agarraría una pelota y saldría al callejón de enfrente para golpearla sin descanso. O quizá iría al jardín de su abuela Patrice para chutar sobre la improvisada portería que fabricó. O, como mucho, acudiría al gimnasio del tío Ritchie para boxear o practicar con su padre, expúgil que le hizo toffee el mismo día de su nacimiento, regalo que inauguró seis meses más tarde entre los brazos de su madre Jeannete, asistente de cocina del colegio De la Salle. Tan acérrimo del Everton era que con nueve años, después de pulverizar el récord anual de goles (72) en la liga colegial, recibió una oferta del Liverpool y, ni corto ni perezoso, se presentó en la ciudad deportiva de Melwood con la zamarra azul, provocación que no le descartó para los preparadores de Merseyside pero que sí le dio una semana extra para decidirse y aceptar la tardía oferta del Everton. Y desde ese día se dedicó a pulverizar los registros de precocidad, hasta el punto de que se convirtió con 16 años y 10 meses en el más joven de la Premier en hacer diana, superando a Michel Owen (17 años y 145 días), un tanto que tumbó la racha de 30 encuentros sin perder del Arsenal y que le situó en el escaparate de la pelota por siempre.

Por esas fechas, el Everton tenía todo preparado para sellar un acuerdo por tres años que le dispararía el sueldo desde los 137 euros semanales hasta los 15.600. Pero Wayne cambió de agentes y sus planes pasaban por el Manchester United –desembolsó unos 29 millones de euros- y por un contrato millonario que ha ido regando hasta ahora. “Es el mejor jugador de menos de 20 años que he visto”, decía Sir Alex Ferguson. Y, ya como estrella, empezó a vivir a lo grande como se expresó en la fiesta de cumpleaños de su entonces novia –ya esposa- Coleen McLoughlin, en la mansión neogótica de lord Leverhulme, donde toneladas de hielo esculpido hacían de barra de bar, entre malabaristas y demás excentricidades. Caprichos que, sin embargo, no restaban su apetito de gol ni victoria porque desde ese 2004 ha disputado 559 encuentros con un saldo de 253 tantos adornados con una Champions y un Mundial de Clubes, además de cinco Premiers, una FA Cup y la reciente Europa League, donde apenas ha tenido protagonismo porque Mourinho decidió que su tiempo había pasado. Por eso, en el mismo día que el MUFC anunció el fichaje del delantero Lukaku (Everton), Rooney tomó el camino inverso, el camino a casa.

Probablemente Gazza –como le apodaba la prensa y hasta el vestuario del United por su parecido con Paul Gascoigne- ya no cogerá la bicicleta como hacía de niño para ir a entrenarse a la ciudad deportiva del Everton. Tampoco estarán, como ocurriera en el pasado, sus hermanos Graham (se desenvuelve en el fútbol amateur) y John (tras jugar en Estados Unidos se desempeña en el Wrexham, de quinta división). Pero jugará en su casa, en el equipo que marcó 17 goles en 77 encuentros como profesional. “Nací azul”, cuenta en su biografía My story so far (Mi historia hasta ahora). Ahora, presumiblemente, también acabará de azul.

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