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Los hermanos González comandan el béisbol mexicano

Adrián, primera base, y Edgar, mánager del equipo de México, buscan trascender en el Clásico Mundial de Béisbol

Diego Mancera
La selección de México comandada por Adrián González
La selección de México comandada por Adrián GonzálezAP

El béisbol mexicano quedó huérfano tras la partida de la Fernandomanía, en referencia a Fernando Valenzuela, el emblema del deporte. El lanzador estrella de Los Ángeles Dodgers se retiró de las grandes ligas en 1997 y en ese tiempo los jóvenes Adrián (1982) y Edgar González (1978) querían destacar, pero sus números no le favorecían ni los colocaban como promesas de las manoplas y bates.

David González y Alba Sabin, sus padres, vivían en San Diego California, aunque se mudaron a Tijuana hasta que Adrián cumplió 10 años. El papá quería que sus hijos siguieran los pasos del Valenzuela que veía triunfar en los años ochenta, por eso les contrató un entrenador especializado en forjar atletas de élite. “Un beisbolista no se forma bateando y pitcheando nada más”, dijo el señor González en una entrevista con El Economista.

A Adrián González le empezó a ir de perlas. Destacó en el equipo escolar Eastlake Titans High School. De allí acuñó el apodo de titán. En el 2000 los Marlins de Miami le reclutaron, aunque no le bastó para quedarse en la plantilla principal. Fue cedido a los Texas Rangers, allí debutó en las Grandes Ligas, lejos de casa, y permaneció dos temporadas en las que tuvo escasa actividad con sólo 59 partidos.

En 2006 los San Diego Padres le contrataron. Regresar a su tierra natal le significó tener una mayor participación con 24 jonrones, 82 carreras. En ese momento solo ganaba 327.000 dólares. El año pasado recibió 21.800.000 dólares por la temporada como figura de los Dodgers. Con el equipo californiano coleccionó 137 jonrones y 419 carreras. Tras cinco años el equipo no podía costear su contrato y fue contratado por los Boston Red Sox, en donde su primera temporada le representó un contrato de siete años a cambio de 154.000.000 de dólares. Así se erigió como el deportista mexicano mejor pagado de todos los tiempos por encima de futbolistas.

González regresó a California en 2012 tras la petición de la directiva de los Dodgers, en donde ha labrado su propio camino con el número 23 en su espalda. Su hermano mayor por cuatro años, Edgar González, también tuvo sus primeras experiencias en los campos en los Texas Rangers. Deambuló por los Washington Nationals, Florida Marlins, St. Louis Cardinals y encalló en los San Diego Padres junto a su hermano; sin embargo, no pudo mantenerse entre los mejores de la plantilla.

El lugar de Édgar se ha concentrado en la dirección de equipos. En diciembre pasado fue nombrado como el mánager de los Charros de Jalisco, uno de los equipos más populares de la liga mexicana del Pacífico. Para el Clásico Mundial de Béisbol se hará cargo de las tácticas del equipo mexicano.

“Los equipos de México siempre se destacan por el pitcheo, tenemos buen cuerpo de lanzadores y bateadores de poder, aunque nos falta un poquito de velocidad”, dijo Édgar González a la prensa. También aseguró que su equipo “tiene para ganarle a quien sea en el Clásico Mundial, hay talento”. El tri de béisbol está situado en el grupo D junto con Italia, Venezuela y Puerto Rico. Estos equipos jugarán la fase de grupos en el estadio de los Charros de Jalisco. Su debut será este jueves ante los italianos a las 20.00 horas (tiempo local). 

El pitcher de los Bluejays de Toronto, Roberto Osuna (Sinaloa, 1995), nutre al equipo mexicano con su juventud. El joven que creció al ver a su padre estar en la Liga Mexicana de béisbol, pero pasaba sus días en el campo cuando recogía tomates, patatas y pepinillos. Hasta que en 2011 se estrenó con los Diablos Rojos, uno de los equipos más populares en su país. Cuatro años más tarde participó en una pretemporada con los Bluejays y se quedó en el conjunto. 

Otros de los los jugadores que refuerzan la idea de que México pueda trascender en el Clásico Mundial son Xorge Carrillo de los New York Mets, Miguel González de los Chicago White Sox y Luis Urías, un prospecto de los San Diego Padres. 

El béisbol, de acuerdo con la encuestadora Consulta Mitofsky, es el tercer deporte más popular de México, por debajo del fútbol y del box. El deporte tuvo su época de esplendor entre 1940 y 1970, aunque el principal foco de aficionados está ubicado en el Pacífico. Sinaloa es la entidad donde emergen los nuevos talentos y abarrotan los estadios para ver a Los Cañeros de los Mochis, los Venados de Mazatlán y los Tomateros de Culiacán.

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Sobre la firma

Diego Mancera
Es coordinador de las portadas web de la edición América en EL PAÍS. Empezó a trabajar en la edición mexicana desde 2016 escribiendo historias deportivas. Es licenciado en Ciencias de la Comunicación y Periodismo por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

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