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El comienzo de la liga en Argentina, pendiente de una trama de novela

A 24 horas de la primera fecha, los jugadores condicionan el fin de la huelga a que los clubes paguen los salarios adeudados

Los jugadores de Boca, puntero de la liga, celebran un gol.
Los jugadores de Boca, puntero de la liga, celebran un gol.Télam

El gobierno de Mauricio Macri finalmente cumplió, aunque con un mes de retraso. Este viernes, depositó 350 millones de pesos (22.5 millones de dólares) correspondientes al acuerdo de rescisión del contrato entre el programa estatal Fútbol Para Todos (FPT) y la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), que garantizó la televisación gratuita de los partidos de la liga argentina durante el kirchnerismo. Se esperaba que, una vez cumplido el pago, los futbolistas levantasen la huelga que mantienen desde hace semanas por salarios atrasados. Pero el entuerto continúa. Los capitanes de los equipos decidieron a última hora del jueves que la pelota no rodará hasta que el dinero ingrese en las cuentas bancarias de los jugadores que llevan hasta cuatro meses sin cobrar, sobre todo en los clubes del ascenso. Los señalados ahora son los dirigentes de los clubes, los mismos que tienen en sus manos cerrar un nuevo acuerdo para la televisación de los partidos y concretar las demoradas elecciones para presidente de la AFA.

Ya nadie puede negar que con la cancelación del compromiso financiero, la pelota está en poder de los dirigentes. Entonces, los portavoces del Gobierno salieron a meter presión. “Hay una gran crisis institucional en la AFA fruto, en gran parte, de cómo la política se metió en el programa FPT con la intención de politizar una herramienta tan importante como es el fútbol. Lo que hemos ido haciendo, en ese proceso de superar la crisis, es la rescisión del contrato y hoy se pagó la última plata que el estado le va a pagar al futbol argentino. Esperemos que la dirigencia pueda resolver el problema y se normalice”, expresó el jefe de Ministros, Marcos Peña.

Futbolistas Agremiados había anticipado que el pago del resarcimiento por la rescisión del FPT no era suficiente para levantar la huelga y su titular lo recordó ayer temprano: “Hemos dicho que ese dinero, si bien es importante, es totalmente insuficiente para cancelar parte de la deuda que tienen con los futbolistas. Hasta que ese dinero no llegue a los futbolistas vamos a seguir con la retención de tareas”, dijo el titular de Agremiados, Sergio Marchi. “Aquí no se está pidiendo aumento de sueldo ni bonos extraordinarios, simplemente que se paguen los salarios caídos de muchos futbolistas ”, agregó el dirigente al ser consultado sobre el posible retorno de la liga luego de más de 70 días.

Pasado el mediodía, se difundió un comunicado firmado por AFA en el que anunciaron el retorno de todas las categorías para este fin de semana y refrendaba el artículo 109 del estatuto para quien no se presente a jugar. En palabras más concretas: pérdida de partido, deducción de puntos y multa económica. Sin embargo, el escrito no era oficial y sólo aportó más confusión en una jornada donde ningún periodista pudo contar con un dato preciso. Al parecer, se trató de un borrador que fue filtrado por el vicepresidente de la Comisión Normalizadora, Javier Medín. Armando Pérez, presidente de la misma institución, fue categórico a los pocos minutos: “Nosotros no sacamos ningún comunicado desde AFA”. Así están las cosas en la casa madre del fútbol argentino.

La confusión dio lugar a situaciones por demás bizarras. Como los casos de los planteles de Belgrano de Córdoba y Godoy Cruz de Mendoza, con compromisos el viernes por la noche en Buenos Aires y Rosario, respectivamente, y que tuvieron que viajar y concentrar en un hotel aún sin saber si jugarían sus partidos. O la que protagonizó el juvenil futbolista de River, Lucas Martínez Quarta, casi confirmado por el entrenador Marcelo Gallardo para jugar de titular el domingo ante Unión, pero con su mujer a punto de dar a luz –tiene fecha de parto el lunes-. El defensa manifestó que priorizaría su trabajo pero que sería el resultado de las negociaciones lo que definiría si pasaba el fin de semana concentrado con sus compañeros o en el hospital junto a su mujer.

El acuerdo no llegó, pese a que el ministerio de Trabajo ya había dictado la conciliación obligatoria. La pelota, el gran chupete de los argentinos, se niega a rodar.

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