Charlyn Corral: “Hugo Sánchez y yo tenemos en común el olfato goleador”
La futbolista mexicana del Levante vive uno de los mejores momentos en su trayectoria y deja de lado las críticas hacia su físico
Charlyn Corral (Estado de México, 1991) estaba recluida en su cuarto de hotel en Canadá. Se había preparado junto con la selección femenina de México para los Juegos Panamericanos en el 2015. Ella era la garantía de los goles hasta que la varicela la invadió y la dejó fuera del torneo. El cuerpo técnico del Levante se le acercó para ofrecerle un lugar en el club. “Se acercaron en el mejor momento porque yo tenía mucho tiempo para reflexionar. Ya me tenían más o menos estudiada”, comenta la chica de oro que no para de anotar goles en la liga española.
La futbolista creció en Ecatepec, el municipio más poblado de México y el más violento en contra de las mujeres. “Tengo recuerdos muy bonitos de la infancia. A mi papá le gustaba tener equipos en la colonia y jugar fútbol rápido. A pesar de que no había tantas niñas en el fútbol, siempre jugaba con hombres. Me sentía protegida por mi hermano, él fue clave para mi gusto por este deporte”, dice en referencia a George Corral, quien es lateral del club Querétaro en el fútbol mexicano.
Charlyn ingresó a un equipo femenino cuando tenía nueve años. “Cuando llegué arrasaba con niñas porque tenía otro nivel”, recuerda. Corral tenía que viajar casi dos horas desde su casa hasta los entrenamientos en el sur de la Ciudad de México.
Con solo 13 años, Charlyn fue convocada con la selección absoluta de su país. Su primer gol en una Copa del Mundo lo hizo con 14. Su nombre es sinónimo del fútbol. “Siempre he estado adelantada a mi proceso”, así describe su carrera la delantera y líder de goles del Levante.
“Las cosas se me empiezan a dar desde muy joven, de muy niña porque ni siquiera había entrado en la pubertad”, rememora. En su recorrido tiene tres mundiales sub-20 (2006, 2008 y 2010) y dos mayores (2011 y 2015). Eso le valió para que terminara sus estudios en Louisville, Estados Unidos, y jugara en el fútbol colegial. En 2014 una de sus compañeras la recomendó para jugar en el Merilappi United de Finlandia durante cinco meses. “Ahí empecé otra etapa, la del profesionalismo, me faltaba vivir eso”, afirma vía telefónica.
La mexicana ha coleccionado una variedad de insultos por su complexión. Mide 1, 52 metros y por su peso se ha ganado comentarios llenos de dudas por su rendimiento; sin embargo, eso no le ha impedido anotar en cada cancha. “Cuando era más joven sí llegó un momento en que el que me afectó, en este momento no. No me tomo las cosas personales”, apunta.
Charlyn llegó como el relevo en la ofensiva del Levante en el 2015, un equipo que no podía brillar. “Sabía que venir acá no iba a ser fácil. Empezamos perdiendo los primeros cuatro partidos, yo sólo había anotado un gol, al Barcelona, pero perdimos 7-1”, menciona. “Es muy fácil abandonarte o tirarte a la hamaca, pensé ‘qué estoy haciendo mal y por qué vine’, el respeto lo podía tener en mi país porque lo había hecho, pero aquí eres nadie”, reflexiona.
Las futbolistas del Levante dieron un vuelco a su desempeño y lograron afianzarse con el cuarto sitio de la tabla. Ya en la Copa de la Reina alcanzaron las semifinales aunque el Barça las eliminó. Corral marcó 22 goles, a dos de la máxima goleadora, la culé Jenni Hermoso.
Ahora, en su segunda temporada, el equipo granota está dentro de los primeros tres equipos, por debajo del Atlético de Madrid y Barcelona. “En lo personal me encuentro tranquila. Como delantera nos evalúan por goles, como ya tengo una temporada pasada, ya tienen un dato comparativo. Me puse muy alta la vara y ¡qué bueno! A lo mejor tengo menos goles que el año pasado, pero también he ayudado con asistencias”, cuenta la ariete con 11 tantos en su cuenta.
¿Se le puede considerar como el símil de Hugo Sánchez? “No, al final sabemos que todo el mundo lo respeta por lo que hizo. Coincidimos en que somos delanteros. Sí nos parecemos en que los dos nos hemos ganado el respeto y el cariño de la gente. Tenemos en común el olfato goleador”.
En algún momento, el nombre de Charlyn también estuvo anotado en el libro de Récord Guinness. A sus 13 años la invitaron a un evento para dotados en el Palacio de los Deportes de la Ciudad de México. Le retaron a hacer un sinnúmero de dominadas. En una hora con 45 minutos dominó el balón 8.671 veces, se le acalambraron las piernas y se quedó con la marca de ser la niña con más toques a una pelota de manera seguida. “De chiquita era una fenómeno”, finaliza.
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