Galicia brilla en el fútbol gaélico
La camiseta que el primer ministro irlandés regaló a Rajoy dispara el interés por un deporte en el que la comunidad es puntera
A los pies de la Torre de Hércules, en la antigua Brigantia (A Coruña), donde la leyenda sitúa a Ith, hijo de Breogán, avistando Irlanda entre brumas y pensando en su conquista, entrena el equipo Fillos de Breogán, pionero en Galicia de fútbol gaélico. Se trata de una disciplina deportiva (mezcla de fútbol y rugby con porterías en forma de H y 15 jugadores por equipo) importada hace apenas siete años a Galicia. La trajo tras unas vacaciones en Dublín el coruñés Wenceslao García Zapata. Picado por la curiosidad, se dejó arrastrar hasta el estadio de Croke Park por una multitud que acudía a una semifinal de un campeonato local. Quedó impactado tras ver a 60.000 personas emocionadas con las hazañas de un puñado de deportistas que jugaban al fútbol con pies y manos. Desde entonces, Galicia se ha convertido en potencia mundial del deporte irlandés amateury, desde hace apenas unos días, Mariano Rajoy le ha dado, sin pretenderlo, un gran impulso.
El presidente del Gobierno (compostelano de nacimiento y pontevedrés de adopción) no ocultó su sorpresa cuando la semana pasada el primer ministro irlandés, Enda Kenny, le regaló la camiseta de la selección gallega de este deporte con su apellido en el dorsal. “Muy agradecido a mi buen amigo @EndaKennyTD por tan bonito detalle. Lo guardaré con cariño y afecto ;)”, escribió minutos después Rajoy en su cuenta de Twitter.
“No creo que el presidente conozca el fútbol gaélico, pero si por este detalle llega a ver un partido, seguro que le gustará”, afirma el portavoz de la asociación gallega y jugador del Irmandiños —el potente club de A Estrada (Pontevedra)—, Marcos Gañete, Corba. Como el resto de aficionados, está encantado con este gesto del dirigente irlandés con Rajoy. “Le da una enorme visibilidad a una disciplina muy poco conocida en España”, dice. La asociación utiliza ya en su página de Facebook el reclamo de la imagen de la entrega de la camiseta a Rajoy.
Muy agradecido a mi buen amigo @EndaKennyTD por tan bonito detalle. Lo guardaré con cariño y afecto ;) pic.twitter.com/xQLeulDVWj
— Mariano Rajoy Brey (@marianorajoy) January 12, 2017
En solo un lustro, frente a los más de tres siglos de práctica en Irlanda, el fútbol gaélico gallego comenzó a codearse con los más grandes del mundo. En 2015, cinco años después de que Zapata creara el Fillos de Breogán, los clubes se habían multiplicado y conseguido, a través de la creación de la selección gallega, un triunfo rotundo: la segunda posición en el campeonato del mundo celebrado en Abu Dabi en categoría masculina y el tercer puesto en la femenina. No han parado de cosechar éxitos desde entonces.
El rápido ascenso de los gallegos en el ranking mundial viene acompañado de una singularidad: mientras el resto de las selecciones están integradas mayoritariamente por irlandeses emigrados, Galicia aporta jugadores locales. La misma diferencia que mantiene con los equipos del resto de España, con mayoría de alineación irlandesa también. “Hay muy buenos equipos en Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla o Málaga y con más antigüedad que nuestros clubes, pero se nutren fundamentalmente de irlandeses”, cuenta Corba. Y precisa que la creación de una selección española no sería incompatible con la gallega. En Francia, explica, hay una francesa y otra de Bretaña “y no hay ningún problema”.
La conexión irlandesa queda reflejada en el nombre del club creado por Zapata. En el Libro de las invasiones de Irlanda, que defiende la tesis del origen celta del país, se cuenta que tras un éxodo Gaedel y su esposa Scotta se asentaron con su pueblo en Gallaecia, donde uno de sus descendientes, Breogán, fundaría Brigantia y levantaría en ella una torre, la de Hércules, ahora Patrimonio Mundial. A sus pies entrenan al juego nacional irlandés los Fillos de Breogán: en el mismo lugar desde el que Ith soñaba entre brumas con conquistar Irlanda; el mismo al que cantó Pondal en el poema Os pinos, letra oficial del himno gallego, a la “redención de la buena nación de Breogán”.
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