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Más de 300 gimnastas estadounidenses denuncian abuso sexual por sus entrenadores

Una investigación del Indianapolis Star encuentra que 368 niñas se vieron afectadas a lo largo de un período de 20 años

G.L. Kohuth (Michigan State University)

Una investigación del diario Indianapolis Star ha revelado este viernes que al menos 368 niñas gimnastas sufrieron alguna forma de abuso sexual en los últimos 20 años en Estados Unidos. La investigación, publicada este viernes, recoge que la Federación de Gimnasia de EE UU (USA Gymnastics) ignoró de manera sistemática decenas de denuncias de jóvenes gimnastas.

El Star, tras una investigación de nueve meses a la Federación, basada en el Estado de Indiana, escribe que la organización ignoró y no reportó situaciones de abuso sexual a las autoridades para que éstas investigaran los casos denunciados. Según los autores, “algunos entrenadores (que habían sido acusados de abusar sexualmente) eran destituidos de gimnasio en gimnasio, sin ser controlados por la Federación y sin perder sus credenciales como entrenadores”.

A la vez, muchos dueños de gimnasios y atletas por todo el país decidían no quejarse a la Federación sobre este tipo de situaciones por miedo a perder financiación o sufrir alguna repercusión negativa dentro de la organización.

La Federación, cuyo equipo olímpico femenino consiguió numerosas medallas de oro en los Juegos de Río 2016, ha defendido en un comunicado que “no hay nada más importante para USA Gymnastics que la protección de los jóvenes que aprenden y entrenan en los gimnasios por todo el país”. El director ejecutivo, Steve Penny, ha añadido que “como padre, no hay nada que me importe más que la salud y la protección de los pequeños”. La organización ha designado una exfiscal federal para que investigue y evalue las políticas y procedimientos de la Federación para corregir la situación.

En un caso particular, Rachel Denhollinder dijo a la cadena BBC que fue abusada sexualmente cuando tenía 15 años por el doctor del equipo olímpico de la Federación, Larry Nassar, incluso cuando su madre estaba en la misma habitación. “Era muy difícil para mí entender que una persona así estuviera haciendo algo de esa naturaleza así que yo siempre concluía que el problema era mío”.

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