Gaizka Garitano: “El fútbol no es de los entrenadores”
"Un líder tiene que ser invisible cuando las cosas van bien y solo visible cuando van mal", asegura el técnico del Deportivo sobre la gestión de los vestuarios
Subió en dos años de Segunda B a Primera División con el Eibar y no cambió ni tono ni talante, cuando se fue de Ipurúa tras un descenso deportivo también él bajó ese peldaño y la temporada pasada sufrió a mediados de octubre una destitución en Valladolid con el equipo en media tabla, donde aún sigue. En su despedida de Zorrilla, Gaizka Garitano (Derio, 1975) le dio las gracias al club por darle la oportunidad de trabajar allí, compartió su pena por la decisión y se marchó sin culpar a nadie. Llegó al Deportivo y le sacaron una estadística ruinosa de partidos ganados en un par de años. El juego del equipo se situó muy por encima de sus resultados, le llovieron las críticas, se comentó que su posición estaba en entredicho. El lunes pasado ganó 5-1 a la Real Sociedad y ni cambió de modales ni pasó facturas, pidió que se disfrutase de la victoria. Este sábado se presenta en el Santiago Bernabéu a tratar de plantarle cara al líder.
Pregunta. Errores propios, aciertos del rival, fallos arbitrales o deslices de la fortuna, pero el Deportivo no ganaba. ¿Llegó a agobiarle esa situación?
Respuesta. Más que agobio era un sentimiento de impotencia cuando ves que el trabajo no obtiene resultado. Y existía una contradicción entre insistir en hacer las mismas cosas cuando sabes que no estás ganando. Pero creí que era el camino para hacerlo. Lógicamente hay que tener variantes, pero no quise volverme loco porque sabíamos que estábamos cerca del premio.
P. ¿La derrota solo tiene un padre?
R. Sí. ¿Es justo? No, pero es parte del negocio. Al final los entrenadores somos los señalados.
P. El Eibar subió dos categorías con el balón al piso y en Segunda con Jota Peleteiro estelar en la mediapunta, pero usted era un entrenador vasco en Ipurúa, así que seguro que le gustaba el pelotazo y defender con mucha gente, grande además. ¿Le apetece combatir el tópico?
R. Ni lo intento. No hay más que ver como juega el Deportivo este año, siempre con la intención de manejar la pelota y con futbolistas creativos. Somos el cuarto equipo que más ocasiones de gol hace de toda la Liga. Me gusta jugar bien. Es la manera más sencilla de ganar, pero en los últimos partidos hemos encajado bastantes más de lo que me gustaría. Tenemos que ser un equipo que reciba pocos goles.
P. ¿De quién aprendió el fútbol?
R. De todos. Soy muy curioso. Me gusta ver partidos, seguir a otros entrenadores en cualquier categoría, ver como entrenan, sus planteamientos, como actúan en las situaciones difíciles o como se comportan en las ruedas de prensa.
P. ¿Le da valor a la proyección social del entrenador?
R. Hoy en día es importantísima. Vivimos de la imagen que mostramos al exterior, no solamente de cómo somos sino de cómo nos ven los demás.
P. Usted cultiva una imagen muy discreta.
R. Sí.
P. No es pose, imagino.
R. No, no. Podría venderme más. Hay mil ejemplos, pero no tengo redes sociales ni las voy a tener nunca. Tampoco vendo humo. Trato de ser discreto porque además el fútbol no es de los entrenadores, es de los futbolistas. Y creo ciegamente en eso. El líder tiene que ser invisible cuando las cosas van bien y solo visible cuando van mal. En el Deportivo las cosas no están siendo fáciles y toca ser visible, pero cuando tuve éxito, que lo he tenido y bastante, he tratado de que no se me viese mucho y sí a los jugadores. Un entrenador es un facilitador, alguien que les ayuda a ofrecer su máximo rendimiento.
P. ¿Se les da demasiada importancia a los técnicos?
R. Pienso que sí, excesiva y desmedida, tanto para bien como para mal. Es evidente que tenemos mucho que ver en el funcionamiento de los equipos, pero no hasta los extremos que se nos atribuye.
P. ¿Importa más el trabajo que hacen en relación al equipo sobre el césped o sobre el colectivo fuera de él?
R. Cada vez pesa más lo del exterior, la gestión del vestuario, las relaciones con el grupo y las personas que rodean al entrenador. Lo primero es, desde luego, tener capacidad porque no vale con ser buena persona, pero si eres un tío honesto, legal y vas con la verdad por delante tienes mucho trabajo hecho.
P. Estudió periodismo. ¿Qué buscaba en la carrera?
R. Soy muy de letras, me gusta mucho leer. Pero cuando lleva tres o cuatro años me di cuenta de que no me gustaba la carrera. La acabé, pero sin ese entusiasmo de las cosas que te hacen levantarte por la mañana con un salto. Como jugador pasé muchas horas en el autobús estudiando, no era fácil y no me arrepiento, pero preferí ser entrenador.
P. ¿Lo disfruta?
R. Lo intento. Aunque la presión y los intereses lo complican mucho. Tampoco es fácil porque hasta cuando ganas piensas, por ejemplo, en los que no han jugado. Es difícil que la felicidad sea completa, pero soy un privilegiado por tener este trabajo. También es muy absorbente. Siempre busco una hora para hacer deporte por mi cuenta y limpiar la mente.
Todas las decisiones que pueda tomar son en beneficio del Deportivo y del grupo, no del entrenador. Porque alguna decisión he tomado en mi contra
P. Su padre, Ángel “Ondarru”, fue durante muchos años entrenador. ¿Deja poso tener uno en casa?
R. Sin duda porque vivía el fútbol desde su mirada. Yo veía como él trabajaba con el vídeo o hacía los informes. Con siete u ocho años ya se los cogía y los leía.
P. ¿Le molesta que desde el Deportivo se repita a menudo que le contrataron por su capacidad para gestionar vestuarios y no se incida en otras facetas?
R. No. Si creen que soy bueno en eso, m eparece bien. Pienso que en lo otro también demostré antes que soy bueno. Pero sobre todo respeto las opiniones de todos. Soy muy de respetar.
P. ¿Es un vestuario complicado el del Deportivo?
R. No. Son buenos chavales. No sé como era antes, pero este año hay paz, armonía y trabajo. Y eso que hemos tenido alguna situación difícil y las hemos reconducido.
P. ¿Cómo se consigue eso?
R. La primera premisa en esos momentos es que todas las decisiones que pueda tomar sean en beneficio del Deportivo y del grupo, no del entrenador. Es el único requisito que me planteo. Si hubiese pensado en lo mejor para mí hubiera buscado otro tipo de soluciones porque alguna decisión he tomado en mi contra.
P. Hubiese jugado Emre Çolak en Vigo. Le criticaron por dejarle fuera por una cuestión disciplinaria cuando había sido el mejor del equipo en el partido anterior.
R. Pues por ejemplo. Pero seguiré tomando ese tipo de decisiones si es preciso.
P. ¿Cómo se convence a un futbolista?
R. Más con lo que haces que con lo que dices. El jugador cada minuto evalúa al entrenador y poco a poco te puedes ganar su respeto. Con tus actos él te sigue y el respeto tardas mucho en ganártelo y muy poco en perderlo. Y entonces es muy difícil de recuperar.
P. En los últimos partidos los futbolistas han ido a abrazarle un par de veces tras marcar gol.
R. Pero fue más por festejarlo con el grupo, no conmigo. Estábamos pasando momentos complicados y lo celebramos juntos. Son actos espontáneos.
P. El club recabó para tomar la decisión de ofrecerle un contrato más de una veintena de opiniones entre jugadores, técnicos o dirigentes. Nadie habló mal de usted. ¿No tiene enemigos?
R. Trato de tener pocos aunque habrá gente a la que no le guste. Ni me gusta hablar mal de la gente ni busco líos. Se vive mejor llevándote bien con todo el mundo.
P. Aunque en los dos últimos partidos en Riazor hubo silbidos de una parte de la afición cuando le presentaron por megafonía. ¿Hay demasiada exigencia?
R. No. Yo sabía a lo que venía. Competimos con equipos con los que peleamos por posibilidades económicas, pero con todos los respetos no tenemos la misma exigencia que un Leganés, que dispone de más dinero que nosotros para hacer el equipo, o un Osasuna. Y eso también me ayuda a crecer. No me quejo.
P. El Deportivo lleva con usted siete entrenadores en poco más de cinco años. Y ya hay quien clama en Riazor por su destitución ¿No percibe demasiados nervios?
R. Pero pasa en todas partes. La estabilidad la dan las victorias y no es fácil tener muchas. ¿Qué club lleva cuatro o cinco años con el mismo entrenador?
P. En la última jornada su equipo se pone tres a cero, le marcan un gol y justo en ese momento pareció vulnerable…
R. No es tanto vulnerable como que veníamos de experiencias anteriores que te hacen ser temeroso. Si te remontan varias veces o te meten goles en los minutos finales varias veces es lógico que en la siguiente situación estés preocupado. Le pasaría a cualquier equipo.
P. De acuerdo, pero ¿qué solución se le ofrece entonces a los jugadores?
R. Pues lo hemos hablado y lo que hicimos fue plantear algún tipo de mecanismo para gestionar el partido cuando vas ganando. Cosas reales. Es algo sobre lo que llevamos trabajando un par de semanas.
P. ¿Se puede revelar?
R. Por ejemplo que después de que nos hagan un gol que acorta distancias y seguimos ganando en los minutos siguientes tiremos presiones altas para quitar ese temor a meternos atrás. O parar los partidos, con alguna falta o con el balón. Son soluciones tangibles que se pueden trabajar y hacer luego en el campo para no repetir pasadas situaciones. También hay muchas veces que no puedes controlar que un tipo tire desde fuera del área en el minuto 93, pegue en la escuadra y entre. ¿Eso como se trabaja?
“Empiezas a perder en el Bernabéu cuando te quitas presión por jugar allí”
Mira a los ojos y asiente casi más con el gesto o la sonrisa que con la palabra. Delgado, fibroso, si se compara una imagen suya de hace unos años, incluso de cuando durante 16 años fue futbolista profesional, Gaizka Garitano está si cabe más fino. “Nos pasa a muchos futbolistas. Me cuido, como limpio, hago deporte…”, apunta.
Pregunta. Ahora los entrenamientos son muy diferentes de cuando jugaba
Respuesta. Sí que han cambiado los métodos de trabajo y sobre todo el futbolista ahora trabaja más horas y se cuida mucho más. Ahora que vamos a jugar contra el Madrid fíjese en los físicos que tienen sus jugadores y los que tenían por ejemplo, por referirme a otro grupo excepcional de grandísimos futbolistas, cuando la Quinta del Buitre. Ahora son atletas. El fútbol ha cambiado porque se exige velocidad, ritmo, intensidad.
P. Y sin físico es imposible.
R. Así es, pero el fútbol es un reflejo de la vida. En otros ámbitos también hace 20 o 30 años se trabajaba de otra manera, los materiales son mejores, la exigencia diferente. Es todo progreso.
P. Pero al final quienes nos gustan son Modric o Iniesta. Necesitas tener pie.
R. ¡Y eso es lo importante! Pero seguro que Iniesta tiene una buena condición física. Jugué contra él y choque contra él. Y no lo tiras tan fácilmente.
P. ¿Cómo se puede combatir con las armas del Deportivo el caudal ofensivo de equipos como el Madrid en su estadio?
R. Cuando vas al Bernabéu ya tienes que ir dándole vueltas los días anteriores a como vas, a la actitud con la que acudes allí, porque se empieza a perder el partido mucho antes de jugarlo cuando te quitas presión y te dices que no pasa nada si perdemos, que vienes de ganar y ellos llevan más de treinta partidos sin derrotas. Hay que hacer un trabajo interno cada uno para convencerte de que esa no es la verdad, que la verdad es que el Deportivo está muy necesitado de puntos, mucho, que no hemos ganado fuera de casa y que todo eso hace que sea un partido mucho más importante para nosotros que para el Madrid. Luego ya veremos que pasa, pero si empezamos a pensar así algo tendremos ganado.
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