Ochoa, de siete en siete
El guardameta mexicano recibe siete goles por segunda ocasión en su carrera
El 2016 no ha sido para Guillermo Ochoa. Dos partidos han dejado huella en el guardameta estrella de México. El primero fue una paliza 7-0 frente a Chile en la Copa América Centenario. En aquella ocasión no pudo parar los goles de Eduargo Vargas, Alexis Sánchez y Edson Puch. Esta vez,en el Vicente Calderón, volvió a ser fusilado con siete tantos, a pesar de que sus compañeros del Granada habían marcado primero. En ocho partidos, el mexicano ha recibido 23 goles.
En marzo pasado, una noticia le cambió el semblante al mexicano: se había lesionado el portero titular del Málaga, el camerunés Carlos Kameni. Así, Memo Ochoa se quedó con el puesto por once fechas y recibió 10 goles. A pesar de la escasa actividad Juan Carlos Osorio, el entrenador de la selección mexicana, le incluyó en la nómina final para buscar el título del continente. El seleccionador rotó a sus tres guardametas titulares en la fase de grupos, a Ochoa le tocó una Jamaica aparentemente débil, la cual le provocó ensuciarse de más el uniforme. Eso le valió para enfrentarse a Chile, un equipo que destrozó el ímpetu del tri.
Ochoa fraguó su trayectoria con lances de fotografía. En el Club América logró afianzarse con el puesto y evitar que la directiva contratara algún guardameta sudamericano con mayor experiencia. Eso le valió para ser un constante en su selección. En el 2011, el originario de Guadalajara (Jalisco) no renovó con las águilas, tomó su pasaporte y viajó a la Isla de Córcega en Francia. Se convirtió en el fichaje estrella del Ajaccio, un equipo que se debatía por no descender. Ochoa se hizo un muro al frustrar los goles de Ibrahimovic y de Edinson Cavani.
Su momento cumbre fue contra Brasil en la Copa del Mundo de 2014. En Fortaleza se ganó el mote de "superman mexicano" al evitar los goles de Neymar y compañía. Fue el hombre del partido por parar el balón hasta con el rostro. Esa actuación le valió para ser fichado por el Málaga, aunque no le garantizó la titularidad. En su primera temporada se la pasó en el banco y sólo jugó algunos partidos de la Copa del Rey.
Su préstamo al Granada le había renovado las expectativas. La línea de defensas han provocado que el mexicano reciba más tantos de los que pueden anotar sus delanteros. Hasta el momento el club rojiblanco está en el último lugar de la clasificación. Los dedos empiezan a apuntar a Ochoa como un posible culpable. La oficina de prensa del club ha rechazado las solicitudes de entrevistas con el mexicano, quien no ha deseado hablar desde su llegada. Ahora menos.
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