Una segunda oportunidad fuera de la élite

“He estado mal. Pidiendo ayuda, préstamos, trabajando día y noche hasta las tres de la mañana sobre todo en gimnasios 24 horas, cerrándolo por la noche para poder echarle gasolina al coche para llegar a casa. Una situación precaria”. Si no se desvelara el nombre de la dueña de estas palabras, pocos podrían intuir que vienen de una medallista olímpica, histórica y pionera. Es Carolina Pascual (Orihuela, Alicante, 40 años), plata en los Juegos de Barcelona 92 en gimnasia rítmica, la única que España ha logrado en individual. La difícil vida postélite de Pascual es un capítulo frecuente en muchos deportistas. Por eso, el Comité Olímpico Español y la Obra Social de La Caixa han firmado un acuerdo para facilitar la inserción laboral de deportistas retirados, el programa Incorpora, en marcha desde 2006, que ahora se dirigirá también a este colectivo.

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Carolina Pascual se retiró con 17 años y su camino es un buen reflejo del choque con la realidad que viven algunos de los que han tocado la gloria. “Éramos niñas de cristal”, relata. “Estuve en la élite desde los 10 años. Nos tenían viviendo juntas en un chalet de Madrid, nos recogían en furgoneta e íbamos del gimnasio al chalet y del chalet al gimnasio. Pero una vez te retiras, todo eso no existe. Te encuentras con la realidad. Y no estábamos preparados para ello, ni yo ni la sociedad”, dice. Entonces nadie le ofreció nada. Volvió a Orihuela, porque llevaba cinco años lejos de sus padres. “Eran muchas competiciones, cada fin de semana un país. Y luego nadie requiere nada de ti, cuando has estado representando a tu país”, lamenta.

Trabajó en clubes para sacarse el título de entrenadora. “Quería que las niñas pasaran por lo mismo que yo, porque la vida del deportista es alucinante, con sacrificio, sí, pero con recompensas que la vida normal no da”.Unos años más tarde pidió ayuda al COE, que le buscó trabajo. Luego decidió mudarse a Madrid, donde se implicó en sus campañas educativas, como las de Héroes Olímpicos y Todos Olímpicos. Como deportista nunca cotizó y aun le quedan 10 años para beneficiarse de las ayudas de La Caixa a los medallistas de Barcelona. Se llegó a presentar a castings de Operación Triunfo. Ahora, va a estudiar una carrera universitaria, aunque no sabe cuál.

El acuerdo fue presentado este martes en el CaixaForum de Madrid, con la presencia del director general de la fundación, Jaume Giró, y el presidente del COE, Alejandro Blanco. Junto a Carolina también estuvieron otros olímpicos como Mihaela Ciobanu, bronce en balonmano en Londres 2012; Joan Lino, bronce en salto de longitud en Atenas 2004; y Javier Illana, tres veces olímpico en salto de trampolín. Todos llevan en la mochila historias de superación. Lino, por ejemplo, estuvo año y medio en el paro y cuenta que a veces, al entregar su currículo, le han llegado a recomendar que quitara “eso de medallista olímpico”. “Es como si a un premio Nobel le piden que no lo ponga”, exclama el español de origen cubano, de 38 años. En un intento de buscar más estabilidad, Lino, que también ha trabajado en el programa Todos Olímpicos, probó suerte como ayudante de cocina, con turnos de 12 horas, pero pronto vio que no era lo suyo.

Blanco explicó que ahora la oficina de atención al deportista comunicará a unos 1.900 atletas el programa de inserción laboral, que se beneficia de un acuerdo con 30.000 empresas. En principio, está previsto que entre 20 y 30 deportistas retirados reciban asesoramiento e incluso el diseño de itinerarios personalizados. Itinerarios que durante su carrera los llevaron de la élite del mundo olímpico a la intemperie de la realidad.