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La Navidad adelantada para Ismael Hernández

El mexicano, aún incrédulo, ganó la primera medalla para su país en pentatlón moderno

Diego Mancera
El pentatleta mexicano Ismael Hernández sostiene el bronce olímpico
El pentatleta mexicano Ismael Hernández sostiene el bronce olímpicoSaúl Ruiz

El atardecer del 20 de agosto en el estadio de Deodoro permanece indeleble en la memoria del mexicano Ismael Hernández. En su última prueba del pentatlón moderno, la carrera y el tiro deportivo, se había perdido la oportunidad de pelear en los primeros dos lugares. Sus últimos esfuerzos los dedicó para aferrarse al tercer lugar. En los últimos metros, Ismael tenía a sus espaldas al francés Prades y al italiano De Luca. Mientras corría, más se le acercaban, pero también la distancia se acortaba. Ismael cruzó la meta y se colgó el bronce en lo que fue su primera cita olímpica. No había nadie tan feliz como él en el podio.

“En la recta final me puse un poquito nervioso, pero sabía que había trabajado para que mis piernas respondieran en ese momento. En el podio estaba como si fuera un niño con juguete nuevo o en mañana de Navidad”, recuerda Hernández, quien tuvo que competir en otros tres deportes: esgrima, natación y equitación. El pentatlón moderno es un extenuante deporte que lleva al límite las capacidades físicas. Es la disciplina por excelencia de los militares.

A Ismael Hernández se le ve como un niño consentido. Las cámaras de los periodistas están dirigidas hacia el chico de 26 años que no para de hablar, de recordar cómo ganó su bronce en Río, el mismo que luce colgado en su cuello. Narra su logro olímpico como si contara sus aventuras en el campamento de verano. No es para menos. Ismael llegó a Brasil con un perfil bajo. Su nombre no figuraba en la lista de los deportistas mexicanos a seguir. Y a pesar de ello se convirtió en el primer pentatleta de su país en triunfar en una cita olímpica.

Hernández tras ganar el bronce en Río.
Hernández tras ganar el bronce en Río.N.Pisarenko (AP)

“Hay personas más talentosas que yo. Por ejemplo mi hermano es mejor en esgrima, tengo amigos que me hacen parecer novato. Elegí este deporte por su versatilidad, nunca terminas de dominar una sola prueba, porque ya tenías que estar aprendiendo la siguiente. No hay ningún pentatleta que gane todas las disciplinas”, reconoce el mexicano.

La palabra preferida de Ismael Hernández es perseverancia. “Cuando sé que me falla algo, mejoro en ello. No importa cuánto tiempo tenga que esperar, así sea un año o 17. Al final, eso me define. Fui capaz de aprovechar todas las veces que fallé”, asegura mientras se coloca el listón de la medalla alrededor del cuello.

Al preguntarle si el pentatlón es un deporte de élite, aguarda algunos segundos para responder. “Sí, es como un lujo”, contesta y continúa: “Si mi mamá no hubiese estado en el Ejército, yo hubiera encontrado otro deporte”. El pentatleta mexicano recuerda que en sus inicios el equipo de pentatlón juvenil tenía en sus filas a hijos de civiles, ajenos a la milicia.

La tenacidad de Hernández Uscanga no es fortuita. Su madre se enroló en el Ejército mexicano como médico y ella fue la encargada de la educación militar de sus hijos. “Me inculcó la disciplina, que es necesaria en la vida, que junto con la práctica constante te lleva a la excelencia”, comenta Ismael. Su primer contacto con el deporte fue en un centro deportivo militar para practicar atletismo y natación.

Durante los Juegos de Río, algunos atletas mexicanos señalaron la carencia de recursos por parte del Gobierno federal como una limitante para sobresalir. Ismael Hernández no ha pensado así. “A mí no me faltó nada”, sentencia. Él forma parte de los 21 deportistas de su país que representaron a la milicia, su cargo es el de cabo auxiliar de educación física y deportes. 

"Elegí este deporte por su versatilidad, nunca terminas de dominar una sola prueba"

“Estar en el Ejército es una ventaja como sistema de salud. Si uno tiene una lesión puede atenderse en el hospital central militar. Al final apoyar, sí suma”, afirma. Sin embargo, no garantiza que pertenecer a las Fuerzas Armadas sea una ventaja para unos y un inconveniente para los demás.

Hace menos de una semana, el presidente de México, Enrique Peña Nieto recibió a los atletas mexicanos en la residencia oficial. Allí, Ismael Hernández le propuso reabrir los centros deportivos militares para situarlos como los semilleros de talentos. “Al deporte en México le hace falta un plan del deporte y visión a futuro”, considera.

Una de las metas de Ismael Hernández es ayudar a encontrar apoyos para que su hermano, Emilio, se clasifique en pentatlón en Tokio 2020. “¿Por qué no competir en esa máxima justa como hermanos y rivales? En ese momento se acaba la hermandad”, bromea.

Hernández es también un hombre supersticioso. No estrena ninguna prenda el día de sus pruebas finales. “Si me dan un uniforme y me dicen que lo debo utilizar, lo uso en un entrenamiento previo”. El 20 de agosto, con su atuendo tricolor, Ismael Hernández opacó el oro del ruso Aleksander Lesun, al menos, en el tamaño de la sonrisa. 

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Sobre la firma

Diego Mancera
Es coordinador de las portadas web de la edición América en EL PAÍS. Empezó a trabajar en la edición mexicana desde 2016 escribiendo historias deportivas. Es licenciado en Ciencias de la Comunicación y Periodismo por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

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