31 deportistas pueden perderse los Juegos de Río 2016 por dopaje tras reanalizar muestras de Pekín 2008
“El objetivo es evitar que ningún tramposo compita en la cita olímpica”, afirma el COI.
Las autoridades antidopaje españolas no habían recibido ayer ninguna notificación por parte del Comité Olímpico Internacional (COI), pero no descartaban que algún deportista español figurara entre los 31 nuevos casos de dopaje descubiertos al analizar otra vez 454 muestras de orina de los Juegos de Pekín 2008. “Según la comunicación del COI, hay deportistas de seis especialidades y de 12 comités olímpicos nacionales diferentes”, señalaron fuentes de la lucha antidopaje. “No sería muy extraño que también España estuviera en la lista”.
El COI ni hizo públicos los nombres (sólo advirtió de que se lo comunicaría a los países concernidos) ni si se trataba de medallistas de los Juegos ni el nombre de las sustancias halladas gracias a la aplicación de maquinaria más precisa, capaz de detectar cantidades más pequeñas, y de nuevos métodos químicos.
El máximo organismo olímpico ordenó reanalizar las muestras, conservadas congeladas en diferentes laboratorios antidopaje, hace dos meses, conscientes de que a los ocho años debían destruirlas, según ordena el Código Mundial Antidopaje. Su objetivo era impedir que ningún atleta que hubiera dado positivo en unos Juegos anteriores pudiera participar en los próximos de Río de Janeiro. El COI anunciará próximamente los resultados de otra tanda de análisis de Pekín concentrados específicamente en la orina de aquellos deportistas que pudieran ganar alguna medalla por descalificación de los que las lograron dopados.
Se esperan 250 de Londres
Un procedimiento similar está en marcha con 250 nuevos análisis a muestras ya analizadas en Londres 2012.
El anuncio del organismo presidido por el alemán Thomas Bach se produce pocos días después de que el responsable ruso del laboratorio antidopaje de los Juegos de Invierno de Sochi 2014, Grigori Rodtchenkov, relatara en el New York Times cómo por la noche sustituyeron por una limpia la orina plagada de sustancias dopantes de decenas de deportistas rusos, 15 de ellos ganadores de alguna medalla. Aunque dirigido por un ruso, el funcionamiento del laboratorio de Sochi estuvo supervisado durante los Juegos por el director del laboratorio de Lausana y por inspectores de la Agencia Mundial Antidopaje (AMA), que no observaron nada extraño.
A raíz de la información, el COI ordenó a la AMA que organizara una investigación sobre las acusaciones al mismo tiempo que decidió volver a analizar las muestras de Sochi conservadas así como los frascos B de las mismas muestras, por si en alguna no se hubiera dado el cambiazo.
“El mensaje es claro”, dijo Thomas Bach. “Los tramposos ya saben que nunca podrán dormir tranquilos”.
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