Cuatro tiros de Messi en cuatro clásicos
El argentino no ha marcado ningún gol al Madrid y apenas ha rematado a portería desde la llegada de Luis Enrique al banquillo del Barcelona
Hace años que un clásico no es un clásico si en el Barcelona no aparece Messi. Y el argentino ya suma cuatro partidos sin marcar contra el Madrid. El 10 no ha anotado casualmente desde que Luis Enrique se sienta en el banquillo del Camp Nou. Una extraña situación si se compara con lo ocurrido cuando el técnico azulgrana era Martino, Tito Vilanova o Guardiola, quien precisamente sacó a Messi de la posición de extremo derecho para jugar de falso 9 en el Bernabéu.
La Pulga ha sido titular en tres de los cuatro partidos jugados contra el Madrid con Luis Enrique. Y si faltó en la alineación titular del penúltimo, disputado en Chamartín —jugó 33 minutos— fue porque salía de una lesión que se produjo en el partido contra Las Palmas. La productividad del argentino, sin embargo, ha sido muy escasa: en total son cuatro disparos a portería en cuatro partidos, menos de la mitad (10) de los que protagonizó por ejemplo contra el Levante. Los mismos cuatro tiros que contó, por otra parte, en otros seis partidos de la presente temporada.
Leo no actuó con desidia, pero no consiguió tener trascendencia en el juego
Messi ganó todos los duelos individuales que disputó durante la media hora que jugó en el Bernabéu. El sábado, en cambio, no pasó del 16 %, un porcentaje igualmente muy inferior al del partido de la temporada pasada en el Camp Nou: 40 %. Los números del sábado comprometen seriamente al argentino, que se esforzó en capitalizar el juego, en una posición más centrada que de costumbre: perdió 23 veces el balón y solo lo recuperó una. Messi no actuó con desidia, pero no consiguió tener trascendencia en el juego como esperaba el entrenador de salida cuando cambió su posición habitual y entregó la banda derecha a Alves.
El argentino intentó ayudar a la línea de medios como cuarto centrocampista y por momentos recordó más al jugador de la albiceleste que al del Barcelona. Messi se movió lejos de área y muy lejos de la espalda de Luis Suárez, con el que combinó poco; perdió el sitio de forma desacostumbrada y no encontró apoyos en su camino al área o en su intento de activar a Neymar. Los azulgrana tampoco consiguieron generar situaciones de superioridad en las bandas y los volantes tampoco encontraron espacios para acompañar a Messi, que aspiraba a contar el gol 500 de su carrera
“Este partido ya no existe”, respondió el entrenador mientras sus jugadores —Alves, Iniesta y Busquets asumían que el error estuvo en no haber sabido leer las necesidades del juego ante el Madrid—. Luis Enrique solo movió una ficha desde el banquillo: dio entrada a Arda Turan. Y al turco le está costando pillar el aire al equipo desde que se reincorporó en enero después de la sanción de la FIFA Ante el Madrid, la entrada de Arda por Rakitic empeoró el juego del Barcelona y se empobreció aún más el de Messi, ejemplar para lo bueno y lo malo en un equipo que solo hizo daño a balón parado con el gol de Piqué.
La estadística del argentino en el clásico es todavía más sorprendente si se atiende a que ha marcado 22 goles en 26 partidos. Messi solo remató una vez al marco de Keylor Navas. Fue un solo remate, pero exquisito, neutralizado por el portero, excelso en el rechace a mano cambiada. No se recordaba un arsenal tan escaso del argentino desde el partido contra Las Palmas, en septiembre pasado en el Camp Nou. Messi se dañó la rodilla y solo pudo chutar una vez en ocho minutos, tantas como el sábado en 90 contra el Madrid.
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