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OBITUARIO

Meadowlark Lemon, ‘príncipe payaso’ de los Globetrotters

Disputó 16.000 partidos con el equipo de baloncesto más popular de Estados Unidos

Lemon ofrece un panecillo a un árbitro durante un partido.
Lemon ofrece un panecillo a un árbitro durante un partido.Suzanne Vlamis (AP)

Meadowlark Lemon, el jugador que popularizó a los Globetrotters de Harlem en los pabellones de más de 100 países con su espectáculo, falleció el pasado fin de semana a los 83 años. Lemon declaró que su destino era “hacer feliz a la gente”, y sus más de 24 años de pases a ciegas y ganchos desde la media cancha lo consiguieron.

“Era un gran artista que regalaba felicidad y recuerdos para toda una vida a millones de personas en todo el mundo”, recordó ayer el presidente de los Globetrotters, Kurt Schneider. “Hemos perdido a un gran embajador de este deporte”. Según Schneider, Lemon logró que para varias generaciones estadounidenses su nombre “fuese sinónimo de los Globetrotters”.

El Príncipe Payaso de Harlem, como fue apodado Lemon, llegó a la NBA en 1954, después de servir dos años en el Ejército estadounidense. Desde entonces cimentó una carrera que llenó las canchas de baloncesto de trucos, canastas imposibles, ganchos desde más allá de la línea de triples, pases por la espalda, bromas a los árbitros, despistes a los espectadores y decenas de partidos imbatidos en los que más de un rival se preguntaba desde el suelo dónde habían escondido el balón.

Lemon, nacido en 1932, creció en la pobreza en Carolina del Norte. Construyó su primera canasta con un perchero y un saco de cebollas, y encestó sus primeros puntos con cartones de leche. A los 11 años había visto jugar a los Globetrotters en un cine y descubrió una vocación que le llevaría más lejos de lo que nunca había imaginado. Entonces el equipo era uno de los mejores de la competición. Él ayudó a convertirlo en un icono del deporte estadounidense.

“Los Globetrotters son el equipo de baloncesto más popular de Estados Unidos y aun así puede que este sea el menor de sus logros”, escribió Ben Green en Spinning the Globe, una obra dedicada a la trayectoria del equipo de Lemon. “Ninguna otra franquicia, ni de baloncesto amateur ni profesional, se les acerca. Los Globetrotters han trascendido el baloncesto como solo lo han hecho quizás los New York Yankees”.

El espectáculo de los Globetrotters se hizo un hueco habitual en las parrillas de televisión estadounidenses en los años sesenta, setenta y ochenta. El equipo llevó su versión del baloncesto desde Harlem hasta el Madison Square Garden y desde allí a más de cien países, jugando en Roma ante el Papa o en el Moscú de la Guerra Fría. A pesar de que comenzó como una formación regular antes de la fundación de la NBA actual, los Globetrotters de Harlem evolucionaron convertidos en un espectáculo de pases y mates que sobrevive todavía hoy.

Una carrera “maravillosa”

Vestido con los colores de la bandera estadounidense, con pantalones de rayas blancas y rojas y camiseta azul, Lemon disputó más de 16.000 encuentros a lo largo de toda su vida, según la página web del jugador. Ofrecía galletas a los árbitros, les bajaba los pantalones para sorpresa de los espectadores o les arrojaba un cubo de agua para después amenazar a la audiencia con otro que resultaba estar lleno de confeti. El espectáculo de estas giras llevó a Lemon a grabar apariciones en televisión y a tener un personaje en la serie de dibujos animados de Scooby Doo.

En sus últimos años de vida, el jugador ejerció como pastor y ofrecía discursos por todo el país, en conferencias y en centros de detención de menores. “Soy uno de los deportistas más afortunados que ha vivido nunca, tuve la oportunidad de ser testigo de la historia”, dijo en 2003, cuando fue condecorado en el Salón de la Fama del Baloncesto. “He tenido una carrera maravillosa”.

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