España se pasea contra Puerto Rico

Más allá del exotismo de Puerto rico, la selección americana carece de cualquier ascendente en el mundo del balonmano. España no encontró oposición alguna, como era previsible, y lo único que restaba por dilucidar ayer era la diferencia de goles —determinante en caso de empate a puntos en el grupo—. Los goles caían y caían del marcador. En contraataque, por los extremos, desde las pivotes... Daba igual la situación. Las Guerreras martillearon sin piedad la red de Puerto Rico. La defensa tenía agujeros por tantas partes que el paseo del equipo español concluyó con un inapelable 39 a 13.

La ventaja de un encuentro con tan poca historia, de esos casi de baño y masaje, es que permite rotar, dosificar esfuerzos y devolver la confianza a aquellas rezagadas en tomar el pulso al Mundial, como la guardameta Silvia Navarro, que fue nombrada la mejor del partido. España sesteó al comienzo, destensada. Se ganó una bronca del entrenador, Jorge Dueñas, por salir fría, sin nervio, sabedora de su superioridad. “¡Más concentración! Cometemos errores de bulto”, reprochó a sus pupilas durante un tiempo muerto mediada la primera parte.

El toque de atención del jefe puso en guardia a las jugadoras. Perdieron algún balón más de la cuenta, pero la defensa se armó, sin necesidad de mostrar el colmillo, y el ataque tuvo más de rigor. Marta López fue quien más se aprovechó de que las piezas encajaran. Marcó ocho goles y nadie le discutió su posición de privilegio de máxima realizadora. A ella le gusta partir desde el extremo, desequilibrar en el costado. Contra Puerto Rico campó a sus anchas. Volvió loca a la zaga americana, mareada ante tanto cambió de posición de las Guerreras.

Superado el paseo por el parque boricua, a la selección española le toca hoy armarse y poner en valor su apelativo. El último partido de la fase de grupos es este viernes contra Noruega (20.30, Tdp), vieja y traumática conocida de las de Dueñas. El año pasado, en el último Europeo, las nórdicas se colgaron el oro por delante de España. Aparte del ansia de revancha ante una de las grandes favoritas —campeonas olímpicas y del mundo por partida doble—, el choque es determinante para establecer cuál será el cruce de octavos de final. Si consiguen la victoria, evitarían sobre todo a Brasil, uno de los pesos pesados y vigente ganador del torneo.

La trayectoria hasta este último encuentro ha sido dispar. Desde la brillante segunda parte contra Rumania, a la que apabullaron y desesperaron, hasta la falta de ideas ante Rusia, que le llevó a hincar la rodilla antes de tiempo. La versatilidad del grupo dirigido por Jorge Dueñas es una gran seña de identidad, al igual que el carácter indomable sobre la pista de sus pupilas. Contra Puerto Rico o Kazajistán han disfrutado de un festival, Noruega, salvo sorpresa, irá en serio, sin permitir ningún paseo triunfal.