Lamar Odom, una atribulada vida entre luces y sombras
Su padre era adicto a la heroína, perdió a su madre cuando tenía 12 años y a un hijo de seis meses y tuvo problemas con las drogas
Lamar Odom era a primera vista una persona optimista, casi siempre sonriente. Al menos así es como se le recuerda en Los Ángeles, durante los días de vino y rosas, cuando ganó dos anillos con los Lakers y pasó a ser una estrella mediática, protagonista de un exitoso reallity show con Khloe Kardashian, con quien se casó en segundas nupcias en septiembre de 2009. Las múltiples tribulaciones por las que había pasado a lo largo de toda su vida se difuminaban con el éxito deportivo, el dinero y la fama.
Odom durante aquella época, cuando compartía vestuario con Pau Gasol y Kobe Bryant y ganó dos anillos con los Lakers, en 2009 y 2010, era la imagen viva de la felicidad. Era uno de los favoritos del público del Staples Center, la cancha en la que transcurrió la mayor parte de su carrera deportiva, primero defendiendo la camiseta de los Clippers y después con la de los Lakers, y era perseguido también por la prensa del corazón. A finales de 2013, sin embargo, volvió a las andadas. A través de un mensaje de Twitter reconoció estar atravesando por "un periodo oscuro de su vida".
En diciembre, Khloe Kardashian, le pidió el divorcio alegando diferencias irreconciliables. En agosto, fue detenido por la policía y acusado de conducir un Mercedes en estado de embriaguez y bajo el efecto de las drogas. Evitó la prisión tras llegar a un acuerdo judicial.
En medio de su disputa matrimonial con Kardashian, Odom alegó que necesitaba mantenerse casado con el baloncesto e ignorar el pasado. Esa fue su consigna para salir adelante, la misma que le caracterizó a lo largo de una vida marcada por la muerte de su madre, de un cáncer de colon, cuando él tenía 12 años, la adicción a la cocaína de su padre, y la muerte de su abuela, con la que se había trasladado a vivir, pocos años después. En 2006, falleció Jayden, de solo seis meses, uno de los tres hijos de su primer matrimonio con Liza Morales.
Ya inmerso de nuevo en ese periodo oscuro vital que él mismo reconoció, trató de engancharse al baloncesto fichando por el Baskonia. Fue en febrero de 2014. La experiencia apenas duró un mes, con un saldo irrisorio: 22 minutos y una canasta en dos partidos. Regresó a Estados Unidos, donde Phil Jackson trató de recuperarlo. Fichó por los Knicks en abril de 2014, pero ya en vano. Descentrado y fuera de forma, no jugó ni un solo minuto y en julio dejó de pertenecer al equipo neoyorquino.
Odom, un ala-pívot de 2,08 metros, jugó en Los Ángeles durante 12 de las 14 temporadas que militó en la NBA, cinco años con los Clippers y siete con los Lakers. Fue nombrado el Sexto Mejor Jugador de la NBA en 2011. Los Lakers lo traspasaron a Dallas después de una disputa con el director deportivo, Mitch Kupchak. Los Mavericks lo traspasaron a su vez a los Clippers en 2012. Jugó 82 partidos, pero su rendimiento estuvo a años luz del que ofreció durante sus últimas temporadas con los Lakers. Los Clippers, finalmente, descartaron su renovación y prefirieron fichar a Turkoglu. Con la selección de Estados Unidos, ganó la medalla de oro en el Mundial de 2010 en Turquía y la de bronce en los Juegos Olímpicos de 2004 en Atenas.
Nacido en el popular barrio de Queens, Nueva York, Odom destacó muy pronto en la escuela, donde se le comparó con una de las grandes leyendas del barrio, Lloyd Daniels, un jugador del que en su época se dijo que era el mayor talento que había dado la ciudad de los rascacielos desde Kareem Abdul-Jabbar, pero que tuvo una carrera perturbada por su adicción al alcohol y a las drogas. Acabó dando tumbos de equipo en equipo, ya fuera en Europa, en la NBA, en la Liga de Desarrollo, en Sudamérica y hasta en China. Daniels era uno de los ídolos de Odom, pero su carrera también empezó a verse envuelta en problemas desde el principio. Fue reclutado por la Universidad de Nevada Las Vegas pero, tras verse envuelto en un escándalo de retribuciones económicas, acabó en la de Rhode Island.
En 1999, Odom fue elegido en la cuarta posición del draft por los Clippers y fue nombrado capitán del equipo cuando solo tenía 21 años. Una muestra de las expectativas que levantó. En noviembre de 2001, ya empezaron sus primeros problemas con las drogas y la NBA lo suspendió durante ocho meses. En 2003 fichó por Miami y un año después, por los Lakers. Se calcula que ganó unos 85 millones de euros a lo largo de su carrera en la NBA. En 2014, cuando fichó por el Baskonia, dijo haber seguido el consejo de un amigo: "Retrocede un paso para intentar dar dos adelante". El tiempo ha demostrado que nunca fue capaz de cumplirlo.
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