River Plate se toma la revancha perfecta en la Libertadores

En el año más inesperado, River Plate se tomó su revancha perfecta. Después de eliminar al eterno rival, Boca Juniors, en una noche trágica en La Bombonera en la que se suspendió el partido tras un ataque con gas pimienta a los jugadores de River, el equipo de los millonarios logró llegar a la final de la Copa Libertadores y hacerse con el trofeo 19 años después de la mejor forma posible: con un 3-0 en su campo, bajo una lluvia torrencial que tornó aún más heroica la noche para los gallinas, los hinchas de River.

El equipo consiguió su victoria con un 3-0 en su campo, bajo una lluvia torrencial que tornó aún más heroica la noche para los gallinas

El estadio estaba mucho más lleno de lo razonable, con todos los pasillos abarrotados. Se vendieron muchas más entradas de las legales, se coló mucha gente, y otros miles lo intentaron y apedrearon a la policía porque no se lo permitió. Hubo de todo en una noche pasada por agua en Buenos Aires. De todo menos fútbol. Hubo historia, emoción y goles. Marcelo El Muñeco Gallardo era tal vez el más emocionado de la noche. El entrenador de River ha llevado a un equipo que parecía muy inferior a Boca cuando arrancó el año al mayor trofeo posible en América para un club.

“Siiii, señor, de la mano del muñeco vamos a Japón”, cantaba el Monumental, entregado a su entrenador. Ahora River intentará ganarle al Barça de Messi en Japón para consagrarse. Pero aunque no lo consiga, este River pasará la historia y en especial Gallardo, que jugó y ganó la última final de la Copa Libertadores, en 1996, y ahora la ha ganado como entrenador. “Después de 19 años esto es una emoción enorme. Tuvimos muchos obstáculos pero siempre salimos adelante. Dios me premia con esto. Si hace un año atrás uno tenía que desafiar era un poco difícil. Pero lo logramos a base de laburo y un gran sacrificio”, sentenció Gallardo.

Ahora River intentará ganarle al Barça de Messi en Japón para consagrarse

El entrenador no olvida que su equipo se clasificó de milagro. Y después, que no era ni mucho menos favorito ante Boca pero logró llegar a La Bombonera con ventaja. La agresión de los ultras de Boca, que dio la vuelta al mundo, hizo el resto. Anoche River no puso fútbol pero sí ganas. La primera parte, el equipo local, que partía con la ventaja de haber empatado en México con Tigres, no lograba hacerse con el control e incluso sufrió varias ocasiones en contra.

Gallardo, que jugó y ganó la última final de la Copa Libertadores, en 1996, ahora la ha ganado como entrenador

Cuando todo parecía complicarse y River perdía el control del centro del campo frente a unos mexicanos cada vez más agresivos, llegó el gol perfecto, en el minuto 44, el momento ideal, de Alario. En el segundo tiempo River, con un equipo disminuido por lesiones y sanciones —el propio entrenador vio el partido desde la grada— sufrió de nuevo. Pero cuando más apretaban los mexicanos, llegó un penalti a favor de River y el partido quedó sentenciado. Los hinchas millonarios aún tendrían un éxtasis con un tercer gol. Pero ya estaba todo definido.

River, que hace solo cuatro años bajaba al infierno de segunda, volvía a ser el campeón del continente después de 20 años. Esta será su tercera Copa Libertadores. Llegó cinco veces a la final (1966, 1976, 1986, 1996 y 2015) y perdió dos. En La Bombonera le seguirán recordando cada vez su caída de categoría, algo que aún nunca le sucedió a Boca, pero este triunfo absoluto e inesperado en un año muy difícil hará que River borre cualquier desgracia pasada. En diciembre le esperan en Japón el Barça y los demás clasificados para el Mundial de Clubes, el que podría ser su éxito definitivo.