Fallece González Adrio, el cirujano de las estrellas del fútbol
El médico del Barcelona atendió a Cruyff, Schuster y Koeman, y operó a Maradona tras el célebre patadón que le propinó Goikoetxea
“Doctor, haga lo que quiera, pero que vuelva a jugar”. La noche del 24 de septiembre de 1983 el corazón del barcelonismo se encogió. Tendido todavía sobre una camilla en la clínica Asepeyo, esa fue la súplica de Diego Armando Maradona al médico que le atendía, Rafael González Adrio. Muchas de las más grandes estrellas del fútbol y de otros deportes confiaron en los conocimientos de González Adrio. Entre otros, Cruyff, Schuster, Migueli y Koeman. El Pelusa, tras la tremebunda entrada de Andoni Goikoetxea en aquél Barça-Athletic, con el tobillo destrozado, le preguntaba desesperado: “¿Podré volver a jugar, doctor?” El cirujano le tranquilizó: “Sí, por supuesto”. Acertó.
Como médico del Barcelona, González Adrio mantuvo una estrecha relación con las estrellas que pasaron por el equipo azulgrana. En especial, fue amigo de Cruyff. Johan le quiso como cirujano cuando se operó del tobillo siendo jugador, en 1977, y quiso tenerle cerca cuando se operó del corazón siendo entrenador, en 1991. Y también confió en él cuando fue operado su hijo, Jordi. Fue testigo de primera mano del calvario de Juan Carlos Pérez Rojo, que pasó varias veces por el quirófano a causa de una peliaguda lesión de rodilla que le obligó a dejar el fútbol. Y no fue ajeno a las cuitas médicas que proliferan, en especial cuando se atiende a grandes estrellas y en un club de la dimensión del Barcelona.
Doctor, haga lo que quiera, pero que vuelva a jugar”, le pidió Maradona la noche del 24 de septiembre de 1983
González Adrio nació en Pontevedra en 1934, se doctoró en Medicina por la Universidad de Barcelona y realizó cursos de posgrado en Alemania. Jugó en la Primera División de baloncesto con el Espanyol, el Real Madrid, el Barcelona y el Picadero, en el que se retiró en 1959. Fue internacional con la selección española en 14 ocasiones y consiguió la medalla de oro en los Juegos del Mediterráneo que se disputaron en 1955 en Barcelona. Fue un traumatólogo de referencia y trabajó para el FC Barcelona entre 1972 y 1991.
Casado con Ursula Wagner, tuvo cuatro hijos y era abuelo de 11 nietos. Su hijo Rafael siguió sus pasos y se especializó en cirugía de reconstrucción de las articulaciones.
Rafael González-Adrio, de 81 años, falleció en la madrugada del lunes en su domicilio como consecuencia de un cáncer de pulmón que le diagnosticaron hace dos años. El entierro tendrá lugar este miércoles a las 16.00 horas, en el Tanatorio de la Ronda de Dalt, en Barcelona.
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