Seve, de niño a mito
La película sobre el genio cántabro combina imágenes de sus grandes éxitos con la recreación de su infancia en Pedreña
“En mi mente, siempre soñé y siempre me visualicé a mí mismo convirtiéndome en campeón”. Severiano Ballesteros recordaba así, al final de su carrera, ese fuego interior que convirtió al menor de los cuatro hijos de una familia de granjeros de Pedreña en una leyenda del golf mundial. Fue ese deseo no solo de ser golfista, algo impensable dado sus orígenes y lo elitista entonces de este deporte, sino de ser el mejor golfista del planeta, lo que hizo posible el milagro. Sin ese latido hubiera sido imposible luchar contra todo lo que le decía que aquel no era su mundo, contra el deseo de su madre, que le quería mandar a trabajar a un astillero para que se hiciera hombre, contra los señoritos que le impedían jugar en el campo de golf de Pedreña, contra tantos y tantos obstáculos. Todos fueron derribados por el niño que se convirtió en mito. La historia puede verse en Seve, la película, que ayer se estrenó en varias salas españolas y que a partir de hoy puede verse a través de plataformas digitales.
La película, dirigida por John-Paul Davidson, combina escenas reales de la carrera de Severiano Ballesteros (Pedreña, Cantabria; 1957-2011) con la recreación de aquello de lo que no se tienen imágenes grabadas, esa infancia en la montaña y junto al mar en la que un Seve de nueve años jugaba al golf con la imaginación porque no tenía nada. Sin palos, utilizaba una caña; sin bolas, le valían las piedras; la arena de la playa era su hierba del campo; y un dinero que no existía y no tenía en el bolsillo le servía para apostar contra jugadores mayores que él. No podía perder claro. Solo había una opción. Ganar, ganar, ganar…
Las primeras imágenes reales son del Open Británico de 1976, cuando con 19 años Seve descubrió que para ganar el grande británico primero había que perderlo. La película recorre sus grandes éxitos: los tres Open (1979, 1984 y 1988) y dos Masters de Augusta (1980 y 1983) conquistados, su papel como corazón y motor de la transformación de la Copa Ryder, y también la lucha contra el tumor cerebral que le acabó ganando el partido. Golfistas como Olazábal, Tom Watson, Jack Nicklaus, Gary Player, Tiger Woods e Ian Poulter se rinden en elogios hacia el mago cántabro, un golfista que era como “un artista pintando sobre un lienzo”, un hombre con el carisma de Sinatra, Elvis y George Best. Un genio más querido y reconocido en Inglaterra que en España (en las islas se estrenó antes la película). El público británico adoraba su personalidad, su estilo, su valentía a la hora de jugar. España tardó en valorar al pionero.
En la recreación con actores, el papel de Seve lo interpreta José Luis Gutiérrez. El niño ya sabía que lucharía contra todo y todos para ser el mejor. Al golf le dio su vida. “La clave es no rendirse nunca”, recordaba Seve. Nunca lo hizo.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.