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Juanele vuelve al banquillo de los acusados

El exfutbolista, que ya estuvo en prisión por violencia de género, se enfrenta a la petición de un año de cárcel por agredir a su exnovia

Juanele, en el campo del barrio gijonés donde comenzó a jugar.
Juanele, en el campo del barrio gijonés donde comenzó a jugar.PACO PAREDES

Hasta las postrimerías de su carrera deportiva, Juan Castaño, Juanele, no fue futbolista de banquillo. En el tiempo que vino después, el banquillo ha sido un lugar demasiado habitual en su vida. Ayer volvió a sentarse en el del Juzgado de lo penal número 2 de Gijón, acusado de golpear a su ex pareja sentimental, Ana, una peluquera de 41 años, con la que mantuvo una relación de unos tres años. Cuando ella decidió cortar dicha relación, Juanele apareció en la peluquería que regenta en el barrio gijonés de El Natahoyo y la agredió con un bate de béisbol, según la versión de la víctima, corroborada por algunos testigos que dieron aviso a la Policía Local para impedir que continuara la agresión. "Venía a matarme y casi lo consigue", afirmó Ana tras salir del Juzgado. Al parecer la agresión se produjo en presencia de la hija de Ana, de ocho años de edad.

Juanele alegó no recordar nada de los sucedido "porque estuve bebiendo desde por la mañana y no recuerdo haber agredido a nadie con un bate de béisbol un instrumento que tampoco tengo en mi casa". Los testigos sin embargo afirman que el exfutbolista del Sporting, Tenerife, Zaragoza y de la selección española, apareció en la peluquería, donde iba algunas veces, "y comenzó a pegar a su compañera sentimental". Uno de ellos asegura que tuvo que sujetarle por detrás para evitar que siguiera golpeándola "y lo retuvimos en el interior del local hasta que llegó la policía". Ana también asegura que Juanele, unos días antes de la agresión personal, "rompió los retrovisores de mi coche. Entonces, tras hablar con su hermano decidí no denunciarlo, pero advirtiendo que debía ser sometido a tratamiento psiquiátrico". Ahora, Ana pide que sea sancionado judicialmente "con la pena máxima que se le pueda aplicar por la ley". El fiscal solicita una pena de un año de prisión y tres de alejamiento e imposibilidad de comunicación con la víctima, así como la inhabilitación, por el mismo periodo de tiempo, al uso de armas de todo tipo. El abogado de Juanele pide la absolución "al no quedar suficientemente probada la agresión" y al incurrir la denunciante, en su opinión, en distintas contradicciones en su declaración, así como la incompatibilidad entre el arma utilizada (un bate de béisbol) y las lesiones producidas.

El incidente juzgado ayer en Gijón es el segundo en el que se ve envuelto el exfutbolista que ya cumplió meses de cárcel en la prisión de Villabona por romper a palos un coche que creía de su exmujer. También se vio envuelto en una pelea en un bar y también tuvo que ser ingresado de urgencia en un centro hospitalario por una ingesta de fármacos. Juanele sufre un trastorno bipolar del que parecía recuperarse poco a poco. Vivía en su barrio natal de Roces, en Gijón, y parecía llevar una vida apacible. En una entrevista concedida a EL PAÍS en octubre de 2014, reconocía que ese trastorno lo sufría desde hace tiempo "pero jamás lo hablé con nadie. Me lo guardaba para mí y me decía: "esto tengo que arreglarlo yo solo". Entonces había decidido volver a jugar al fútbol en el Siero de la Segunda Regional asturiana. Parecía un hombre afianzado en su proceso de rehabilitación: "Antes tenía que tomar litio cada tres meses. Ahora llevo cinco años muy buenos". Agarrado a una vida de jubilado precoz, se avistaba un camino tranquilo ahora fracturado por un nuevo episodio de presunta violencia de género que puede llevarle de nuevo a la cárcel de Villabona, donde estuvo tres meses en un módulo de respeto.

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