Gustavo Ayón, el gigante mexicano que triunfa en Europa

Gustavo Ayón (Zapotán, 1985) empezó a jugar baloncesto hace 13 años. El mexicano recibió hace casi 10 su primer pago por jugar el deporte: 3.000 pesos (unos 200 dólares al tipo de cambio actual). Ha recorrido un largo camino desde entonces. Hoy ha visto premiado su esfuerzo. Ayón, apodado el titán de Nayarit, se ha coronado campeón con en la Euroliga con el Real Madrid, un título que el club llevaba esperando más de 20 años.

Con sus 2,08 metros de estatura, el mexicano se ha consolidado como un pívot que deja todo en la duela. Suma puntos, consigue rebotes y roba balones. Tras sus primeros —y exitosos— pasos en el baloncesto mexicano, inició la aventura profesional en el extranjero precisamente en España. Llegó al Fuenlabrada en 2009 para después pasar a las filas del Illescas y más tarde al Tenerife, al que salvó del descenso. Sus buenos resultados en las ligas inferiores consiguieron recuperarle su puesto en el Fuenlabrada, donde acabó como jugador revelación en la temporada 2010-2011.

En diciembre de 2011, la NBA tocó a su puerta. Ya lo había intentado años antes de ir a España por la vía universitaria, pero no lo había podido conseguir. Pero el futuro le sorprendió. Bastaron dos temporadas para que saltara de la tercera división española a la liga de baloncesto más importante del mundo.

En las duelas estadounidenses militó en las filas de los Hornets de Charlotte, los Hawks de Atlanta, los Magic de Orlando y finalmente con los Bucks de Milwaukee. Pero ahora había ganado la atención de los principales clubes españoles: el Barcelona y el Real Madrid. El equipo blaugrana había conseguido sus derechos al Fuenlabrada originalmente pero, tras una negociación, Ayón volvió a España en 2014, esta vez con destino merengue.

"El Real Madrid no es un club cualquiera y tampoco la Liga española"

Lo tuvo claro desde el inicio. “Llego en mi mejor momento”, afirmó cuando el Madrid anunció su fichaje. Cuando le preguntaron si no se arrepentía de haber dejado la NBA, respondió: “El Real Madrid no es un club cualquiera y tampoco la Liga española. No me he equivocado, estoy contento aquí y vienen cosas muy buenas para mí”. Lo dijo en febrero.

Tres meses después, el pívot mexicano ha conseguido con el Madrid el logro más importante para un club europeo: la Euroliga. Con el triunfo acaban 20 años de sequía para su club y la consolidación de un jugador de “carácter inquebrantable”, como le describen quienes han estado a su lado desde el inicio. El mismo que comenzó su carrera con un sueldo de 3.000 pesos y que dejó Zapotán, un pequeño pueblo mexicano de apenas 1.000 habitantes, para alcanzar sueños más grandes. Hoy, con un jersey blanco, ha conseguido uno de ellos.