Muniain se despide hasta noviembre

El lunes por la noche Iker Muniain, muy activo siempre en la redes sociales, colgaba una fotografía en Instagram con su hijo sobre su cuerpo. El texto rezaba: "Dormidito con papi. Te amo tanto". La rodilla izquierda de Munian aparecía forrada con una rodillera que engrandecía el hueso. Hoy, al mediodía, una resonancia magnética determinó que esa rodilla inflamada sufría la rotura del ligamento cruzado anterior con un periodo estimado de baja de entre seis y siete meses. El feliz sueño de Muniain tuvo un despertar violento. La expectación cumplió la peor de las conjeturas. La lesión sufrida el sábado en Sevilla era tan grave como en principio pareció y más grave de lo que parecía horas después.

Lo cierto es que la temporada de Munian ha concluido. Adios a la Liga, a la final de Copa (quizás lo más doloroso) y un largo período hasta recuperar la forma que le devuelva al estado futbolístico que se empezaba a adivinar tras una primera parte de temporada decepcionante. Lo que mal empezó, mal acabó para Iker Muniain que se despide con un par de goles en su haber y muy lejos del futbolista zascandil y resolutivo en el campo que ha venido demostrando ser.

Sin embargo, la lesión llega en el momento más inoportuno, tanto para el Athletic como para él. Después de una primera vuelta taciturna, Munian había encontrado su lugar en el campo y su presencia se hacía notar en el equipo. Todo hacía indicar que iría a más. Para el Athletic, enfrascado en la lucha por la séptima plaza que le llevaría a Europa, y con la final de Copa en el cercano horizonte (el 30 de mayo),  Muniain era uno de esos futbolistas que se esperan en los partidos determinantes. El ligamento cruzado lo ha impedido. Hasta octubre o noviembre, Muniain no volverá a los terrenos de juego.