Suzuki aprieta pero no ahoga
Espargaró finaliza el primer día tercero a cuatro décimas de Márquez tras tres años de ausencia de la marca japonesa
Estuvo a punto de dar la campanada hace un año. Aleix Espargaró, con esa Yamaha que no era oficial y que se beneficiaba de las normas aplicables a la categoría open–con un neumático extra-blando, más combustible, y más motores que las motos de las grandes fábricas–, marcó el mejor tiempo en las tres sesiones de entrenamientos libres del gran premio de Qatar, el que inaugura la temporada. Después, la precipitación y los nervios dieron con sus huesos en el suelo en el momento en que debía pelear por la primera posición en la parrilla de salida. “Nunca tendré la pole tan cerca como el año pasado”, decía este jueves, de nuevo en el circuito de Losail. Ha cambiado de montura. Se estrena como piloto oficial. Y sabe que la evolución de Suzuki, que vuelve a MotoGP después de tres años de ausencia, depende en parte de lo que él sea capaz de hacer en la pista. De momento, no está haciendo un mal trabajo: terminó tercero, a cuatro décimas de segundo de las dos Honda y por delante de la Yamaha de Jorge Lorenzo. Y eso a pesar de verse lastrado por la escasa velocidad punta de su moto, 19 km/h más lenta que la Honda de Pedrosa, segundo.
“Estaba muy nervioso antes de empezar, ahora además estoy contento, esto es un buen chute de adrenalina para el equipo”, confesó. Sabe la responsabilidad que tiene. Y, a pesar de su tercer puesto en la clasificación –logrado con la goma extra-blanda, eso sí–, estaba también algo mosqueado. Sabía que iban justos de potencia, pero no tanto. “Esta cara viene de verme ahí abajo en la clasificación de velocidad punta”, explicó. Además, la tercera posición de la clasificación no es real, sin neumático especial hubiera terminado sexto. Aún así, añadió, la moto funciona mejor de lo que esperaba: “Creo que tenemos la mejor moto en cuanto a chasis y electrónica, si no, no se comprende que haya podido terminar tercero porque yo no soy Superman”. Suzuki aprieta pero no ahoga. Lo sabe bien Marc Márquez, el campeón del mundo: “El chasis les funciona muy bien porque la moto aún no va al límite, cuando trabajen en el motor y la máquina tenga que soportar más potencia se resentirá”.
En cuanto la pista esté en mejores condiciones las Yamaha estarán ahí. La Honda siempre se ha defendido mejor con poca adherencia” Marc Marquez, campeón del mundo de MotoGP
Así pues, ni Espargaró se ve peleando de nuevo por la pole, ni los rivales le temen todavía. La primera sesión en un circuito de Losail iluminado por los focos y con el asfalto todavía algo sucio, con arena y poca adherencia, ofrece un par de conclusiones que no sorprenden demasiado: no sólo Márquez se siente comodísimo con su Honda, también lo hace Pedrosa, a menos de una décima de segundo. Lorenzo, por su parte, arranca con mucho mejor humor que en 2014, cuando no encontraba la manera de entenderse con los neumáticos y los nervios le llevaron a tirar por la borda las dos primeras carreras del curso y, por ende, sus oportunidades de pelear por el Mundial. La historia ha cambiado. Ha perdido cinco kilos –lo repite a todo aquel que quiera escucharle–, se siente mejor físicamente y, también, más cómodo con su moto, a la que todavía le falta un poco: “No hay un problema en concreto, sólo hay que mejorar la puesta a punto para solucionar algunos detalles que no nos permiten ir a tope”, explicó. Se quedó a cuatro décimas del mejor tiempo. Poca cosa. Y más tratándose del primer día. Por eso Márquez no se olvida de él: “En cuanto la pista esté en mejores condiciones las Yamaha estarán ahí. La Honda siempre se ha defendido mejor en condiciones de poca adherencia”.
Quienes hicieron poco ruido fueron los pilotos de Ducati. Después de sorprender en los últimos tests de pretemporada, en este mismo escenario, Dovizioso y Iannone se quedaron a ocho décimas y un segundo de Márquez, respectivamente.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.