Nani Roma, un drama inesperado

Si de algo estaban seguros los pilotos de Mini era de que contaban con uno de los coches más fiables. La robustez del vehículo alemán había resultado definitiva en la conquista de los últimos tres títulos del Dakar, el más reciente el de Nani Roma del año pasado. Sin embargo, en la primera etapa de esta edición, comprendida entre Buenos Aires y Villa Carlos Paz (838 kilómetros), el All4 Racing del español ha padecido de golpe todos los males que había sorteado hasta el momento.

Apenas había recorrido tres kilómetros cuando se encendió el indicador del aceite en el panel de control de su coche. Siete después, no había superado ni una décima parte de los 170 totales, decidió parar. “No tenía sentido forzarlo más y cargármelo del todo”, declaró un desolado Roma, al que todos los competidores situaban como el rival a batir.

Estoy muy desanimado porque después de un año de mucho trabajo esto es un palo duro"

Una vez detuvo el coche, Roma tuvo que ser interceptado por el camión de asistencia. En el momento del contacto, el de Folgeroles había cedido ya cerca de dos horas respecto al líder, su compañero de equipo, Orli Terranova, que marcó el mejor tiempo del día (1:13:12), ya que el catarí Nasser Altttiyah fue penalizado con dos minutos tras completar la etapa en primer lugar. Pasado el segundo punto, la distancia se había duplicado. “Me tomo lo que queda de competición como preparación para el Dakar 2016”, abundó.

“No es normal tener un problema mecánico al inicio, así, por ningún motivo. La pista era excelente, no había ninguna complicación. Preparar toda una carrera un año y que de buenas a primeras pierdas todas las opciones es una faena”, señaló Carlos Sainz, que terminó octavo, dos puestos por delante de su compañero Peterhansel. “Estoy más o menos contento. Era un día fácil y hemos acabado sin problemas. Dijimos al principio que sería un Rally de pruebas, y que lo importante es ir pasando días sin tener problemas. Hoy será uno de los días clave de la carrera”, abundó el piloto de Peugeot, en referencia a los 518 kilómetros cronometrados que tendrán que afrontar los pilotos en la etapa de hoy.

En motos, el británico Sunderland, de KTM, se adjudicó la victoria, por delante de la Honda de Gonçalves. “No me sorprende lo de Sam, se ha preparado muy bien y es un claro favorito”, subrayó Marc Coma, tercero a poco más de un minuto de diferencia de su compañero de equipo. “Era una etapa en la que había mucho que perder y poco que ganar. He ido tranquilo, no ha habido tramos con demasiadas complicaciones”, añadió el piloto de Avià. “Era una etapa corta, rápida y difícil en el sentido de la velocidad que llevábamos en muchos sitios, cercana a los 180 kilómetros por hora. Había que tener una visibilidad muy avanzada para ver los agujeros que había por el camino”, analizó Barreda, cuarto clasificado a 1:41 del líder. Respecto a la etapa de hoy, que cuenta con la especial más larga de todo el Dakar, 518 kilómetros, el piloto de Castellón se mostró confiado, pero seguro de las complicaciones con las que se encontrará.

Laia Sanz, que por primera vez compite con una moto oficial de la mano de Honda, completó una fantástica etapa. La piloto de Corbera fue 17ª, a casi cinco minutos de distancia del líder. La evolución de Sanz la sitúan cerca de mejorar el 16º puesto de la general que la catalana conquistó en 2014.