Esto es lo que provocan los gigantes de la raqueta: Pierre-Hugues Herbert, que pasa por tener su mejor arma en el saque, acabó arrollado por Rafael Nadal, que le propinó un sonrojante 6-1 y 6-1 en el torneo de Basilea, igual que si el francés disparara sus servicios con balas de fogueo. Para el campeón de 14 grandes, que ahora se enfrentará al vencedor del Golubev-Coric, fue una plácida jornada competitiva con la que ir echándole el candado a un curso lleno de contrastes, y que acabará marcado por la fecha en la que elija operarse del principio de apendicitis que sufrió en el Masters 1.000 de Shanghái.
Nadal, que muy probablemente no dispute la Copa de Maestros para pasar por el quirófano, dominó el encuentro con soltura. La rápida superficie suiza le permite abrir heridas con muy poco y todavía no le hace sufrir por la falta de galones de sus contrarios. En Basilea, por ahora, su drive revienta cualquier trinchera y las piernas le acompañan con una soltura sorprendente en un jugador que disputa su tercer torneo tras un trimestre de baja por una lesión en la muñeca derecha. El aroma a fin de curso, en cualquier caso, es indisimulable. El número tres mundial está compitiendo por placer, sin otro objetivo que el de disfrutar: ya tiene puesto el punto de mira en organizar su calendario con vistas a realizar la mejor pretemporada posible para 2015.
Herbert acabó llevándose la raqueta a la cabeza, preocupado por haber firmado en público algunos tiros de principiante, impropios de un número 120 del mundo. Con cinco victorias en el circuito ATP en todo 2014, el francés, un jugador con querencia por la red y un revés cortado atacable, nunca tuvo armas para hacer mella en la armadura del número tres del mundo. Apenas se estiró hasta dos bolas de break cuando Nadal servía por el duelo y vio cómo el español se llevaba la victoria con la facilidad de los elegidos: no necesitó ni una hora de juego.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.