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Rabat defiende su liderato

El español, conservador en su primer asalto al título, sube al podio por delante de Kallio. Le basta con ser séptimo en Malasia para ser campeón de Moto2

N. TRONCHONI
Viñales (i), Rabat (d) Luthi (c), en el podio.
Viñales (i), Rabat (d) Luthi (c), en el podio.PETER PARKS (AFP)

No debe ser supersticioso Tito Rabat, que paseó con un muñeco hinchable durante la vuelta de honor al circuito de Phillip Island. Era un canguro y llevaba una camiseta en la que podía leerse Champion. Claro que para proclamarse campeón el barcelonés todavía tiene que llegar a Malasia, terminar la carrera y sumar, al menos, nueve puntos. Cierto es que este domingo tenía la primera oportunidad para llevarse el título, pero no completó la hazaña. Eso sí, con su tercer puesto y el cuarto de su compañero Mika Kallio, su equipo, el MarcVDS, ya es el ganador de Moto2. Quizá por eso tampoco le importó lucir una camiseta conmemorativa en el podio. Una semana más y, probablemente, podrá bañarse en champán como campeón del mundo de la categoría intermedia. Le bastará con ser séptimo en Sepang. Y esa hazaña parece mucho más factible.

Volvieron a fallarle los nervios a Rabat en carrera, como le ocurrió hace una semana en Japón, donde los músculos se le bloqueaban y la cabeza apenas respondía, obsesionado como estaba con no tumbar demasiado en las curvas, con no frenar demasiado tarde, no fuera que arriesgara más de la cuenta, se fuera al suelo y arruinara sus sueños. Entonces salvó el piloto español un magnífico tercer puesto. Y en esta ocasión volvió a hacerlo. No es mal resultado para sus cálculos. Ni para una prueba en la que cometió todos los errores que no habían aparecido en todo el fin de semana.

Rabat no pudo despejar su mente durante la carrera: “La cabeza me decía, Tito, hasta aquí”

Había machacado el crono Rabat el viernes y el sábado, había terminado con las gomas de tanto dar vueltas, y con la confianza de sus rivales, que no podían entender que el tipo más rápido de la pista no asomara por el taller ni para corregir lo más mínimo los reglajes de su moto. Él es feliz dando vueltas al circuito, cerca de la pista, por eso vive en uno de ellos, el de Almería. Y qué mejor que trabajar la concentración que rodar sin descanso. Ocurrió, sin embargo, que no pudo despejar su mente durante aquellas 25 vueltas que le dejan ahora tan cerca de la gloria. “La cabeza me decía, Tito, hasta aquí”, confesó en cuanto se bajó de su Kalex. Y así iba él, que se equivocó hasta en cuatro ocasiones en el mismo punto, la curva cuatro, esa que llega después de la de Stoner y que precede a la famosa Siberia, un viraje a la izquierda, muy pronunciado, en el que se fue tantas veces largo. 

La última, a ocho vueltas del final, le sentenció. Porque Kallio, el único que puede arrebatarle la corona, que le seguía de cerca, vio cómo se abría y quiso meterse por dentro. La maniobra no fue lo suficientemente rápida ni pulida y terminaron tocándose: Rabat, que había tomado la cabeza, se quedó en tercera posición y ya no recuperó el liderato. Necesitaba ganar y que Kallio no subiera al podio para cantar victoria ya en Australia. Y estuvo cerca. Porque el finlandés también cometió errores. El definitivo, también, en aquella cuarta curva. La moto le hizo un extraño en frenada y se abrió tanto que terminó cayendo a la quinta posición.

Tres giros después, Rabat recuperaba el primer puesto. Pero sería por poco tiempo. Tenía más rivales en la pista. Uno de ellos era Viñales, tan convencido de su rendimiento, tan atrevido y tan veloz que firmó la vuelta rápida de la carrera en el último giro y cuando ya les había sacado casi un segundo a sus perseguidores. El otro fue Luthi, que terminó con todas sus opciones cuando le adelantó en la última vuelta. Entonces, el chico de Barcelona no se concentró más que en cerrar todas las puertas (y ventanas) para no dejar entrar de nuevo a Kallio, que le volvía a perseguir. Volverán a verse la cara muy pronto. Entonces Rabat, que ha defendido con maestría su ventaja en las últimas dos pruebas, tiene las de ganar.

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Sobre la firma

N. TRONCHONI
Redactora jefa de la sección de Deportes y experta en motociclismo. Ha estado en cinco Rally Dakar y le apasionan el fútbol y la política. Se inició en la radio y empezó a escribir en el diario La Razón. Es Licenciada en Periodismo por la Universidad de Valencia, Máster en Fútbol en la UV y Executive Master en Marketing Digital por el IEBS.

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