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Federer se mueve a sus anchas en la noche de Nueva York

El suizo supera plácidamente la primera ronda al imponerse al australiano Marinko Matosevic por 6-3, 6-4 y 7-6 (4)

Federer, la noche del martes en Nueva York
Federer, la noche del martes en Nueva YorkAP

A las toneladas de información que suministran los torneos del Grand Slam, que hacen las delicias de los amantes de las estadísticas, el Abierto de Estados Unidos añade las victorias o derrotas en horario nocturno. Podrían añadirse más: los triunfos o traspiés con determinada humedad, nivel de polen, contaminación, decibelios en la pista, ozono, tipo de cambio del euro… Pero como en Nueva York programan los partidos de las estrellas por la noche en la pista central, la Arthur Ashe, lo que agradecen jugadores y espectadores por el calor reinante, resulta interesante saber quién se emplea mejor a la hora de los murciélagos. El suizo Roger Federer, de 33 años, es un hacha.

"¡Solo quiero ser como Mike!"

La victoria de Roger Federer sobre el australiano Matosevic estuvo marcada por la presencia de Michael Jordan en la grada. El mito de la NBA se fotografió antes del encuentro con el genio suizo, y luego, para deleite de la grada, vio cómo Matosevic le hacía un guiño en pleno partido. Iba perdiendo el aspirante, cuando tras un punto, después de haberse quejado de su falta de pericia ("¡Las bolas no van a donde yo quiero!", le gritó a su banquillo), señaló a Jordan: "¡Yo solo quiero ser como Mike!"

El exjugador de baloncesto rompió a reir, como todo el público. "Fue mi héroe de cualquier deporte", dijo luego Federer. "Mi ídolo. Su longevidad, la forma que tenía de hacerte creer que todo era fácil... me inspiró".

 Hasta anoche había ganado 22 de 23 enfrentamientos nocturnos (sólo el ex número uno mundial Andy Roddick jugó más: 27) y no iba a ser el australiano de origen bosnio Marinko Matosevic quien truncara la racha. Así que el suizo se impuso con comodidad por 6-3, 6-4 y 7-6. Repasando el partido y sus datos, la conclusión es muy simple: de día o de noche, con frío o con calor, con polen o sin él, con años o sin ellos, Federer es otra cosa, como acreditan sus cinco títulos en Queens dentro de su simpar palmarés de 17 trofeos individuales del Gran Slam.

El suizo sólo estuvo algo remilgoso en los puntos de ruptura de servicio, de los que sólo aprovechó 3 de 14. De haber sido más efectivo, el partido no habría tenido ninguna historia, ni se habría prolongado tanto el tercer set. Federer ganó casi todos los puntos con su servicio y en la red, adonde ahora sube más a menudo, estuvo intratable. Frente a él, Matosevic lamentaba sus cañas y sus muchos errores no forzados (44), pero más que nada por darle ambiente al partido. ¿O es que no sabía que Federer lo gana todo cuando sale de noche?

El suizo estuvo simpático tras el partido. Ha llegado fino tras sus buenos resultados en pista dura (finalista en Toronto y Cincinnati, donde derrotó a David Ferrer) y tiene cuentas pendientes en Flushing Meadows, donde lleva unos años sin pasar de semifinales. Este año, sin la sombra de Rafael Nadal, tiene una oportunidad de oro de lograr su 18 título mayor.

Ferrer, en el partido contra Dzumhur.
Ferrer, en el partido contra Dzumhur.EDUARDO MUNOZ (REUTERS)

Un rato antes, el cuarto cabeza de serie del torneo, David Ferrer, de 32 años, cumplió bajo el tórrido sol con los pronósticos y se deshizo del bosnio Damir Dzumhur, 119 del mundo, por 6-1, 6-2, 2-6 y 6-2. Ferrer está decidido a continuar con su buena racha de este verano sobre el cemento (sólo Federer fue mejor que él en Cincinnati). Esta noche sólo acusó un poco el calor y cierta relajación en el tercer set, con el partido ya encarrilado. Tras un parón por los problemas musculares del rival, el valenciano sacó el martillo y cerró el partido. Buenos derechazos a las esquinas, manteniendo al bosnio siempre en la distancia, bastaron a Ferrer para resolver el siempre molesto estreno en un grande.

“Me he sentido muy bien en las dos primeras mangas, jugando un buen tenis. En la tercera he notado el calor, y me he sentido un poco cansado. Las condiciones eran duras”, explicó después en la conferencia de prensa. Con un cuadro aceptable como el suyo y el buen tono que exhibe, Ferrer podría aspirar a cosas importantes en Nueva York. Si hay que poner un pero, ese es Roger Federer, con el que se cruzaría en semifinales. El español ha jugado 16 veces con él. No le ha ganado nunca.

Catherine Bellis, tras ganar a Cibulkova.
Catherine Bellis, tras ganar a Cibulkova.Darron Cummings (AP)

A la espera de alguna que otra conmoción, la segunda jornada del Abierto estadounidense deparó un hecho conmovedor que sacó del letargo canicular a los aficionados locales. Iba el día por el camino de la monotonía, cuando desde la humilde pista seis comenzaron a llegar gritos de aliento y aplausos encendidos. La culpa la tenía una chica de 15 años, que no figura entre las 1.000 primeras del ranking (ocupa el puesto 1.211) y que atiende al nombre de Catherine Bellis. Su ficha técnica está vacía, y el dato más relevante es que hasta ahora ha ganado 1.216 dólares a lo largo de su corta carrera (nada que ver con los casi 60 millones de la número uno, Serena Williams, sin contar sus contratos publicitarios, lo que suele ser cinco veces más). Pues bien, la joven estadounidense derrotó a la eslovaca Dominika Cibulkova, cabeza de serie número 12, por 6-1, 4-6 y 6-4. Las cámaras de las televisiones locales, que andaban un poco despistadas, llegaron a la carrera para filmar a la más joven en ganar un partido del torneo de Nueva York desde 1996. “Todavía estoy en shock. Llegué al partido pensando que sería una buena experiencia, pero jamás pensé en ganar”, comentó la tenista. Estaba claro que el de partido del martes era el día de la juventud. El croata Borna Coric, con 17 años el más joven del cuadro masculino, se impuso a Lukas Rosol por 6-4, 6-1 y 6-2. Ni Bellis ni Rosol jugaron de noche. No tienen edad para andar por ahí a esas horas.

En cuanto a la participación española, la jornada fue generosa. Marcel Granollers, Roberto Bautista, Pablo Andújar, Guillermo García-López y Carla Suárez ganaron sus respectivos enfrentamientos. Albert Ramos Viñolas y Pere Ribas, sin embargo, fueron eliminados.

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