Siempre Mireia
Entrené a Mireia durante su etapa júnior y no tengo palabras para explicar lo siento tras su gesta de ayer en Berlín
Entrené a Mireia durante la fase de formación y hasta la consecución de títulos europeos y mundiales júnior, y no tengo palabras para explicar lo que siento cuando en ocasiones como ayer la veo completar la gesta de nadar dos finales en diez minutos y ganar una plata.
Recuerdo que en septiembre de 2002, cuando ingresó como externa en el CAR de Sant Cugat, y teniendo que hacer el esfuerzo de ir y venir cada día desde Badalona, le pregunté por qué estaba dispuesta a tanto sacrificio. Mireia me respondió que quería medallas olímpicas. Nunca ha dejado de pensar en sumar; nunca ha ido por el camino de la especialización. Lo ha querido todo y más (hasta nadar en aguas abiertas). Era de llanto fácil, pero las reflexiones posteriores cada vez venían reforzadas con más autoexigencia.
La historia de la natación española puede cambiar con Mireia. Es un ejemplo a seguir. Ya no está sola en sus hazañas. Hay otros deportistas, mayoritariamente mujeres pero también chicos a punto de emerger, que quieren imitar la profesionalidad, la entrega y la cultura del esfuerzo necesaria para poder acceder a todo lo que hace Mireia.
La pregunta es, ¿tiene límites Mireia? Yo creo que de momento no los tiene
La pregunta es: ¿tiene límites Mireia? Yo creo que de momento no los tiene. Ella sabe regularse bien, tiene un abanico de posibilidades muy amplio (varias pruebas y en varias especialidades), y como sabe perfectamente lo que es caer y levantarse creo que tendremos Mireia para rato, como se vio en la prueba de los 800 libre. En la final de Berlín salió rapidísima en los 100 primeros metros. Sabía que su contrincante principal, la inglesa Carlin, viene de los Juegos de la Commonwealth y quiso exigirle esfuerzo inmediato para desgastarla. Carlin resistió y tengo la impresión de que Mireia se dejó llevar en los últimos 100 para reservarse. Con la plata segura, debió pensar en dosificarse. Dos minutos después, sin amedrentarse, volvió a salir en busca de la medalla y pasó tercera en el estilo mariposa. Eso ya fue una proeza. Un intento muy interesante y un ejemplo que la natación española agradecerá siempre.
Jordi Murio fue entrenador de Mireia Belmonte en su etapa júnior y es asesor internacional de federaciones de natación.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.