Los Spurs deslumbran y destronan a LeBron James

Los Spurs son los campeones de la NBA. Lo demostraron de principio a fin, durante la final ante Miami, a lo largo de todos los playoffs y también de toda la temporada, con un estilo de juego admirable basado en una espléndida labor de equipo. Los Heat, con su gran estrella LeBron James al frente, tuvieron que claudicar y rendirse a la evidencia, barridos también en el quinto partido (104-87) con el que se cerró la serie con un contundente 4-1.

Los Heat, el equipo de las súper estrellas, del big three integrado por LeBron, Wade y Bosh, no pudieron oponer mayor resistencia, no les quedó otro remedio que ceder la corona que han lucido durante las dos últimas temporadas a un rival decididamente superior, con una coral de fenómenos tan capaces de turnarse en el papel de líderes como de cederlo en beneficio del colectivo. Desde el incombustible Tim Duncan, al talentoso Tony Parker, pasando por el tenaz Manu Ginóbili, el definitivamente consagrado Kawhi Leonard. La química conseguida por el equipo propicio las aportaciones valiosas de otros jugadores como Diaw, Mills, Splitter o Belinelli.

Leonard, un alero de 22 años, número 15 del draft de 2011 y que ni siquiera ha sido All Star, fue elegido el Mejor Jugador de la final (MVP), lo cual no hace sino ratificar que cada una de las piezas de los Spurs pueden brillar como la que más en un equipo tan solidario, conjuntado y con un juego tan bien engrasado.

Los Spurs arrasaron y demostraron que, más allá de una temporada, de un partido puntual, defienden un concepto del baloncesto, una idea, la que les ha inculcado un entrenador, Gregg Popovich. Pops se asoció con el número del draft de 1997, un fenómeno de las Islas Vírgenes formado en la Universidad de Wake Forest llamado Tim Duncan, y desde entonces el equipo se ha mantenido siempre en la excelencia, siempre clasificado para los playoffs. Pops y Timmy se coronaron por quinta vez en los últimos 17 años (1999, 2003, 2005, 2007 y 2014).

Los Spurs son la viva imagen de la perseverancia, el tesón y la defensa de un concepto de juego. Solo de esta manera se entiende su excepcional rendimiento a lo largo de tantos años. No faltaron quienes les habían dado ya por caducados hace ya un tiempo. Pero Popovich se mantuvo en sus trece y ha vuelto a triunfar con Duncan (38 años), con Ginóbili (cumplirá 37 en julio) y Tony Parker (32 años), el trío en el que se basa el equipo.

La victoria de los Spurs supone un duro revés para LeBron James, un número uno que solo se conforma si conjuga el verbo ganar. No ha podido conseguir el anillo por tercer año consecutivo en su carrera, a sus 29 años, por emular al Michael Jordan que obtuvo seis.

Miami, además, perseguía un logro solo al alcance de muy pocos equipos, el último, los Lakers de Kobe Bryant y Shaquille O’Neal, ganadores de tres títulos de una tacada desde 2000 a 2002. Los Heat lograron el anillo del año pasado tras vencer en la final precisamente a los Spurs. Aquella final fue traumática para el equipo tejano, que tuvo el anillo en su mano cuando ganaba por cinco puntos y quedaban apenas 28 segundos en el sexto partido, pero no remataron la faena y los Heat acabaron forzando el séptimo partido y se llevaron el anillo.

Los Spurs, esta vez, no dieron la menor opción a los Heat. Dominaron la serie desde el primer partido, marcado por la avería en el aire acondicionado el ATT Center y el colapso muscular que sufrió LeBron. Solo perdieron el segundo encuentro, con un marcador muy ajustado (96-98), y dominaron los tres siguientes con mucha autoridad y con resultados contundentes.

Spoelstra trató de cambiar la dinámica de los anteriores partidos y, en el quinto, dio entrada en el equipo titular a Ray Allen en lugar de Chalmers, un base que ha decepcionado en esta final. LeBron se emparejó con el base de los Spurs, Tony Parker, y los Heat arrancaron como un ciclón: 6-22, con 12 puntos de LeBron. Pero los Spurs se corrigieron y a pesar de lo mucho que les costó anotar a varios jugadores ya le habían dado la vuelta al marcador en el descanso (47-40). No importaba que LeBron ya hubiera sumado 20 puntos –acabó con 31, 10 rebotes y 5 asistencias- ni que Parker, Green y Diaw no hubieran estrenado aún su casillero.

Prevaleció de nuevo el estilo coral de los Spurs, que arrasaron en el tercer cuarto, con 14 puntos de Mills en ese intervalo, y dejaron ya poco menos que decidido el encuentro y la final (77-58). Leonard, espléndido, encargado del marcaje a LeBron y a la vez muy acertado en ataque, se llevó con todo merecimiento en premio MVP al mejor jugador de las finales. El último partido lo completó con 22 puntos y 10 rebotes antes de ser eliminado por faltas personales.

Ginóbili, con 19 puntos, 4 rebotes y 4 asistencias, fue el mejor recurso de Popovich cuando su equipo lo pasó peor al principio del partido. Duncan cerró con 14 puntos y 8 rebotes. El último cuarto fue un paseo triunfo y la cancha y la grada del ATT Center se convirtieron en una fiesta para los Spurs, que conmemoraron por todo lo grande su quinto anillo de la NBA.