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La revolución ‘pelotera’ de Prandelli

Italia, el equipo con mejor porcentaje de acierto en el pase del torneo, abandona el inmovilismo del 'calcio' y se articula en torno al balón con el triángulo formado por Pirlo, Verratti y De Rossi

Alejandro Ciriza
Pirlo se dispone a pasar ante Henderson y Marchisio.
Pirlo se dispone a pasar ante Henderson y Marchisio.BEN STANSALL (AFP)

Lo advertía Cesare Prandelli en una entrevista concedida a este periódico: “El juego es determinante, la base de todo. El fútbol que piensa solo en especular es demasiado viejo. Buscamos una discreta posesión de balón porque tenemos medios de gran calidad”. Desde que asumiese el banquillo de Italia en 2010, como relevo de Marcello Lippi, la selección transalpina ha mutado de forma extraordinaria. Sin renunciar el orden y el rigor táctico que define su historia, Italia se ha desprendido progresivamente de la cultura del catenaccio, aquella que encorseta a los jugadores y les dispone más a defender el arco propio que a intentar perforar el contrario. Ahora, de la mano del técnico de Orzinuovi (Brescia), un municipio situado en las tierras lombardas del norte, el molde se ha transformado e Italia se organiza en torno al que hasta hace no mucho era considerado un enemigo: la pelota.

Quedó patente anoche, en medio de la selva amazónica de Manaos. Frente a una selección de pedigrí como Inglaterra, el equipo de Prandelli ofreció un recital de cómo debe manejarse el cuero. Articulada en torno a De Rossi, Verrati y Pirlo, los tres medios que pueblan su centro del campo, Italia ofreció una exhibición de cómo gestionar los espacios y encontrar la meta contraria por la vía del esférico, sin perder de vista sus señas de identidad. Fue una demostración colectiva, de atrás hacia adelante. Desde el primero hasta el último de sus hombres. Lejos de aquella versión en la que La Azurra actuaba como un acorazado competitivo, desinteresado y sujeto al reflejo final del electrónico, hoy día viste de frac y se expresa desde un planteamiento muy estético, tan efectista como efectivo.

Italia ya no es aquel acorazado sujeto al resultado. Hoy día es un equipo estético y efectivo que viste de frac

Anoche, frente al punzante equipo de Roy Hodgson, en su puesta en escena en el torneo de Brasil, no se metió en la cueva. Apuntó al marco rival desde el principio. Rehuyó los balones en largo y el pelotazo. Cada vez que el meta Sirigu tomaba el balón, Barzagli y Paletta ensanchan en el campo y los laterales, Darmian y Chiellini, estiraban al equipo avanzando metros. Como fórmula de compensación, el menudo Verratti retrocedía para administrar el espacio dejado por los centrales y comenzar a elaborar la jugada. Un registro contracultural que hace unos años hubiera sido acogido como un desafío a los códigos del sistema italiano, especulador y defensivo. Ya no. Ahora, con Prandelli en el laboratorio, la posesión es la piedra de toque en torno a la cual se agrupa el equipo, mucho más coqueto.

Prandelli da instrucciones a Marchisio, Pirtlo y De Rossi.
Prandelli da instrucciones a Marchisio, Pirtlo y De Rossi.KAI PFAFFENBACH (REUTERS)

Así lo demuestran las cifras. En lo que llevamos de torneo, Italia (650 pases) es el tercer conjunto que más combina por detrás de Chile (675) y España (663), pero su porcentaje de acierto es superior a la de estas. Ayer completó 588 desplazamientos buenos, por los 575 de los de Del Bosque y los 572 de los andinos. Muy lejos quedan Brasil (426) y Holanda (313), equipos que tradicionalmente están más acostumbrados a amasar el cuero. “El equipo jugó bien. Es cierto que sufrió, porque era muy difícil mantener la intensidad, pero logramos imponer nuestra superioridad en ciertos sectores del campo vitales”, analizó tras el duelo Prandelli.

Pirlo y De Rossi son los mejores pasadores del torneo y solo Chile le supera en la posesión del balón

En la sala de máquinas, De Rossi, Verrati y Pirlo se impusieron claramente a Gerrard y Henderson. Ellos tres enhebraron casi todo el juego. Candreva aportó mucha profundidad y desborde en el costado derecho, mientras que Marchisio fue un incordio constante al moverse por todo la zona de ataque, a las espaldas de Balotelli. Frente a la propuesta vertiginosa y vertical de los ingleses, Italia propuso la pausa y la triangulación. Aglutinó el balón en sus botas durante 30,13 minutos del encuentro. Sólo Chile, que lo acaparó 31,92 contra Australia, lo concentró más que ella. El triángulo de la medular es clave en esto. Ningún futbolista hasta ahora hace más pases que Pirlo y De Rossi. 110 el primero y solo dos menos el segundo, clave también en la contención. Tampoco hay nadie más efectivo que ellos. Con 103 y 102 desplazamientos correctos ofrecieron una exhibición de toque. Verratti, mientras, actúa como un comodín indispensable. Achica, se ofrece y llega a todos los sitios.

“Es nuestra forma de jugar”, se explicaba Prandelli ante los medios. “Queríamos tener una superioridad numérica en el centro del campo y funcionó”, añadió. “Fuimos valientes y quisimos imponer nuestro juego”, agregaba Pirlo.

Es la Italia del toque, su versión más pelotera. Una metamorfosis impulsada por Prandelli, que recibió una peligrosa herencia al heredar el equipo que conquistó la Copa del Mundo en 2006 con un fútbol menos barroco, más directo. La implantación del nuevo estilo reafirmó su arriesgada apuesta al conseguir alcanzar la final la Eurocopa de hace dos años. En su país contemplaban con cierto escepticismo su revolución ante el sistema inmovilista que dicta en el calcio. Hoy día, ese recelo ha desaparecido.

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Sobre la firma

Alejandro Ciriza
Cubre la información de tenis desde 2015. Melbourne, París, Londres y Nueva York, su ruta anual. Escala en los Juegos Olímpicos de Tokio. Se incorporó a EL PAÍS en 2007 y previamente trabajó en Localia (deportes), Telecinco (informativos) y As (fútbol). Licenciado en Comunicación Audiovisual por la Universidad de Navarra. Autor de ‘¡Vamos, Rafa!’.

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