“Prueba de fuego para la Agencia”

Mientras los agentes de la Unidad central de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) continuaban ayer la "fase de explotación" de la Operación Jimbo contra el dopaje con dos nuevas detenciones, lo que eleva el total a 15, y mientras Antonio David Jiménez Pentinel, Penti, uno de los detenidos por presunto tráfico de sustancias dopantes, prestaba declaración en una comisaría de Sevilla antes de ser puesto en libertad con cargos, en las pistas de entrenamiento, atletas y entrenadores se hacían una pregunta: ¿Se presentará Penti el sábado en el Circo Romano de Mérida a recoger su dorsal para participar el domingo en el Campeonato de España de cross en la capital extremeña? "Es que es uno de los favoritos", explicaban, recordando cómo hace 10 días, en Marina d'Or, el veterano atleta sevillano, de 37 años, terminó tercero, casi en exhibición, en el Campeonato de España de clubes.

No lo hará porque la Federación Andaluza decidió a última hora no inscribirle. Pero la pregunta era pertinente, aunque suene a sarcasmo, o increíble, que un atleta detenido en su domicilio de Sevilla, donde se encontraron diversas sustancias dopantes, bolsas de sangre preparadas para una transfusión y un paquete que contenía EPO china y que fue abierto en presencia del atleta por la policía, pueda seguir compitiendo como si nada: nada, hasta que no sea sancionando, le impediría competir, y hasta ganar.

Desde la Operación Puerto solo Bezabeh y Paquillo han sido sancionados

Tampoco sería una novedad que un detenido siguiera compitiendo como si nada, más bien todo lo contrario. Desde la Operación Puerto, en la que la federación española, sin acceso a las bolsas de sangre ni a otras pruebas, no sancionó a ningún ciclista, la norma ha sido en España descorazonadora para los aficionados, frustrante para los deportistas limpios, y alimentadora del escepticismo general: salvo en los casos aislados de Alemayehu Bezabeh, que confesó su implicación en la Operación Galgo, y de Paquillo Fernández, que negoció una sanción reducida en la Operación Grial, ninguna operación ha concluido con sanciones para los deportistas, quienes pudieron seguir compitiendo pese a saberse lo que se sabía de ellos.

La norma era frustrante para los deportistas limpios y alimentaba el escepticismo

"Pero esto ya ha cambiado con la nueva ley antidopaje", señalan desde la Agencia Española de Protección de la Salud en el Deporte (AEPSAD), el organismo que centraliza la lucha contra el dopaje. "La ley señala que la simple posesión de sustancias dopantes ya es sancionable, y en cuanto las actuaciones policiales lleguen al juzgado correspondiente, solicitaremos las actas, interrogatorios, escuchas y demás elementos que nos permitan abrir expedientes sancionadores a los deportistas federados implicados en la operación policial. Y, por supuesto, también solicitaremos conocer los nombres que figuran en los 300 emails hallados de presuntos clientes de la trama por si entre ellos hay más deportistas federados a los que podamos perseguir, aunque probablemente la mayoría de los clientes serán deportistas populares. Este caso será la prueba de fuego para la Agencia".

Además de Penti, en el punto de mira están el fondista cántabro Iván Hierro, quien fue puesto en libertad tras declarar en un juzgado de Torrelavega, y los ciclistas veteranos de mountain-bike Jacobo Feijoo y José Antonio Reales. En el caso de Penti, el hallazgo en su casa de bolsas de sangre, aparte de abrir el misterio sobre la posible implicación de especialistas médicos, sin descartar que el deportista se encargara del proceso, supondría una ventaja al acelerar una sanción, pues desde la Agencia se consideran las bolsas la prueba más tangible de dopaje. Más aún que las sustancias halladas.