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El Betis no se rinde

El conjunto verdiblanco desnaturaliza al Villarreal, solo iluminado con Óliver, y consigue un empate que no le saca del pozo

Giovani se lamenta ante Adán.
Giovani se lamenta ante Adán. JOSE JORDAN (AFP)

El Betis sigue en coma pero vivo. Con organización y alma, supo desnaturalizar a un Villarreal en su peor versión, iluminado tan solo por la irrupción de Óliver Torres, que dio una nueva dimensión al juego de ataque amarillo, aunque no lo suficientemente para doblegar a un Betis que al final acarició una victoria que le urgía, y que fue víctima y beneficiado de dos errores arbitrales. Primero, al ser castigado con un penalti dudoso que adelantaba al Villarreal en el marcador; y posteriormente, al disponer de superioridad numérica por la expulsión de Uche, que fue castigado antes con una tarjeta amarilla por una falta que no cometió. Al final, ni Villarreal ni Betis quedaron satisfechos con un empate que frena sus dispares aspiraciones.

El día primaveral invitaba a acudir al fútbol. La necesidad de ambos (al Betis le iba la vida en el partido), promovía un partido de ida y vuelta. Calderón blindó a su equipo con tres centrales y dos carrileros largos para frenar el juego amarillo y lanzar las contras, lo que equilibró y alternó el dominio.

VILLARREAL, 1-BETIS, 1

Villarreal: Asenjo; Mario, Gabriel, Pantic (Manu Tirgueros, m. 66), Jokic; Moi Gómez, Pina, Bruno, Nahuel (Óliver Torres, m. 46); Giovani y Perbet (Uche, m. 46). No utilizados: Juan Carlos; Jaume Costa, Joan Román y Jonathan Pereira.

Betis: Adán; Juanfran (Juanma, m. 75), Amaya, N´Diaye, Jordi Figueras, Dídac; Nono (Braian, m. 83); Leo Baptistao (Chica, m. 57), Salva Sevilla, Cedric; y Rubén Castro. No utilizados: Sara; Matilla, Braian, Caro y Varela.

Goles: 1-0. M. 70. Bruno de penalti. 1-1. M. 84. Rubén Castro.

Árbitro: Iglesias Villanueva. Expulsó a Uche (m. 80). Mostró cartulina amarilla a Dídac, Salva Sevilla, Uche, Amaya y Chica.

Unos 21.000 espectadores en El Madrigal.

En El Madrigal la afición tenía ganas de ver en acción a Nahuel, el joven argentino de 17 años, la nueva sensación del Villarreal y al que se le augura un gran futuro en el fútbol. Escorado en el costado izquierdo, Nahuel tiene un amplio catálogo de controles y pases, ofreciéndose a sus compañeros sin rehuir de responsabilidades defensivas, con ganas de crecer día a día. Lo mismo que Moi Gómez.

El primer objetivo del Betis se estaba cumpliendo. El Villarreal se encontraba incómodo, desnaturalizado, apenas continuo en su despliegue. Necesitaba el conjunto verdiblanco dar un paso más, llegar con peligro al área de Asenjo. Solo alguna carrera de Cedric inquietaba a la zaga amarilla que no pudo contar con Musacchio y Dorado, su pareja de centrales habituales. Por lo demás, no tocó nada Marcelino del once que venció en Cornellà-el Prat ante el Español en la jornada anterior.

A pesar del empate, el tiempo jugaba en contra del Betis que debía administrar la ansiedad ante la necesidad de sumar de tres en tres. Movió ficha Marcelino buscando más creatividad y pegada y en el descanso se quedaron en el vestuario Nahuel y Perbet, dejando su sitio a Óliver Torres, que debutaba en el Villarreal tras superar la luxación de hombro, y Uche. Y a los 20 minutos de la reanudación, entró Trigueros por Pantic, centrocampista por central. Toda la creatividad amarilla estaba en el terreno de juego. La entrada de Óliver Torres obligó a Calderón a renunciar a Leo Baptistao por el lateral Chica para contener al centrocampista cedido por el Atlético de Madrid.

Con Óliver Torres creció el Villarreal que pasó a jugar en campo del Betis, al que sus llegadas al área contraria resultaban residuales. Y como la adversidad atrae al infortunio, el Betis se encontró con un penalti en contra por un derribo de Chica a Uche que no fue tal. El lateral verdiblanco toco el esférico y ligeramente el pie izquierdo del delantero nigeriano. Se equivocó el árbitro tanto como en la expulsión de Uche en una primera cartulina amarilla que le mostró por una falta inexistente. Beneficiado por la superioridad numérica, empató el Betis por mediación de Rubén Castro, lanzado con todo al ataque. Adán y Asenjo evitaron finalmente que la victoria tuviese dueño.

Homenaje a la afición

J. PÉREZ

Quince días después del episodio del lanzamiento de un bote de gas lacrimógeno en El Madrigal y que obligó a paralizar por 20 minutos el encuentro entre el Villarreal- Celta y que los aficionados desalojaran el estadio, el fútbol volvía a Vila-real y al recinto amarillo. El presidente de la Liga de Fútbol Profesional, Javier Tebas se encontraba presente en El Madrigal para rendir tributo a la afición amarilla por el comportamiento cívico que tuvo y el desalojo tranquilo del estadio, una vez se detonó el bote militar lanzado por una persona aún sin identificar. Los jugadores de ambos equipos saltaron al terreno de juego llevando de la mano a un niño, cada uno con un uniforme representando a todos los equipos que conforman la Liga. Y en el minuto 12 de encuentro, un largo aplauso sonó en el estadio, prácticamente lleno, como tributo a todas las aficiones.

El partido ante el Betis a las 12.00 servía de homenaje a la afición promovido por el club y la LFP. Y por ello se cambió el horario del partido previsto inicialmente para las 21.00, lo que provocó que el Rayo-Valencia pasase a las 21.00 en vez de jugarse al mediodía como estaba previsto. El Valencia, por el trastorno que supuso el cambio para sus seguidores, que iban a desplazarse a Vallecas y que tuvieron que anular el viaje (en compensación, la LFP, se ha hecho cargo de los gastos) y, sobretodo, del Betis, que tras el largo viaje a Kazan del jueves para el encuentro de la Liga Europa, disponía de 12 horas menos de descanso para el importantísimo encuentro en El Madrigal, se quejaron abiertamente sintiéndose agraviados y despreciados por Tebas.

Se da la circunstancia que el homenaje llega después de que el Comité de Competición decidiera sancionar al Villarreal con 6.000 euros de multa y apercibimiento de cierre de El Madrigal por el lanzamiento del bote de humo.

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