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Cerco al vándalo de El Madrigal

El autor del lanzamiento del bote de gas lacrimógeno es un hombre de 30 años, 1,70 de estatura y llevaba una camiseta del Villarreal con el nombre de Giovani, según la Policía

Fernando Roig, rodeado de policías tras el lanzamiento del bote de gas en El Madrigal.
Fernando Roig, rodeado de policías tras el lanzamiento del bote de gas en El Madrigal.JJORDAN (AFP)

Las cámaras de seguridad del estadio de El Madrigal y el testimonio de dos chicas cercan al autor del lanzamiento del bote de gas lacrimógeno al césped del estadio del conjunto amarillo en la noche del sábado, lo que obligó a suspender durante 20 minutos el encuentro entre el Villarreal y el Celta (0-2), y a los 16.000 aficionados asistentes a tener que abandonar el recinto con premura, siendo posteriormente atendidas 11 personas con síntomas de irritación en garganta y ojos, ansiedad o diversos golpes en la rápida salida del estadio.

A pesar de la falta de nitidez en las imágenes cedidas por el club de Fernando Roig a la policía, las fuerzas de seguridad tienen un retrato del vándalo: varón de unos 30 años, de 1,70 de estatura, pelo castaño, con una barba de tres días y que en el momento del lanzamiento del bote de humo iba ataviado con una camiseta del Villarreal con el dorsal 9 y el nombre de Gio (correspondiente al delantero Giovani dos Santos) a la espalda, además de una chaqueta marrón verdoso en la mano.

La delegada del Gobierno en la Comunidad Valenciana, Paula Sánchez de León, se ha aventurado a indicar que el desenlace de la operación “va a ser en breve”. “Hay una línea abierta de quién lo pudo hacer”, explicó. La policía tiene ya un perfil del saboteador del evento deportivo. La policía cuenta con el testimonio de dos chicas presentes en los aledaños de El Madrigal que vieron al supuesto delincuente en su huida, ya fuera del recinto tras haber lanzado el artefacto desde un vomitorio del gol sur.

Dos chicas presentes en los aledaños del estadio dicen que vieron al autor del lanzamiento en su huida

A pesar de ello, la Policía Nacional, en su cuenta de Twitter, sigue solicitando la colaboración ciudadana y poniendo a disposición un teléfono para identificar “al culpable de esa locura”, apostillando además que “un vándalo no puede manchar a la afición del Villarreal”.

En el Villarreal están expectantes ante el desenlace de la investigación, pendientes de cualquier avance en las pesquisas. En la entidad castellonense están convencidos de que el delincuente no tiene ningún vínculo sentimental con los colores amarillos y que actuó de manera premedita con el objetivo de dañar la imagen del club o de la familia Roig, que cuenta con un entramado de empresas en diversos ramos. El modo de operar del autor así lo apunta, ya que esperó a ejecutar la acción en los minutos finales del partido cuando los tornos de control y seguridad del estadio están cerrados. Los vigilantes de la puerta 10 del estadio han confirmado que nadie de fuera accedió en los últimos minutos al recinto. Se entiende, pues, que tras lanzar el artefacto desde un vomitorio, esperó la espantada general para mezclarse entre la masa y pasar inadvertido en la huida.

De no ser un socio o un aficionado reconocido del Villarreal, el club castellonense confía en que la sanción se suavice y no acarree la clausura del estadio de El Madrigal, como estipula el código disciplinario de la Federación Española al considerar los hechos acecidos como muy graves. Para el presidente de la Liga de Fútbol Profesional, Javier Tebas, en el Villarreal “falló la seguridad”. Durante la semana se decidirán las medidas disciplinarias a tomar contra la entidad de Roig.

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